12

22.2K 2.7K 141
                                    

Cálmate, cálmate...

Me obligo a repetirme eso a mí misma mientras camino dando vueltas por mi salón como una estúpida.

Tres semanas.

Hace tres semanas que debería haberme bajado la regla, y nada. Ni una maldita gota de sangre.

Respiro profundamente varias veces, y entonces miro la cajita que reposa sobre la mesa del comedor. La cajita que contiene algo que va a tranquilizarme o hacerme enloquecer: un test de embarazo.

En realidad es casi imposible que me haya quedado embarazada tomando las pastillas anticonceptivas, pero ese casi está ahí, y me está destrozando la cabeza ahora mismo.

Intento no darle más vueltas y abro la caja, sacando el objeto alargado de ella. Voy al cuarto de baño y, tras abrir el test, orino encima. Y entonces toca esperar. En teoría son cinco minutos de espera, pero en la caja no pone que esos minutos parecen años. Los nervios se me comen por dentro, intento repetirme a mí misma que va a salir negativo, saldrá una rayita y todo estará bien. Todavía no me atrevo a mirar, me da miedo incluso ver cómo se está formando el dibujo de la pantalla, me da miedo que se esté formando una segunda raya.

Me levanto de la taza del váter y salgo del cuarto de baño, dispuesta a dar una vuelta por el salón para relajarme un poco, pero termino volviendo a entrar tan pronto como he salido.

Me siento en el suelo, y cuando miro a mi móvil veo que ya han pasado los cinco minutos. Ha llegado la hora de la verdad. Me levanto del suelo y cojo el test, para encontrarme con dos rayas en la pantallita. Dos rayas. Mierda.

No puede ser. ¿Cómo ha pasado esto? Si estoy tomando la pastilla, ¿cómo coño está pasando esto? Joder, joder... Bueno, los test a veces se equivocan.

Media hora y tres tests después, todos positivos, estoy sentada en el suelo del cuarto de baño otra vez, mirando a la nada. Tengo tantas cosas en la cabeza que soy incapaz de centrarme en una sola, lo único que sé es que va a terminar dándome un ataque. Las lágrimas se acumulan en mis ojos, pero ni siquiera soy capaz de soltar el sollozo que hará que me eche a llorar.

¿Qué se supone que voy a hacer ahora? Ni siquiera sé quién es el padre, podría ser Louis o Frank, con los dos lo hice sin preservativo porque se supone que la jodida pastilla tenía que funcionar. ¿Olvidé tomarla algún día? Joder, mierda.

Estoy prácticamente hiperventilando cuando suena el timbre de mi apartamento, y pienso que no podría ser peor momento para una visita. Aún así, me levanto del suelo y camino hacia la puerta. Al abrirla, me encuentro a Alice, quien al verme me examina detenidamente con la mirada.

—¿Alice? —pregunto, frunciendo el ceño—. ¿Qué haces aquí?

—Venía a comprobar que no has muerto, aunque veo que no te falta mucho —contesta—. ¿Hace cuánto que no comes?

—No he tenido mucha hambre últimamente —me encojo de hombros.

—¿Qué te ha pasado? —pregunta—. Sé que no estás bien, ni siquiera intentes negármelo, te conozco, puedo saberlo sólo con mirarte. ¿Tiene algo que ver con el mensaje que me enviaste?

—N-no... —empiezo, pero veo que realmente algo de relación sí tiene—. Bueno, un poco sí, está un poco relacionado, pero no era eso exactamente.

—Oh —murmura, y veo que realmente no está entendiendo lo que digo.

—¿Quieres pasar? —ofrezco, y ella asiente.

Nos sentamos en el sofá juntas, y hay unos segundos de tensión hasta que Als habla.

—Entonces, ¿piensas contármelo?

—Es difícil —suspiro.

—¿Tiene que ver con Louis? —pregunto, y se me hace un nudo en la garganta.

—No lo sé, es posible —contesto.

—Qué precisa eres, mujer.

Tengo que decírselo. Es ahora o nunca, tengo que decirle a Alice lo que está pasando, aunque no haya tenido tiempo ni de asimilarlo.

—Estoy embarazada —suelto.

—¿Qué? —pregunta, con sus ojos abiertos de par en par—. ¿Desde cuándo?

—No lo sé, me he hecho el test hace como media hora y ha salido positivo —le explico, rascándome la nuca—. ¿Qué se supone que voy a hacer? Mierda, tengo veintiún años, no estoy preparada para ser madre.

—Pero, ¿de quién es? —hace la pregunta que crispa mis nervios.

—No lo sé —mi voz se rompe, y me echo a llorar.

Ceno en casa de Alice y Liam y, cuando terminamos, Alice y yo nos vamos a la cama doble mientras que Liam se queda en el sofá, a pesar de mis insistencias por dormir en el sofá en vez de él. No quiero que Liam tenga que dormir mal por mi culpa, pero al parecer le da igual, así que termino cediendo.

—¿Estás bien? —me pregunta cuando ya estamos echadas y tapadas.

—Estoy un poco mejor, gracias —contesto, sonriendo un poco.

—¿Qué vas a hacer ahora?

—No lo sé... No sé ni qué hacer con el bebé —digo honestamente.

La verdad es que tener un hijo no entraba en mis planes, y mucho menos tenerlo sin saber quién es el padre, sin un trabajo digno para mantener a un bebé y con mi estado de ánimo actual. No sé si quiero tenerlo, es una duda que he tenido desde el primer momento. No sé qué hacer. De hecho, todavía no me creo que haya algo creciendo dentro de mí, me parece completamente surrealista y lejano cuando realmente está pasando.

—Bueno, hagas lo que hagas yo estaré a tu lado, ¿de acuerdo? —me asegura.

—Perdona, ¿estoy hablando con Alice Smeed? Porque ella no dice cosas tan bonitas —contesto, y aunque no la vea sé que está rodando los ojos y sonriendo.

—No voy a hacerte todas las preguntas que tengo porque no quiero agobiarte, pero ¿me contarás algún día qué ha pasado con el padre?

—Lo haré —asiento.

—Bueno, y tendrás que ir al médico... ¿quieres que vaya contigo?

—Claro que sí —contesto, y al poco rato empiezo a notar mis párpados pesados. 


________

¡Hola! He decidido subir este antes ya que es bastante cortito. A partir de ahora ya empiezan los interrogantes, y muchísimas cosas que no salieron en Conociendo a Noah. Va a haber drama, aviso ;D

Por cierto, deberíamos poneros un nombre a vosotras y vosotros, lectores y lectoras de la serie Smeed o de mis noves en general, podría ser divertido jejeje

¡Hasta el miércoles!

Claire

Esperando a Louis [Saga Smeed 2]Where stories live. Discover now