The Diary

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Querida Love0804, este one-shot es para ti.

Gracias por brindarme siempre tu apoyo, dejar comentarios y estrellitas. Pequeñas cosas, como esas, son las que alegran mi día.

Hice esto con mucho cariño y esfuerzo, espero sea de tu agrado y lo disfrutes.




La primavera había comenzado, trayendo consigo la floración de muchas plantas coloridas un clima templado y seco -refrescante para un día de picnic con la familia o amigos- y la llamada «estación del amor».

-«Las ventajas de la dopamina, el neurotransmisor del amor» -pudo leer en voz alta antes de caer dormido en la banca del parque.

Unos rayos de luz se colaron a través de las hojas del gran cerezo sobre su cabeza, penetrando por la delgada capa que cubría sus ojos dormidos. Los pájaros jugaban entre ellos, cantaban y se movían entre los árboles, y el sonido del agua fluía suavemente por el canal a su espalda; definitivamente, aquella era la mejor forma de despertar luego de una cálida siesta.

Se incorporó -la revista que descansaba sobre su pecho cayó sobre sus piernas-, estirando su tronco y extremidades, luego movió sus hombros en círculos y causó un ligero crack cuando su cabeza oscilaba de un lado a otro.

Una agradable y tibia brisa acarició su rostro con sutileza, removiendo algunos cabellos azabaches que caían sobre frente.

Su mirada se paseó por cada lugar del vacío parque.

-¿Dónde estarán?

Cuando iba a levantarse para ir en busca de sus acompañantes, su mirada se posó sobre un pequeño libro, sin portada, sin título, sin autor... Sólo un libro.

Tomó el objeto entre sus manos y lo analizó. Lo había visto antes, pero no lograba recordar dónde.

La intriga carcomía sus entrañas, por lo que sin esperar un minuto más, abrió el libro en la primera página.

«Abril 02, 2015

Lo conocí en la gran biblioteca de la ciudad. Yo trabajaba allí medio tiempo, y él llevaba una pesada carga de libros sobre sus manos, uno de ellos acerca de física cuántica (lo recuerdo porque fue lo que más llamó mi atención entre tanto montón). Pero lo que más recuerdo de todo ello, fueron las marcadas venas en sus brazos. Sí, sólo eso. Y es que me preocupaba que su sistema circulatorio no estuviera funcionando correctamente...»

SeungCheol reconoció la escritura y no pudo evitar reír a carcajadas. Aún recordaba con claridad aquel momento.

«... Me acerqué a él y ofrecí mi ayuda. Al principio se negó, pero una gota de sudor que corría por su sien delató cuánto le dificultaba llevar todo eso. Seguramente, intentaba salvar su orgullo, de alguna forma, y yo se lo impedí.

Su nombre era Seungcheol.

Aquella tarde, conversamos acerca de la física cuántica y de lo mucho que él deseaba estudiar la cosmología.

¿Quién iba a imaginar que, después de tanto entusiasmo, él acabaría estudiando medicina?

Pero bien. Así comenzó nuestra historia...»

El pelinegro se acomodó en la banca y volteó la hoja, sin antes echar un último vistazo a su alrededor.

«... Después de acabar mis horas de trabajo, él me invitó a una taza de café en una cafetería que nunca antes había visto. Continuamos hablando acerca de mi aburrido y agotador trabajo. Se sorprendió cuando le dije que podía ordenar cuarenta y seis libros en tan solo doce minutos; fue una habilidad que desarrollé con meses de esfuerzo en ese trabajo.

The Diary | JeongCheol [Completa]Where stories live. Discover now