Capítulo 47

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________ llegó al piso de Abi destrozada. Tan psicológicamente, como físicamente. Y para colmo, esta semana estaba repleta de exámenes. Era lunes, y para nada iba a ir ahora a clases. A parte de que ya eran las nueve, se ducharía y se iría a la cama. Si no vomitaba antes. Se sentía mal. El trabajo de las narices, ver a Justin, y saber que esta con otra... y ahora aun quedaba más de un mes de instituto. Dejó de nuevo otro sobre marrón en la mesa de la cocina, para que cuando
Abigail llegara, se lo encontrara. Al menos, a ella, le alegraría el día. Estaba orgullosa de si misma... pero lo único que quería era irse a la cama. Cuando estuvo realmente lista, hasta con el pijama puesto, aun que el pelo, un poco húmedo por la relajante ducha, el oportuno móvil sonó.

- ¿Sí? - dijo con pereza.

- ______... - la temblorosa voz de Abigail sonó a través del móvil.

- ¿Qué te pasa? - murmuró. Sabía que nada bueno.

- Joder... yo... no me cogías el móvil... - lo tenía apagado, en el avión no podían estar encendidos. - Y... ostia... mamá está en el hospital. - dijo finalmente.

- ¿Qué? - masculló. Las lágrimas se acumularon en los ojos de ________. - ¿Qué le pasa?

La voz de Abigail se ahogó a través del móvil. Y no podía hablar. Lo único que ________ oía era su llanto. Era una cosa demasiado fuerte, para que Abi estuviera de esa manera. Al fin, entre sollozos, y con poca voz dijo:

- Papá se escapó del reformatorio. Ha ido a por ella. - la voz le tembló, estallando de nuevo - está a punto de morir.

Joder, vamos, cógeme el teléfono.

- ¿Sí? - dijo Justin a través del teléfono móvil.

- Justin, soy Jack.

- Ya lo sé, tonto. - dijo él riendo.

- Me alegro que ganases el primer premio... eso está muy bien, lo vi en el New York times.

- Gracias.

- ¿Te pasa algo?

- Bueno... aparte de que eché a Valeria de casa. Y de mi vida

- Hombre, aleluya. Dos arpías menos.

- ¿Dos?

- Primero Sandra, luego Valeria. Estoy orgulloso de que te des cuenta tu solito de que mujeres te convienen. - Aun que con una te equivocaste de lleno.

- Bueno ya...

- No estás así solo por la zorra de Vale.

- Ah, no si te parece. La fui a buscar a la oficina y la encontré en una reunión. Con su fabuloso ayudante.

- Oh, a mi querido hermano le han puesto los cuernos.

- ¿Te hace gracia?

- Se que a ti también. No amabas a Valeria, y no la has amado nunca, y te la sopla que estuviera acostándose con otra, es más, ya lo sabías. ¿me equiboco?

El silencio lo delató.

- ¿Ves? Ahora, si me dejas, me gustaría saber que es lo que realmente te pasa.

- Ayer hablé con ________. Vino a Nueva York, por eso del traslado de la discoteca.

- ¿Y que tal?

- Mal, hablamos muy poco y se ha ido hoy. Y me he dado cuenta...

- De que la sigues amando.

- Así es.

- Pues tendrás que volverte a ganar su pequeño corazoncito. Y está resentida... y está con otro, así que no lo tienes fácil.

- ¿Con otro?

- Si. Brian... uno de su clase, por lo que me ha contado.

- ¿Es que te lo cuenta todo? - masculló bufando.

- Soy uno de sus mejores amigos. - le restregó Jack.

- Joder... ¿Y ya que eres tan...?

- No te pienso ayudar. Te las apañarás solito, yo te advertí de que _______ era lo que te convenía, pero tu, con tu puto orgullo, no me hiciste caso.

Justin se quedó pensativo.

- ¡Ostia! Gracias Jack, tengo una idea... - sonrió a través del aparato - ya nos veremos, dentro de poco me verás en Los ángeles de nuevo.

- Tus ideas me asustan. - Dijo Jack, cuando Justin ya había cortado la llamada, mirando el teléfono... y suponiendo lo que su hermano iba a hacer. - El dinero no trae a la felicidad, Justin.

Voy a ser tu maestro {2a Temp.} | PAUSADA |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora