Seis.

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Oye Carlota, ¿por qué tan callada? —inquirí observando como largaba un suspiro.

—Generalmente sueles hablar cada vez que se te presenta la oportunidad —añadió Taina.

—Concuerdo —confesó Kaitlyn.

—¡Oigan! Tampoco hablo tanto.

Pero no eres de pocas palabras. Ya suéltalo y dinos que te sucede.

Nuevamente suspiró.

—¿Recuerdas aquella vez que estábamos en las escaleras y fui arrastrada por la multitud? —preguntó como respuesta.

Una imagen del chico que al parecer se llamaba "Chris" sujetando mi cintura, pasó por mi cabeza. Negué tratando de ahuyentar aquel pensamiento.

Por desgracia, perfectamente.

—Bien, cuando solté tu mano, sujeté la de un chico... muy guapo, con unas lindas gafas de montura blanca, pensando que era la tuya. Me preguntaba que habrá sido de él.

Me quedé en shock.

—¿El chico de las gafas blancas? —agregó Kaitlyn—. Creo que es dos grados mayor que nosotras.

—¿Cómo lo sabes? —cuestionó Taina.

—Es amigo de Valerie.

Yo seguía en shock.

—¿¡En serio!? —exclamó Carlota.

En ese momento la miré mal y me desahogué.

¿¡Estás diciendo que tengo manos de chico!?

—¿Qué? —soltaron confusas las tres.

¡Sujetaste su mano pensando que era la mía!

—Ah, eso —soltó una risita—. En realidad él es quien tiene manos de chica.

Reí calmándome al instante.

—¿Qué hiciste después de soltar a Carlota, Danielle? —preguntó Kaitlyn.

¡Yo no la solté!

—Bueno, ¿qué hiciste cuando ella se soltó?

Fui magullada por cientos de cuerpos.

Ellas rieron.

Ah, y casi muero al caer nuevamente dentro de la multitud. Pero un chico me ayudó. Solo que me sentí manoseada ya que tocó una parte personal de mi cuerpo.

—¿Quién fue el idiota y yo lo golpeo? —musitó Taina.

El poste. Que al parecer se llama Chris.

En ese momento nuevamente rieron.

—Debe ser el destino —soltó Carlota.

—¡Hey las de atrás! Guarden silencio —reprochó el maestro, que al parecer ya había llegado.

Todas observamos al frente y divisé justo al lado del maestro un cuerpo realmente alto y delgado. Un par de chicas suspiraron y otras le saludaron de forma casual.

—Entonces por ese motivo, Chris se trasladó a nuestra clase. Llevense bien con él —concluyó el maestro.

Me atraganté con mi propia saliva.

¡DEBE SER UNA BROMA!

—Debe ser el destino —murmuraron Taina y Carlota mientras reían.

¿¡Cliché!?
¿¡Dónde!?

I know.
I know.

Pero este será el último cliché. Creo...

¡HOLA LARCHOS Y ASTILLAS!

No tengo más para decir en realidad. Sólo que Danielle se va a ganar un regaño por gritar en clase. Xd

→Chau.

Maratón 1/3

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