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❛había desaparecido❜
AUNQUE SUPIESE QUE FURY LO TENÍA todo controlado, tal y como me había asegurado un par de veces, no podía evitar sentirme asustada. La persecución de antes había acabado conmigo en un irrevocable ataque de nervios, pero ahora, los túneles oscuros y mohosos por los que nos escabullíamos hacia vete a saber dónde me tenían en un catatónico estado de ansiedad. Estaba adolorida y atemorizada. No sabía qué iba a pasar con nosotros ni a dónde íbamos a parar con este sinfín laberíntico de alcantarillas. No confiaba del todo en Fury, pero tampoco podía recriminarle nada teniendo en cuenta en el estado que se encontraba. Definitivamente estaba peor que yo, aunque solo físicamente.
Al final, y aunque suene algo dramático, acabamos viendo la luz al final del túnel. Salimos de ahí por una boca de alcantarilla mal cerrada. Con ayuda mutua conseguimos llegar a unas calles vacías e intransitadas, sucias y casi muertas. El único indicio de vida pasada eran los carteles publicitarios empapelando cualquier superficie, ahora rasgados y descoloridos por las lluvias y el tiempo.
─¿Dónde estamos? -pregunté.
─Ahora lo sabrás.
La voz ronca y rasposa del director me avisó de cómo su estado empeoraba por momentos, así que tuve que ayudarlo a caminar, guiándome únicamente de sus direcciones y de sus impulsos a seguir caminando. Era un hombre fuerte y orgulloso, pero sabía cuándo dejarse ayudar.
Llegamos a las afueras y seguía sin entender adónde nos dirigíamos. Nos rodearon arbustos, árboles y follaje húmedo por el rocío de la lluvia. El barro se enterró en mis zapatos y tuve que hacer doble esfuerzo por cada pisada profunda. Cuando por fin la vegetación decidió hacerse a un lado, ante mí aparecieron unas viejas instalaciones abandonadas y oxidadas.
─¿Es aquí? -inquirí algo confusa ante lo que estaba viendo- ¿Qué hacemos aquí?
Su gruñido me indicó que siguiera caminando y que me dejara de preguntas. No dejaba de preguntarme quién nos esperaría al entrar en ese extraño edificio, aunque algo me decía, y más que nada la lógica, que sería la agente Hill. Y en efecto, fue ella la que nos recibió.
─Agente Hill, ¿qué está pasando?
─Tenemos que empezar el plan, lo saben.
─¿Saber el qué? -pregunté ante el comentario de Fury, el cual estaba siendo atendido por Hill.
─Que los hemos desenmascarado -respondió ella.
─¿Tienes todo lo que te pedí? -le preguntó el director evitando soltar un siseo de dolor al sentarse en una silla destartalada y vieja.
