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Mi madre invitó a tus padres a cenar, la pobresita Tiare no tocó su comida.
Tu madre tomó mis manos entre las suyas, sus ojos estaban llenos de lágrimas.
Me dijo que te di la mejor vida de todas, que te hice feliz hasta el último momento.Que me agradece haber ido día a día sin falta a visitarte al hospital.
Y cuando tu madre dejó escapar sus lágrimas, fue cuando sacó de su bolso un sobre.

Era una carta dirigida para mi, cuando estabas de viaje con tu familia y supiste que volverías a entrar en coma, tomaste un papel e hiciste la carta.
Le pediste a tu madre que me diera la carta apenas te fueras...
Ya sabías que era el final.

Tu madre me pidió (si no me molestaba) leer la carta en voz alta.
Yo acepté.

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