•E i g h t•

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Mikaela entro a su casa, encontrándose, como casi todas las noches, con Akane

- ¿Donde has estado? Tu prometida te espera de hace dos horas -le gruño su padre

- Estaba con mis amigos ¿O acaso no puedo? Tu la invitas, tu la atiendes

- No juegues con fuego, niño

- Entonces no me metas en tus juegos. Me iré a mi habitación

- Y Akane ira contigo -esa orden le cayo como un balde de agua fría, pero no tenia las ganas de discutir, tenia cosas mas importantes en las que pensar, como por ejemplo, que le diría a ese niño azabache mañana en la preparatoria

Le había revelado la existencia de los vampiros, algo que nunca se le ocurrió y ahora no sabia que hacer

- Que haga lo que quiera -con frialdad dijo y camino hacia su habitación

- Ve, querida -le sonrió levemente, Akane se paro, despidió con una reverencia y salio tras su prometido

Mikaela entro, sin siquiera prestarle atención a esa joven. Tomo algo de ropa y se metió a la ducha, dejándola sola en su habitación

Akane pensó en entrar con el, seducirlo y poder hacerlo caer en sus redes, pero después lo pensó mejor, si se llegara a enojar, seguramente la mataría

Comenzó a observar su habitación, era típica de un hombre;

Las paredes eran verdes oscuras y negras, el piso era de alfombra también negra, la cama estaba contra una pared, era una king y tenia un acolchado color rojo sangre. Unos sillones negros adornaban la habitación, junto a un televisor gigante y un equipo de música, junto con un escritorio junto a su cama con una computadora. Era sencilla, pero muy bella. Y lo que mas le gustaba de todo eso, era el aroma a menta dulce que tenia todo el ambiente, aunque distinguía un leve aroma a rosas que no lograba reconocer

Tomo asiento en un de los sillones, esperando a que su prometido salga y le preste, aunque sea, un leve destello de atención

A los pocos minutos, Mikaela salio de la ducha con unos jeans algo rotos y una camisa a cuadros desabrochada, dejando a su prometida completamente embobada con su cuerpo

El rubio se acostó en su cama, tomando su celular, con la esperanza de que Yuichiro le haya mandado un mensaje, y como si fuera magia, así fue 

Sonrió como un tonto al celular, lo que noto Akane, haciendo que nuevamente una oleada de celos se extienda por su cuerpo

"Hola, Mikaela~ Este es mi numero. Muchas gracias por salvarme hoy, de verdad ese chico me asustaba"

Con rapidez, Mikaela le contesto. No quería hacer esperar a ese niño

"Hola. No agradezcas, eres mi amiga, es mi deber protegerte"

Penso en mencionarle algo con respecto al secreto que develo, pero se detuvo, era mejor hablarlo en la preparatoria, así que sin mas, lo envió

Estuvo unos largos minutos hablando con ese pequeño que tanto tanto deseaba, olvidándose completamente de su prometida, la cual estaba clavando sus garras en el sillón, para no tirársele encima a ese joven por no prestarle atención

Luego de otros minutos, Mikaela noto la presencia de ella al sentir como un aura llena de odio le rodeaba, se sentó en su cama y vio como ella lo miraba fijamente con cara de pocos amigos

- Ahí tienes el control de la televisión -y se volvió a acostar mirando la constentación de Yuichiro y otro de Shiho que le pedía que se encontraran en el bar

•Trueblood• [MikaYuu]Onde as histórias ganham vida. Descobre agora