La Bella Y El Fabuloso Mostruo <<♡Mettaton♡>>

Capítulo 3

Burgerpants se encontraba fumando tranquilamente en él callejón del hotel de MTT. Este había sido inaugurado hace unos 8 años, mientras Mettaton hacia su larga gira le comentaron que se encontraba, en donde vivían sus amigos, un gran hotel abandonado, Mettaton decidió comprarlo y pidió que lo remodelaran igual a su antiguo hotel, al cual quedo en el subsuelo. Costo unos meses, pero al final la espera y el trabajo duro dio sus frutos, había un nuevo hotel MTT idéntico al del subsuelo. Mettaton también volvió a contratar a sus viejos empleados, los cuales alegres -y algunos que no tanto- lo aceptaron.

De la puerta negra de metal, salió una mujer de piel azul, cabellera roja, furiosa mirando al gato naranja mientras este fumaba. Se acercó a Burger y agarró su cigarrillo y lo tiro al suelo para luego pisarlo con su zapato negro.

-Tu aquí fumando, y yo rompiéndome el culo allá dentro -dijo molesta Hannah (la mano recepcionista).

Burger miro sus ojos, sus ojos de color rojo, el mismo que su cabello y sus uñas. Después de ver a los humanos y tener miles de burla por tener una mano en vez de cabeza, se hizo una cirugía, cerrando la boca a varios humanos por la gran belleza que había ganado. En cambió Burger le daba igual lo que dijeron de él, y aún sigue siendo el gato naranja con pantalones de hamburguesas.

-Lo siento, cariño -lo dijo con mala gana, burlándose de su jefe. Digamos que muy bien no se lleva con este.-.

-En unos minutos regresara Mettaton... hay que tener todo listo para cuando llegue, y tú tienes que ayudar -Hannah trato de tirarlo de los brazos y llevarlo adentro, hacia su puesto de trabajo.-.

-No me molesta que me despide -dijo y se despegaba de la pared, se despegó del agarre de la pelirroja, y regreso hacia la puerta de metal mientras la pelirroja lo seguía detrás.-.

-Pero no lo hará, él te necesita... como todos nosotros.-Ambos ya están dentro de la recepción del hotel. Desde allí se podía oler la comida que venía de la cocina del pequeño restaurante que poseía el hotel, Hannah se detuvo unos segundos para disfrutar de aquel aroma, ella nunca se acostumbrara a tener al fin una nariz y tener ese poder conocido como olfato, que jamás lo tuvo.-.

-Hannah -llamo su atención.-, sé que a Mettaton le gusta mandarme, él sabe que mi sueño era ser actor... pero para él no le convenía tener competencia, es más fácil ser el único en el espectáculo... -dijo con voz ronca mientras se imaginaba a Mettaton ardiendo en el fuego.

-Nunca pasó eso, tus padres prefirieron que tengas un trabajo seguro, que quedar actuando en la calle. ¿No recuerdas lo que le paso a tu tío? -el chasqueo la lengua en respuesta.-.

-¿Mettaton como pudo? -pregunto lleno de coraje mientras cerraba con fuerza sus puños.

-el tuvo ayuda, no lo hizo solo... -Hannah vio que él no cambiaba de humor, decidió respirar profundo y cambiar de tema.-. Si no hubieras estado aquí, nunca nos hubiéramos conocidos. En este hotel somos como una familia, quizás hubieras tenido tanta fama como Mettaton pero estarías solo...

Quería ella al menos calmar el fuego que parecía en cualquier momento crear Burger, pero simplemente el gato naranja se alejó a su puesto de trabajo.

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-Me alegra volver a verte, cariño -dijo su jefe a Hannah, mientras esta se acercaba a él para saludar al recién llegado.-.

-Buenos días, Mettaton -dijo ella mientras tomaba su brazo. Ellos empezaron a caminar por el pasillo del hotel, la gran recepción era enorme, y a su izquierda se veía el pasillo que te llevaría al restaurante, y a la derecha se encontraba las habitaciones.-.

-Que hermoso lugar, se parece bastante al del al del subterráneo-dijo maravillado mirando el lugar. Era la primera vez que venía, y parecía como regresar a su antiguo hogar.