— ¡Es suficiente!, perteneces a Asgard, no importa tu naturaleza y eres mío—una parte de su ropa se deslizo dejando al descubierto la marca de un color verdoso en su hombro—no quiero hacer lo mismo de la última vez y tú tampoco, ¿verdad, Loki?

Tuvo que tragarse su orgullo, bajar la mirada, porque aceptaría todo lo que le ordenara, odiaba en demasía su absurda debilidad debido a simples contra hechizos.

—no,...sin mi magia las heridas tardan mucho más en sanar, no quiero otra golpiza.

El rubio sonrió satisfecho de que lo hubiese comprendido.

—Entonces ve a vestirte como es debido, hoy vamos a celebrar mi victoria.

El moreno trató de contener sus comentarios mordaces, detestaba tener que brindarle su cuerpo a voluntad, pero resistirse solo resultaba en algo peor, odiaba por temor rebajarse a todo aquello.

Sabía que si tardaba demasiado se impacientaría, por lo que se apresuró a dar un baño con aguas perfumadas a su nívea piel, lavo su cabello con esencias, dejándolo perfectamente peinado; aunque al elegir sus ropas evito las túnicas, uso algo que le hacía sentir mucho mejor, no le importaba que a Thor no le gustara.

Algo de comida y bebida había sido servida por órdenes del rey, este observaba hacia la puerta del pequeño contiguo que le servía de vestidor a Loki, las cortinas que cubrían la entrada se agitaron un momento, dejando pasar su figura engalanada en un traje que envolvía su piel de forma exquisita, pero tenía elementos que lo protegían, era un traje de batalla, el mismo que usara la última vez que viajarán a Jotunheim, sin adornos extravagantes ni molestas joyas.

El rubio se levantó, acercándose hasta tenerlo muy cerca, le tomo de la barbilla ordenándole que le viera.

—Te ves precioso sin importar lo que te vista, en esa ocasión estaba celoso ante la idea de que alguien más pudiese tocar tu cuerpo.

En el rostro de Loki se dibujó una sonrisa amarga, los celos de su hermano habían ido en aumento, al grado de tenerlo cautivo.

—Mi lugar siempre fue a tu lado—esa declaración sorprendió al rey—en el campo de batalla, no aquí donde mis habilidades no sirven de nada.

El rubio rodó los ojos molestos, no quería tener de nuevo esa discusión.

—no irás, tu lugar ahora está aquí.

El moreno golpeo la mano que se le acercaba, ya había pasado mucho tiempo conteniéndose.

—¿por qué?, ¿acaso no sirvo más que como trofeo?, ¿no hay otro destino para mí que abriéndote las piernas?, no me lo creo yo...—el rubio lo acallo con un beso ardiente, sus manos fuertes fueron hacia sus ropas que cedieron y terminaron por el suelo en medio de sonidos metálicos entremezclados con jadeos, no había nada más que discutir, el rey había llegado a reclamar lo que le pertenecía como tantas otras veces, conocía a la perfección cada parte de su anatomía, sabía muy bien que las mordidas en el cuello le hacían temblar las piernas, su mano experta prodigaba caricias tales a su hombría que provocaban sus entrañas comenzaran a punzarle necesitadas de atención, de tener su miembro dentro y de que lo hiciera gemir.

Thor le había convertido de hábil hechicero en su puta personal, lo humillaba, él sabía y le fascinaba, por eso dedicaba tanta habilidad a masturbarlo, sin darle descanso, sin permitirle aferrarse a lo que sobraba de su orgullo, cimbraba su cuerpo quebrando su espíritu cuando sus líquidos preseminales mojaban sus dedos, lo volvían débil, sumiso ante quien lo había reclamado.

— ¡Aaahhh!—

Ahí estaba de nuevo, cediendo, cayendo al vacío de un orgasmo forzado, pero sin dejar de jadear o de sentir más que una pasión malsana mientras lo veía lamer los restos de su semilla de una forma voraz, sonriendo al verle temblando de esa manera; colocándose muy cerca de manera que no pueda evadir su mirada.

Jaula Dorada [Thorki]Kde žijí příběhy. Začni objevovat