1.Bestial Fanfic nuevas especies [COMPLETA][Reeditada]

Capítulo 22

Leo retrocedió, desvaneciéndose en la espesura del bosque, y para asombro de ambos, Dakota lo siguió, desapareciendo entre los árboles. Bestial giró la cabeza para mirar a Luna, sus ojos destellaban con emoción contenida. Una sonrisa cálida se curvó en sus labios y un rubor tiñó sus mejillas. La certeza de que ella estaba de vuelta, finalmente, lo sumió en una profunda sensación de paz.

"No volverás a irte", gruñó Bestial con intensidad.

"No volveré a irme", respondió Luna, sus labios rozando los suyos.

"No tendrás a otro macho", añadió con una voz profunda y ardiente.

"No deseo a otro macho", respondió Luna con una sonrisa y otro beso apasionado.

"Eres mía", murmuró Bestial, su voz ronca y dominante.

"En cuerpo y alma", juró Luna mientras abría su boca a la invasión de su lengua.

Fue un beso lento y apasionado, cargado de promesas. Luna se dejó llevar por la maestría de esos labios, por la magnificencia del cuerpo de Bestial y por la lealtad de su alma. Cuando se separaron jadeando supo que habia encontrado la paz. Había superado los obstáculos que habían estado en su camino durante tanto tiempo y finalmente estaban juntos.

Bestial la sostuvo con fuerza, como si no quisiera dejarla ir nunca más. Su abrazo era apasionado y protector, como si quisiera asegurarse de que nunca más estarían separados.

Luna sonrió y le acarició el rostro con ternura. "Nada nos separará de nuevo, Bestial. Estamos juntos para siempre".

Él asintió con una sonrisa. "Para siempre".  El bosque, siempre vigilante, los observaba mientras cedian a la pasion, como si estuviera bendiciendo su unión con su eterna sabiduría y serenidad.

-Soy tuya- susurro vehemente- y tu mio- Bestial la acallo con otro beso retomando el camino perdido hacia el paraíso.

El se quito la camiseta y gruño al ver que Luna seguía vestida, agarro la tela y la destruyo con las garras, teniendo especial cuidado en no hacerle daño.

-Mía- gruño lamiendo la piel que había dejado al descubierto- toda mía- ataco uno de sus pezones haciéndolo girar entre sus dientes mientras succionaba ligeramente, Luna gimió en voz alta y enredo sus manos en la espesa y oscura cabellera mientras el seguí perdido entre sus senos.

La alejo del árbol y la tumbo sobre su gran camisa, se alejo un paso para desnudarse y Luna lo imito, abriendo ampliamente las piernas para recibirlo. Bestial hinco la rodilla en el suelo y antes de que Luna pudiera reaccionar la tenia agarrada de las caderas, miraba fijamente sus labios menores y un gruñido salio del fondo de su garganta.

Bestial miro a Luna mientras se acercaba lentamente al tentador festín, respiro hondo embrigandose con su olor y la lamió, Luna gimió dejando caer la cabeza hacia atrás mientras seguía apoyada en sus codos, repitió la caricia y un leve espasmo recorrió el cuerpo de su compañera, sonrió cuando finalmente se tumbo sobre su espalda, los brazos demasiado débiles para sostenerla, agacho nuevamente la cabeza y esta vez succiono su clítoris.

-Oh Dios- la escucho gritar mientras se corría fuerte contra su lengua, Bestial gruño enviándole vibraciones que la hicieron subir mas alto aun, con las caderas arqueadas y un brazo tapándole los ojos estaba preciosa.

La solto lentamente y se arrastro encima de ella, dejándola sentir toda su fuerza, toda su potencia. Froto su miebro, duro, grande, erecto contra sus labios y se deslizo unos centímetros ensachandola, salio y repitio el proceso, Luna gimo frustrada y le agarro del pelo haciéndole bajar la cabeza, recorrió con la lengua el largo de su cuello y para Bestial todo el control desapareció.

Se hundió en su apretada vaina con un rugido liberador, Luna gimoteo mas alto y eso lo detuvo asustado pero ella empezó a moverse y eso le dio disparo de salida. Salio lentamente y la embistió, una y otra vez, sintió su orgasmo llegar y paro.

-Sobre tus manos y rodillas- Luna lo miro confundida pero hizo lo pedido, la visión de su sexo en esa posición lo puso aun mas duro.- Dios eres preciosa.- Con ese cumplido la monto y a partir de ahí ya no hubo mas palabras, solo movimientos, jadeos, pasión y quizás un poco de amor.

Varias horas despues Luna y Bestial se encontraban tumbados en el suelo, abrazados, contemplando la inmensidad del bosque que los rodeaba. El manto de hojas y hierba bajo ellos era suave, como una caricia de la naturaleza.

El cielo estaba salpicado de estrellas brillantes, y la luna llena iluminaba su entorno con su suave resplandor. El bosque estaba en calma, y el único sonido que rompía el silencio era el susurro suave de las hojas movidas por una brisa ligera.

Luna descansaba la cabeza en el pecho de Bestial, sintiendo el latido de su corazón bajo su oído. Sus dedos acariciaban la piel de su pecho con ternura, trazando líneas invisibles mientras ambos contemplaban el cielo estrellado.

"Este es mi lugar favorito en el mundo", susurró Luna, con un suspiro de felicidad. "No quiero irme nunca mas."

Bestial la abrazó con más fuerza, como si pudiera protegerla de todos los males del mundo. "No tienes que irte, Luna. Este es tu hogar ahora, y yo estaré a tu lado siempre."

Permanecieron en silencio, envueltos en la serenidad de la naturaleza circundante. El silencio solo era interrumpido por el suave susurro del viento entre los árboles y el tenue crujido de las hojas bajo ellos. Luna apoyó su cabeza en el pecho de Bestial, donde podía sentir los latidos de su corazón, un ritmo que parecía sincronizarse con el susurro de la brisa.

El amor que compartían parecía fundirse con el bosque, como si fueran una parte más de esa majestuosa maravilla que tenían ante ellos. Las estrellas en el cielo nocturno parpadeaban como testigos silenciosos de su conexión profunda. La paz y la plenitud que experimentaban en ese momento eran indescriptibles, como si el mundo entero desapareciera y solo quedara su amor y la belleza natural que los rodeaba. Era un instante mágico en el que no necesitaban palabras, solo su presencia mutua y la maravilla de la naturaleza.

Juntos, abrazados en medio de la naturaleza, Luna y Bestial se sintieron completos y en paz por primera vez en mucho timpo.