El tiempo corre.

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Ken

Ravi y yo ha no hablábamos desde aquel día en el que conocí a Leo, el ya no me dirigía la palabra. ¿Si era algo que me afectaba?, en lo absoluto.

Era un día lluvioso y frío, el otoño estaba acechando y eso se estaba notando y mucho. Podías ver a mucha gente con su bufanda y la nieve inundaba las calles de vez en cuando, todo era bonito salir a la calle y ver las calles rodeadas de una pequeña blancura, parecían decoradas con una fina delicadeza.

Amo el frío.

Me despertaba y me estiraba en frente de aquella ventana que tenía en mi cuarto con las cortinas abiertas a los lados, los árboles ya se encontraban escasos de hojas y algunos señores salían a quitar la nieve de sus puertas. Me dirigí al baño para darme una ducha calentita y bajar hacia la cocina en donde se encontraban mi bella madre y mi pequeña hermana.

Después de bañarme me seque y vestí, dije lo que anteriormente haría así que después de eso me encontré en la sala, al parecer hoy si teníamos dinero para desayunar. A mi madre le estaba yendo bastante bien en el trabajo habían aumentado el sueldo de este, así que ella se encontraba verdaderamente feliz.

-¿Cómo se encuentra tu nuevo amigo, bebé?. Me preguntaba mi madre mientras me servía los huevos revueltos.

-Pues..Bien, supongo. Respondí distante. Ella no sabía nada de lo que había pasado, ni de que me acosté con ese tal amigo.

-Eso es bueno hijo. Acarició mi cabeza y empezamos a comer.

Mi madre era una de las personas más "inocentes" o más bien despistada que podía conocer.. Últimamente sentía que la estaba engañando al no decirle la verdad sobre ese supuesto amigo, después de todo jamás le había mentido.

-Cuídate mucho bebé de mamá. Sonrió y posó un tierno beso en mi mejilla.

-Gracias. La abracé, tomé mi mochila y me fui de allí para partir rumbo a mi escuela.

Caminaba lentamente por aquel gran camino que hace unos meses atrás se encontraba lleno de hojas y alumbrado por aquel color violeta de algunas extrañas hojas que florecían y caían lentamente, ya no es así ahora se encuentra inundado de un color blanco que iluminaba las calles de una manera algo..hermosa.

Caminaba por ahí hasta que pude divisar como una camioneta paro enfrente mío, una vez abierta logré ver a un sonriente Leo había rumores de que el no sonreía en la escuela o no sonreía para nadie.

Aunque eso es mentira hace unos cuantos días de nuestra amistad el logró confesarme que sonreía casi todo el tiempo, sólo que no tenía por qué sonreirle a gente que no conocía y tiene bastante razón.

Y también me dijo algo de que a las personas que más le sonreía era a mi y a su Umm creo que a su niñero. Parecerá un chico de dinero y todo frío pero es por que él casi no está con sus padres, ellos se encuentran fuera casi todo el tiempo y él debe quedarse con su niñero. Creo que mencionó su nombre amm..cha hak yeun, cha haj yon... ¡Cha HakYeon!. Bingo.

-Ken Hyung..¿subes?. Aquella pregunta hizo que volviera a la realidad y asentí divertido.

-Buenos días Leo. Me acomodé en el asiento.

-Buenos días Ken. Respondió feliz y saco su bebida para ofrecerme la cual acepté.

El Instituto no quedaba tan lejos al menos no de mi casa. Leo vivía muy lejos así que debían traerlo en camioneta, mientras él y yo hablábamos se podía apreciar como un pequeño vaporcillo salía de nuestras bocas al hablar, esa es una de las cosas que me gustan de los días fríos.

Esclavo serás. (Raken)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora