ii

3.7K 406 131
                                    

 Then happens this; one thing on a million.



Era más de lo que merecía, en todas las letras.

¿Cómo había podido serle infiel a Victoria?

Una relación perfecta de cuatro años, sin ningún problema, se estaba quedando en nada por su propia calentura. Él mismo había tomado la decisión de terminar relación que se había encargado de manchar, puede que ella le hubiera perdonado pero él, sinceramente, tenía un fuerte cargo de conciencia. Sabía que, Victoria era demasiado compresiva y, a su manera, trató de entender la situación. Aún así, por el momento LuHan no se sentía merecedor de aquello. Tomarían un pequeño espacio con respecto a su relación, sin embargo, no dejarían de ser mejores amigos en ningún momento. 

Había sido más simple que la escena que había montado en su cabeza.

Sus planes estaban siendo desordenados por ese motivo, ahora su boda que habían planeado —¡hasta sus familias!— desde que era un crío se había ido por el precipicio por su culpa. 

Debía morir

Como odiaba cuando las cosas no estaban en su control, era demasiado molesto, y con Baek recordándole a cada rato esa noche, tratando de sacarle todos los detalles que él consideraba 'jugosos', ganándose uno que otro golpe de LuHan. Todo era un caos.

«La vida sigue», se obligó a recordar, pero cada vez que levantaba el cuello o se bañaba podía notar todo el rastro de ese chico, de Oh Se Hun en él, de verdad empezaba a sentirse como una vaca.

Así que en esos momentos se encontraba ahogándose en una gigantesca cubeta de Kentucky fried chicken —en palabras de LuHan; celestial y grasosa comida—. Nada mejor que pollo bañado en aceite para matar sus penosas idioteces. Apostaba que si había un premio nobel a la estupidez, él ese año se lo estaría llevando.

Y otra pierna de pollo fue devorada.

—¿Mañana es tu primer día de trabajo, verdad? —BaekHyun apareció sentándose a su lado con los ojos entrecerrados por el sueño que estaba abordado dentro de él—. Por todos los santos, LuHan, ¿cuántas has comida ya? —Antes de que pudiera responder su valioso balde de comida grasosa le fue arrebatado—. Qué perfecto plan; engordar para el primer día. Excelente —ironizó el menor frunciendo el ceño.

—Déjame, es sólo por hoy, ¿vale? —pidió LuHan con voz lastimosa. Y su precioso balde fue devuelto a sus brazos.

Se llenó la boca de muchas papas fritas. Hace tiempo que no comía como oso después de hibernar; se sentía de cierta manera bien y le llenaba, literalmente.

¿Cuánto tiempo había pasado desde su desastrosa —perfecta— noche? Cuatro semanas, y ahí estaba él sin poder superarlo como un idiota.

Aún podía recordar los primeros días. Cada marca parecía haber sido grabada con fuego, pues en todo movimiento podía notar escozor o una sensación hormigueante en su cuerpo. Sus muslos habían sido rasguñados, sin compasión, y ni hablar de su trasero. Su primera vez había sido totalmente a lo bruto y de la manera más salvaje pasional del mundo. Y muy dentro de él no se arrepentía de eso, pero prefería guardar eso muy lejos de su conciencia. Nada fuera de lo normal, salvo uno que otro dolor que aumentaba sobretodo en su vientre bajo, pero BaekHyun le aseguraba que era porque LuHan solía ser un ente bastante delicado, sin más. 

Já, delicado.

Todo en "orden" hasta eso, poco a poco su rutina volvía a caer encima de él, dándole la sensación de seguridad. Las cosas volvían a su lugar, como debía ser. 

Two to nine; HunHanWhere stories live. Discover now