CAPÍTULO 1

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El verano se hacía sentir en Buenos Aires, mientras Emma caminaba irritada por el calor, el sudor y el mal día que habia tenido y como si fuera poco, con una pésima suerte.

-Realmente ésto me está sacando de quicio.-   Se quejaba Emma a paso ligero- Es la tercera vez que doy el examen de ingreso y es la tercera vez que me falta un punto para aprobar.-

Le quedaba sólo una oportunidad y tenía quince días para estudiar. Lo único que quería era llegar a su casa y acostarse, descansar la mente que había estado echando humo desde que terminó la secundaria. Ni siquiera quería llamar a su novio.
Tomó el colectivo y nunca había estado tan agradecida de vivir tan cerca de la universidad, en quince minutos estaba bajando y caminando las tres calles que la llevaban a su casa.
Cuando entró, el ambiente estaba algo apagado y se sorprendió por las caras de su hermano y su novia Kary.

-Hola Emma ¿cómo te fue en el examen?- preguntó la chica.

- ¡Horrible! No hay otra palabra.- dijo resignada- pero ¿ qué pasa con sus caras. Pasó algo?-

-Mmm digamos que si, pero todavía no. O tal vez no, pero en cualquier momento si.- Respondió su hermano. Y ambas lo miraron como si estuviese bromeando.

Danniel, era una persona muy amable, el único defecto que tenía eran sus vicios, el alcohol y el juego. Después de perder a su madre y ser abandonados por su padre, Danny se hizo responsable de la crianza y educación de Emma.

Ella tenía cinco años y Danniel diecisiete cuando su madre falleció complicándolo todo. El quería estudiar medicina pero las circunstancias lo llevaron a terminar la secundaria y conseguir un buen empleo para poder mantener la casa y los gastos de ambos.

- ¿ Cómo es eso de si pero no o no pero si?- dijo Emma algo confundida.

Y Danniel le explicó con su cara llena de amargura que le habian ofrecido un traspaso a España y que sería una buena oportunidad para ganar más dinero y pagar deudas, las cuales la mitad eran de apuestas.

-Sinceramente no me gustaría que dejaras tus estudios pero sólo será por un año o dos, como mucho. Yo sé lo mucho que te estás esforzando pero estoy en rojo y no encuentro otra solución más que ésta.- Le dijo con la mirada cansada.

-Luego hablaremos del tema Danny, no te preocupes, hemos salido adelante de cosas peores- le dijo su hermana bostezando.

-Si pero...- Sus palabras quedaron en el aire.

-Déjala que descanse un poco, Yo me encargaré de la cena y tu ve a descansar, te despertaré cuando esté lista.-dijo Kary.

Emma la miró agradecida y desapareció. Entró a su cuarto y se desplomó en la cama.
Por su mente pasaron muchas cosas. El examen, las preguntas, las respuestas. Lo que debería haber respondido. La cara de la profesora. Su propia cara, la tensión. Y todavía no podía imaginarse viviendo lejos de su ciudad. Cuando quiso pensar en algo al respecto quedó profundamente dormida. En su casa sólo vivían ella y su hermano. Kary estaba siempre. Y casi todos los días se quedaba a dormir.

Cuando despertó era de madrugada. Kary había ido a despertarla para cenar pero al verla durmiendo tan cómoda, decidió no molestarla. Calentó lo que había sobrado de la cena y se servió un vaso de agua. Mientras estaba comiendo comenzó a pensar en el tiempo que estarían en España. No podía imaginar nada. Era un lugar que no conocía. Y no tenía tanto interés.

Emma tenía sólo una amiga. Un novio el cual no veía todos los días, él era dulce y entendía cuando necesitaba tiempo para estudiar, era un poco más alto que ella, y tenía una sonrisa tan sexy que más de una vez terminaban discutiendo por la atención femenina que despertaba. Hubo veces que escuchó que lo habían visto con una chica o que arreglaba alguna cita a sus espaldas, pero ella siempre decía "Ojos que no ven, corazón que no siente", aunque a veces su cara o comportamiento la hacía desconfiar un poco. Pero su relación se basaba más en compañerismo, aún no habían experimentado relaciones sexuales, porque ella no creía tener la confianza suficiente como para entregar algo tan valioso. Pero lo quería, amar era una palabra muy importante, él y ella se entendían, y llegar hasta ese punto era algo que había que ganar, era como una meta. Personas más importantes que ellos no tenía. No tenían mascotas, no tenían un auto, ni siquiera un padre que valiera la pena, sólo su casa y sus estudios. El teléfono la saco de sus pensamientos, eran casi las doce de la noche.

-Quien demonios será, hola?. . .hola?- Contesto molesta.

-Disculpa, siento mucho la hora. Está Danniel?- Sintió la voz irritante del amigo de su hermano.

-Está durmiendo, es urgente? Sino puedes llamar mañana.- Respondió cortante

-Entiendo, soy Kevin.- Dijo el hombre, creyendo que Emma no se había dado cuenta quien era.

-Si ya lo se... Te puedo ayudar!?-

- Quizá, dile que lo espero mañana en la cafetería. A las tres de la tarde.- Dijo cortante con ese tono tan ácido que a Emma siempre le había molestado.

- Muy bien, algo más?-Pregunto Emma en el mismo tono.

-No, solo eso...Vaya, ha pasado un tiempo, Creo que hasta tu voz ha cambiado. Debes estar tan bella como me dijeron Danniel y Kary. Hace mucho que no te veo.-

La muchacha Quedó muda, no podía articular ni una palabra. Se le erizó el vello de la nuca y se le contrajo el estómago. Y al notar que no emitía sonido Kevin se despidió y corto la llamada.
Quedo petrificada unos instantes con el teléfono en la mano. Le costó volver a tierra, se sentó y bebió ese vaso de agua de un sólo trago.

<Simplemente fue un día desastroso. Y lo peor ha sido esta llamada.> Pensó mientras los nervios intentaban reprimir una sonrisa.

CONTINUARÁ. . .

Cuéntale que me amas [Serie MELODY 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora