Cerca de Ti...// Alex y Tu

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Narra ___
Habíamos llegado a la casa de los primos de Alex. Se escuchaba un niño llorando y una mujer hablándole.
Alex abrió la puerta con la llave y entramos, viendo la tierna escena de 2 hermanos abrazándose y uno secándose las lágrimas.
-hola Alex, gracias por cuidarlos- dijo la señora de cabello rojizo con una amable sonrisa.
-No es nada...- respondió con una sonrisa, volteo su cabeza y me miró -ella es ___. Una amiga del instituto- la de cabello rojo me miró de arriba a abajo.
-soy Melanie, un gusto- dijo sin mas, y saludó a su sobrino con un beso en la mejilla y se fué.
-Chicos, ella es ___. - dijo agachandose para quedar a su altura.
-¿Es tu novia?- preguntó el pequeño de ojos verdes con una sonrisa.
-No, somos amigos.- dijo Alex riendo.
-Hola - dije simplemente agitando la mano.
-El es Astor- comentó señalando al de sudadera azul -y el Vicente- señaló al de sudadera verde.
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Estábamos sentados en el sofá del living viendo la segunda pelicula de Star wars, nunca la había visto y la verdad ¡Es increíble! Sin darme cuenta, estaba recostada en el hombro de Alex, levanté la cabeza y el me miraba fijo.
-Pe-perdona- dije levantandome y acomodandome en el sofá.
-No hay problema.- respondió con un suspiro.
-Alex, tenemos hambre- dijeron los niños acercándose al sofá.
-Pues, veremos lo que hacemos - dijo Alex sonriendo y poniéndole pausa a la película que tanto me estaba gustado.
Los pequeños de ojos verdes fueron a sentarse a la mesa y nosotros fuimos a la cocina.
-Tenemos leche y chocolate en polvo o... - decía abriendo las alacenas. -café - terminó diciendo.
-creo que no es conveniente la cafeína para un niño de 5 años...- dije sonriendo.
-¿te imaginas? Los niños ahí corriendo y convulsionando- hizo un movimiento con aus manos que me hizo reir. Tomamos las cosas y las pusimos en la mesada.
Pusimos un jarrón con leche en la estufa y mientras esperamos preparamos algunas tostadas.
-huele raro ¿no?- dijo Alex mientras miraba a su alrededor con la nariz arrugada. Miré la estufa donde la leche hervía y.
-¡ALEX! ¡La estufa!- grité y corrió a sacar el jarro grave error se había quemado, tirando el jarro al piso y derramando todo el contenido.
-¡Mierda, mierda, mierda!- gritaba agarrando su mano aunque no paraba de reirse.
-Tu Alex ¿estas bien?-
-si, sabes...aquí con mi piel derritiéndose - se acercó al grifo y puso su mano debajo del agua fría. Reí por su comentario y fui por vendas y  pomada.
-Venga...- dije tomando su mano con cuidado -puede doler un poco- puse un poco de la pomada en mis dedos y lo pasé con cuidado por la parte afectada, Alex emitió un quejido pero seguí esparciendo la crema.
Tomé la venda y la pasé con cuidado al rededor de su mano.
-Listo- dije al terminar.
-Gracias.- respondió con una sonrisa. Agaché la cabeza, sentí como tomaba mi mentón y lo elevaba.
-No ocultes tus ojos, son hermosos - dijo sonriendo, mi rostro mudó de color a un rojo carmesí.
-Y-yo...-
-Alex, ¿que pasa?- dijo Astor entrando a la cocina, haciendo que nos separemos al instante.
-Nada Astor, ya vamos para allá. - el niño sonrió y volvió con su hermano.
-¿Te molesta si voy con ellos?- preguntó, negué con la cabeza y se dirigió con sus primos. Tomé cereales de colores que había en la alacena y los puse en 2 envases con leche.
Cuando llegué al living con los pequeños platos vi a Alex tirado en el piso con los dos niños sobre el haciéndole cosquillas. No pude evitar sonreir al ver la tierna escena. Cuando logró pararse, comenzó a perseguirlos por todo el salón, haciendo que se escondieran detras mio.
-¡Suelta a los niños!- dijo Alex con un tono gracioso.
-¡No! ¡Fuera monstruo!- grité dramática y empecé a correr con los pequeños. Los cuatro reiamos me escondí detras del sofá y los hermanos dentro del armario. Salí sigilosamente y sentí como me tomaban de la cintura. Al darme vuelta, sus enormes ojos negros estaban fijos en los míos.
-Te encontré - dijo con media sonrisa. El timbre sonó, era su tía y tuvimos que irnos.
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-Gracias por ayudarme, la verdad, no sabía que iba a hacer- dijo mientras caminabamos a mi casa.
-No fue nada...- respondí mirando al suelo y luego su mano -¿Como esta tu mano?- pregunte.
-Mejor...que suerte que tenía una doctora en mi casa-. Dijo riendo y me contagió la sonrisa.
Llegamos a la puerta de mi casa.
-Bueno, nos vemos manana- asentí y dejó un beso en mi mejilla que hizo que mi rostro cambiara de color. Lo saludé con la mano y entré a mi casa con una sonrisa imborrable. 

Cerca de tí//Alexby y Tú Where stories live. Discover now