único.

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De repente, sentí cómo el viento dio un soplo en la parte baja de mi nuca, entonces decidí voltear y la vi... tan hermosa como el cielo lo permitía, y como el mundo ya no la dejaba. Su última morada era estática y sin vida. Los cementerios nunca fueron de mi total agrado, pero por ella era capaz de cruzar el infierno y más. Me senté en su tumba, el viento de otoño golpeaba fríamente y sin piedad en mis mejillas. Recordaba que ese otoño había llegado bruscamente sin pedirnos permiso, dejándonos dentro de grandes sacos que no parecían hechos a nuestra medida. Había llegado tan bruscamente como la vez en que la conocí, ella se sentó a mi lado como si hubiese leído mi mente y como pidiendo que le contara una vez más la historia como tantas veces lo había hecho en sus últimos días concretamente a mi lado. La nostalgia parecía haberse metido en nuestras almas, entonces pude ver una lagrima correr por su rostro en la triste espera de caer al suelo y convertirse en tierra, otro pedazo más sin importancia que nadie más vería, solo yo. Comencé lentamente a contarle sobre el día en que la vi por primera vez. Yo estaba llegando de Ohio luego de dos años de trabajar en una empresa, decidí volver porque no podía estar lejos de Corea, lejos de esas brisas veraniegas, eso realmente se extraña en las grandes ciudades donde todo es tan rápido y no deja tiempo para pensar, solo nos concentramos en no llegar tarde y en rezar para que no haya atrasos en los trenes; eso no va conmigo. Al bajar en el aeropuerto me encuentro con un distinto Goyang; frívolo, perdido, metropolitano, urbano. La situación cambió cuando, luego de horas de caminar, reconocí que la verdadera identidad de nuestra ciudad continuaba allí volando por el aire, intentando salir por los lugares más recónditos e inesperados. Caminé muchísimo, cansado de andar vagando por ahí me senté en un paredón caído. Recuerdo que era primavera porque las hermosas y anheladas flores de cerezos comenzaban a florecer llenando las calles de alegría y aroma inconfundible, sin mencionar que nuestros corazones conseguían una emoción especial en esa época del año. Estaba tan sumido en mis pensamientos que no la vi posarse a mi lado. Claro que uno de sus estornudos me hizo volver a la calle y bajar de mi viaje por los secretos del universo. Ella se disculpó, me dijo que las flores eran lo que más feliz la hacían, pero lo que más alergia le producían; en mi mente solo pensaba en lo hermosa que se veía hasta que decidí preguntarle:

"¿Cómo algo que te produce tanta enfermedad te hace tan feliz?" Su respuesta fue tan hermosa que siempre recuerdo sus palabras para sonreír: "Uno no elige las drogas con las que va a lidiar día a día, a veces si lo hacemos, pero dime acaso ¿cuándo te enamoras no te estás sumergiendo en una de las peores drogas? Uno no piensa que le va a hacer daño, solo entrega su alma, y así es esto, yo no elegí que me guste, solo me dejé llevar..." Bastó solo eso para enamorarme, traía un vestido rosa pastel lleno de pequeñas flores color fucsia, el resto es historia, una historia llena de amor y flores.

Su nombre era Sakura, que significa flor de cerezo, una de las flores más hermosas en mi vida. Luego de sacarle una sonrisa, di me di vuelta y me fui, ella se quedó en su tumba recostada, como en la época en la que las flores dejan de florecer y mueren dejando su inconfundible aroma por todos lados... ella perfumó cada rincón de mi alma y aún lo sigue haciendo a la distancia.

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⏰ Last updated: Sep 24, 2017 ⏰

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Sakura; Im Jaebum, one shot.Where stories live. Discover now