Capitulo 26: "Es una puta puerta."

863 64 38
                                    

El golpeteo de la lluvia en la ventana me despierta, me revuelvo bajo mis sabanas. Hace frío, y me pego mas a Kyle.
SI, A KYLE.
Verlo dormir es un placer, se ve tan jodidamente tierno.

Anoche me dijo como quinientas veces lo mal que se sentía por no comprender a su hermana, y se quedó en mi casa bajo mis mantas, haciendo nada mas que dormir. No quise preguntarle sobre lo que discutían él y su hermana, quería darle tiempo y que me dijera. Además se ve muy avergonzado con el numerito que montó anoche.

Su brazo desnudo apenas me sostiene, poso mi mano sobre su torso marcado que sube y baja por sus lentas respiraciones.

Está despertando, se revuelve y suelta un pequeño suspiro. Sus ojos se posan en mi de inmediato, son pequeñas rendijas sexis.

- Buenos días, hermosa. - musita con voz ronca. Me sonríe de medio lado y me derrite el corazón.

Quiero más mañanas como esta.

Intenta acercarse para besarme pero lo alejo. - No he lavado mis dientes. - le digo.

- No me importa. - trata de acercarse de nuevo.
- Lastima que a mi si. - salgo de la cama solo vistiendo su camisa, y ropa interior por debajo, obviamente.
- Yo también quiero mas mañanas como esta. - dice. - Debería vivir aquí contigo. 

- Tú solo quieres estar aquí porque no puedes ni mirar a Annie a los ojos. - grito desde el baño con pasta en la boca.

- Fui un completo imbécil, lo sé... - llegó a mi lado.
- Te disculparás.

- No sé como hacerlo. 
- Ya encontraras la manera.
- Gracias, eso me sirvió de mucho. - dijo con evidente sarcasmo. Pero luego me sonrió.

- ¿Tienes cepillos de repuesto?
- Si, creo que tengo uno en el estante de arriba.

Abrió el estante y lo encontró. - Pero es rosado. - dijo quejoso.

- Y eso que importa. Lava tus dientes.
Al pasar por su lado no me pude resistir y le pegué una nalgada.

Oh Dios tiene buenas pompis.

Mi asalto le hizo dar un respingo.
- ¡Oye! Ese es mi trabajo, no el tuyo.
- gritó a mis espaldas. Sonreí victoriosa.

Fui a la cocina y busqué que preparar para desayunar. Hice café, corté fruta en cuadritos y encontré una caja entera de galletas con chispas de chocolate.

Kyle llegó a mi lado y me tomó de la cintura.
- ¿Que hay para desayunar, mujer?
- ¡No estas viendo! - no lo dije de mala gana, solo quería fastidiarlo.
- Eres tan tierna. - él si que lo dijo con sarcasmo.

Fuimos a la sala pusimos caricaturas, y nos sentamos en el suelo a desayunar. Kyle agarro una galleta y la observó por unos segundos.
- Solía prepararlas con mi hermana.
- una sonrisa triste brotó de sus labios. Pensé que le dolía decirlo por como está la relación con Annie.

Miraba su hermoso perfil, pero de pronto su rostro se tornaba borroso. De nuevo no...

Mi vida pasó frente a mis ojos, regresé a mi infancia la Rae de siete años lentes y cabello color zanahoria, jugaba con mis muñecas en mi vieja habitación, era de noche.

Recuerdo este día, me habían comprado unas Barbies y había jugado casi toda la noche. Jugaba en el suelo, con las piernas cruzadas cuando, la ventana se abrió de golpe y me hizo respigar y soltar un super grito agudo, corrí a esconderme mientras seguía gritando, mi puerta se abrió y entró mi madre y mi padre preocupados, corrieron hacia mi y me preguntaron que sucedía, les dije lo de la ventana pero cuando la miraron estaban perfectamente cerrada.

La Rosa Negra © #CA2020Where stories live. Discover now