CAPÍTULO 3

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Terminé de organizar los documentos que me había dejado Harry, miré el reloj que había en la pared de la oficina y tan sólo faltaban cinco minutos para poder salir, anhelaba que pasara rápido aquellos minutos pero eran los cinco minutos más eternos de toda la vida. Cuatro minutos, tres minutos, el reloj hacía tic tac tic tac en mi cabeza, estaba gritando por dentro de felicidad, arreglé mi escritorio rápidamente para salir enseguida, dejé mi bolso ya listo encima del escritorio para cuando el reloj marcara mi hora de salida solo era cuestión de agarrarlo y salir corriendo ¡ UN MINUTO! tan sólo un minuto faltaba, cinco segundos... cuatro...tres... dos...uno...una gran sonrisa se formó en mi rostro agarré rápidamente mi bolso y caminé casi corrriendo hacia la puerta de mi oficina la abrí con las esperanzas de que iba a respirar libertad pero choque con algo o más bien alguien.

-¿Porqué vas tan deprisa?-Habló Harry, él era mucho más alto que yo así que miré hacia arriba, mi cabeza había chocado con su pecho.

-Vo-voy a mi casa señor, ya es hora de salida.-Ahora miraba interesante el suelo, no podía mirarlo a la cara. Todo este tiempo no he podido disimular que me pone nerviosa.

-Lo sé, sé que es hora de salida, pero ¿Porqué tanto afán de salir casi corriendo de aquí? ¿Acaso no te gusta trabajar aquí?- Arqueó la ceja.

-Si me gusta trabajar aquí, solo que llevo un poco de prisa hoy por llegar a casa. - En estos momentos solo queria que mi amiga entrara a salvarme de este momento tan incómodo.

-Dejaré que vayas a casa, pero antes debo hablar con usted señorita Ailaan.- Caminó hacia mi escritorio y cuando me dio la espalda rodé los ojos, yo solo quería salir rápido ¿Porqué no pudo decirme mientras estaba en horas laborales?

-¡Oh!, puede tomar asiento señor Harry.-Lo dije por el echo de que ya estaba sentado, él sonrió.

-¿Qué te he dicho sobre decirme señor?

-Que no le gusta que le digan así, ya que se siente más viejo de lo que es. Digo ya que se siente de más edad.

-Así que más viejo de lo que soy.-Se levantó.-Solamente tengo 26 años y soy tu jefe y tú mi secretaria.

-Eso lo sé señor, digo Harry, pero no creo que sea necesario recordarlo.-Estaba comenzando a sudar de los nervios.

-¿Acaso no te gusta lo que haces?-Me miró confuso.

-Amo lo que hago, pero no pienso ser secretaria de alguien toda la vida.-Harry caminaba lentamente por toda mi oficina.

-Te entiendo y tu mentalidad me gusta. ¿Qué quieres ser?-Se detuvo y se recostó a mi escritorio.

-Quiero ser mi propia jefa.

-¿Y estás lista para eso?, es mucha responsabilidad.

-Lo sé y sí estoy lista.- Asentí con la cabeza. Enrealidad no lo estoy. No se que cosas digo.

-Bueno hagamos algo para saber si lo estás, cambiemos de papeles, por una semana serás mi jefa y yo tu secretario, si eres buena te pondré como mi mano derecha en la compañía, no más secretaria y tendrás un mejor salario.

-¿Qué? ¿está usted seguro de eso?.-Le miré extrañada.

-Sí, lo estoy.-Afirmó.

¿MI JEFE ME INTIMIDA? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora