Capitulo 37. Las cosas claras

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Se quedó unos segundos paralizado pero en enseguida comprendió que no era momento para auto compadecerse. Sin pensarlo dos veces e ignorando las quejas de Nora la abrazó por la fuerza, le costó bastante ya que el brazo derecho apenas podía usarlo pero tras soportar un agudo dolor la atrapó entre sus brazos.

―¿¡Qué crees qué haces?! ¡Suéltame! ¡No quiero que me toques!―bramó Nora con furia intentando separarse de él pero Jose se mantuvo firme pese al dolor tan intenso que sentía en el hombro derecho.―¡Te odio, quiero que te alejes de mí!

―Lo siento... todo es por mi culpa.―murmuró Jose hundiendo la cabeza en su cuello sintiendo como ella se estremecía al contacto.

—¡He dicho que me sueltes!―gritó Nora moviéndose de forma frenética estando a punto de separarse de él pero afortunadamente Jose se las ingenió para mantenerla pegada a él costándole tal logro una fuerte punzada de dolor en el hombro herido.―¡Suéltame, suéltame ahora mismo!

Jose negó con la cabeza y se mantuvo firme, tenía miedo de soltarla y que ella se desmayase o peor, que se marchase y no pudiese volver a abrazarla nunca. Escuchó como Nora le gritaba una y otra vez que lo odiaba hasta que poco a poco fue bajando la voz para terminar sollozando en silencio mientras lo abrazaba con fuerza.

 ―Tranquila, todo va a estar bien.―susurró Jose en su oído, Nora no dijo nada, solo asintió con lentitud.―No voy a permitir que te pase nada, ¿me oyes?

Aún sentía como Nora temblaba bajo sus brazos pero afortunadamente su respiración poco a poco se iba normalizando. Sin embargo, dejó de notar como Nora apretaba su camisa por lo que preocupado se separó lentamente de ella para encontrarla desmayada.

 ―¿Nora?―preguntó Matt entrando en la sala de audiovisuales acompañado de unos inquietos Dan y Sonia. ¿En qué momento Sonia había acudido a buscar ayuda?

El rubio al verlos corrió hacia ellos y los separó para luego tumbar a Nora bocarriba y tomarle el pulso.

 —¿Está bien?―preguntó Sonia con miedo, Matt asintió antes de tomarla en brazos y llevársela de allí.

Jose resopló y se incorporó como pudo, una vez en pie se llevó la mano al hombro dolorido y sintió un fuerte pinchazo. Tenía que ir a la enfermería cuanto antes para que le volvieran a colocar el hueso en su sitio o si no iría a peor.

 ―¿Soy yo o hay un montón de canarios volando alrededor de mi cabeza?―preguntó Evan incorporándose con ayuda de Dan, el pelinegro tenía una brecha en la cabeza que sangraba pero lejos de preocuparse se puso a mirarse el chaleco negro que estaba con manchas de sangre; hizo una mueca de desagrado antes de llevarse la mano a la cabeza y palparse la herida. Luego abrió los ojos de par en par y se puso a mirar con preocupación hacia los lados. ―¿Y Nora? Recuerdo entrar al aula y luego sentir un fuerte golpe en la cabeza, ¿qué pasó? ¿Y Nora? ¿Está bien? ¡¿Pero qué ha pasado?!

―Iván os atacó y os encerró.―explicó Jose con rapidez caminando hacia Evan con la mano sobre el hombro.

Ahora que la adrenalina comenzaba a desaparecer empezaba a sufrir las consecuencias de haberse pegado con Iván en su rostro, por no mencionar el dolor tan terrible procedente del hombro.

―Jose tienes una pinta horrible, ¿qué te ha pasado? ¿y qué le pasa a tu hombro? ―se interesó Evan sin poder ocultar su preocupación.

―Estoy bien, sólo me disloque el hombro intentando abrir la puñetera puerta.―dijo Jose saliendo del aula de audiovisuales seguido de un preocupado Evan y de Sonia y Dan.―Deberíamos ir a la enfermería, estás sangrando mucho tú también.

―¿Y qué vamos a hacer con éste? ―preguntó Dan señalando hacia Iván que seguía inconsciente en el suelo, Sonia se acercó a él y le pegó un par de patadas en las costillas hasta que Dan la agarró y la separó.

Tienes que ser tú (TQST Libro #1)©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora