2. Necesidad.

8.9K 839 247
                                    

Vamos a encontrar una luz dentro de nuestro universo en donde nadie nos retenga, solo ven y toma un poco.
Déjales que digan lo que quieran,
porque estoy a punto de apartarlos a todos.

Focus.
—Ariana Grande.

~♥~

Esos ojos oscuros que lo habían deslumbrado hacía algunas noches ni siquiera lo habían dejado dormir. Ese color intenso, profundo y misterioso que poseían lo atraían de la misma manera que una linterna a una luciérnaga y simplemente no sabía como actuar.

LuHan se sentía abrumado por todo ese conjunto de sensaciones y el saber que el hombre estaba tan apasionado con la mitología griega como él, lo había desarmado por completo. Recordar aquella fuerte mano que había acariciado su mentón y luego, había entrelazado sus dedos con los suyos fue irremediablemente maravilloso y, de inmediato, reconoció que quería más de ese toque especial, mucho más.

Pero era imposible porque, aunque en su cabeza siguiera rondando el rostro masculino del pelinegro, jamás volvería a verlo. SeHun era amigo de YiXing pero él no pensaba manipular a su amigo para seguir viendo al tipo. Nunca lo haría.

Mientras LuHan caminaba por el pasillo hasta su casillero después de su clase de poesía China, KyungSoo se le unió, entablando una ligera conversación con él. Después de todo, era de los pocos que consideraba su amigo en aquel país tan ajeno a él.

—LuHan, ¿no has pensado en darle una oportunidad a Shou?

—Shou es un buen chico pero jamás lo vería de otra manera. Además, yo... — el rubio se detuvo, parpadeando varias veces al darse cuenta que estaba a punto de revelar algo que ni él mismo sabía si sentía. Cerró su casillero y avanzó, al mismo tiempo que suspiraba y negaba con su cabeza, mientras le llegaban recuerdos estremecedores de SeHun.

—¿Tu, qué? —cuestionó el chico de ojos grandes, siguiéndolo muy de cerca. —Espera... ¿Te gusta alguien? —preguntó KyungSoo, dejando escapar una sonrisa, sabiendo que el chino no suspiraba por cualquier cosa.

—¡¿Qué?! —se sobresaltó el chico deteniéndose y sonrojándose al instante. ¿Enamorado...?, ¿él...?, eso era técnicamente imposible y no sólo eso sino que tampoco podía negar que en efecto, había alguien pero eso no era amor, no en ese momento.

—Oh, Xi LuHan... Ese color carmesí que tienes en las mejillas solo indica que tengo razón. —anunció KyungSoo, mirándole la cara mientras llegaban a la salida de la facultad.

—¡Claro que no! —LuHan casi gritó, tratando de ocultar ese pequeñísimo detalle que se le había escapado, devolviéndole la mirada. —No me gusta nadie, Soo. Sólo...

El chico se detuvo una vez más cuando chocó contra algo duro. KyungSoo dejó de ponerle atención al rubio y miró al hombre que sostenía a su amigo por la cintura.

SeHun sonrió y pasó suavemente la punta de su nariz por el cuello de LuHan, llenándose de la fragancia de cerezas que éste desprendía y luego de embriagarse con él, habló:

—¿No te gusto, LuHan?, ¿estás seguro?

El rubio soltó el poco aire que le quedaba en los pulmones y un escalofrío recorrió su espalda al reconocer aquella melodiosa voz que lo había tenido hechizado durante unos cuantos días mientras sentía como la mano del hombre subía y bajaba lentamente por la curvatura de su espalda.

—SeHun... —susurró.

KyungSoo podía afirmar una y mil veces que jamás había visto aquella mirada tan radiante en los ojos de LuHan y pronto hizo congeturas en su cabeza, sonriendo al mismo tiempo. Poco después decidió marcharse pues, se notaba que ninguno de los dos chicos frente a sus ojos era conciente de su presencia.

IlegalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora