El Diván Rojo

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Me llamó Hellena vivo en una ciudad muy pequeña del norte del país, en general es un lugar muy tranquilo, aquí he crecido, mi familia tiene buen nivel económico y en general tenemos una vida muy cómoda. Yo soy morena clara, de ojos y cabello obscuros y según dicen carita linda (sí vanidosa).

Cuando tenía 16 años estudiaba la preparatoria estaba a punto de realizar mi servicio social, para ese entonces había muchas cosas que tenía claras, la primera era que de alguna manera yo era distinta a todas mis amigas, jamás me había gustado un chico, ninguno me llamaba la atención a pesar de que algunos se esforzaban por invitarme a salir pero jamás permitía que alguien se acercara mucho a mi... simplemente no tenía ningún interés, siempre pensé que había algo mal en mi.... hasta que la vi.

Recuerdo que caminaba desinteresadamente por la escuela una tarde, acababa de salir de la biblioteca, cuando la vi.... ufff, jamás había visto una mujer más hermosa, blanca, de cabello negro ondulado que se movía libre al viento, de unos ojos enormes de un verde muy obscuro, una boca preciosa, vestida en un traje sastre gris rata que le quedaba perfecto.

Verla pasar fue una cosa increíble, mi corazón empezó a correr dentro de mi pecho, tanto, que lo escuchaba en mis oídos, fui incapaz de mover un sólo músculo, la vi voltear hacia mí y sonreír.... y yo ni siquiera pude sonreír de vuelta. Me quedé ahí, parada estática, con mi cara de idiota.
Me fui a casa con una sensación mezclada de incomodidad y confusión. Ella era tan linda, pero era una chica y era mucho mayor que yo, pensaba mucho en todo lo que eso implicaba y aunque sé que mis padres son de mente abierta y tienen amigos gays, que no habría problemas sí fuera lesbiana, así que ellos no me preocupaban.... me preocupaba yo, porque me interesaba una completa extraña y ella era perfecta y yo no sabía quién era..... llegué a casa y me esforcé por dejar de pensarla, me convencí de que jamás la vería de nuevo y que fue una cosa de un sólo día, me duché, terminé la tarea y me fuí a dormir.

El día siguiente era viernes así que fui feliz a la escuela, casi empezaba el fin de semana y quería descansar, ir al cine y dormir mucho. Llegué a la escuela tomé mis clases y todo bien normal, casi me había olvidado de la chica que había visto el día anterior, era el final del día caminaba hacia mi casa con mi ipod puesto y la verdad no me fije en el camino, sentí un golpe y caí.... la verdad así de bobo como suene me di de frente contra un poste de luz, me levanté terriblemente apenada recogiendo mi mochila y mis cosas de la banqueta, unos compañeros se reían de mí, y la vi a mi lado tenía mi ipod en su mano
Ella - ¿estás bien?
Yo- sí, sólo no me fije bien por donde caminaba, gracias.
Ella- te has herido la frente, hay que lavarte- me dijo mientras me levantaba del piso, tomo mi mano y me llevó con ella, yo me sentía incapaz de preguntarle nada, camine con ella de la mano alrededor de una cuadra, entramos a un edificio lleno de oficinas y me condujo hasta el baño.
Ella- lávate las manos que también te las has herido.
Yo- ok...
Ella- ¿siempre te vas con los extraños?, ¿no te ha dicho tú mama que es peligroso?
Yo- sí, no sé vine, porque....porque.....
Ella- ¿te pongo nerviosa? Estas roja - dijo mientras guiñaba un ojo.- no te preocupes, no te haré daño, me llamó Ana Luisa, trabajo aquí, hacemos publicidad y a veces los chicos de tú escuela hacen el servicio social con nosotros. ¿en qué semestre estas?- me dijo mientras limpiaba mi frente con una toalla húmeda.
Yo- voy en 4to, tú tienes acento ¿de dónde eres?
Luisa- soy de Colombia, me trajo la empresa a México, ¿ya estás haciendo el servicio? Me faltan dos personas.
Yo- hummmmmm no.
Luisa- Pues listo, en compensación de que te he salvado la vida, limpiando tus heridas y no te he raptado vendrás a hacer tú servicio aquí- dijo mientras sonreía.

Tenía un humor distinto, que no entendía del todo, movió el cabello de mi frente y me sonrió de nuevo, me pareció todavía más hermosa.... así que asentí con la cabeza, quedamos de acuerdo en que llevaría mis papeles el lunes por la tarde saliendo del colegio y que empezaría ese día. Se despidió de mi con un beso en la mejilla y como no sabía mi nombre me dijo nena, sé que es común, pero en ese momento me sonó tan lindo que me fui contenta y sonrojada a mi casa. No podía esperar a que fuera lunes, pensé mucho en ella, en lo amable que fue conmigo, en su sonrisa y en lo arrebatadoramente hermosa que me parecía.

El Diván RojoWhere stories live. Discover now