l o v e

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Hoseok tenía la sensación de que últimamente estaba viviendo un constante deja vú.

No era la primera ni segunda ni tercera vez que veía al castaño sentado en la parada del autobús, esperando su llegada.

Era la misma vista los lunes, martes, jueves y sábados desde la semana pasada. Siempre él, sentado, paciente y tarareando una nueva canción cada día. Siempre Hoseok caminando por detrás, disfrutando del tarareo lo suficiente como para tenerlo grabado cuando empezaba a bailar.

Hoseok nunca se acercó.
El castaño nunca lo notó.

••••••••••••••

Hoseok iba tarde. Demasiado tarde cabe decir.

Si tan sólo Namjoon no se hubiera aparecido en su casa a pedirle prestado su memoria USB para guardar la presentación de su exposición del viernes, si tan sólo su madre no los hubiera invitado a comer helado, si tan sólo la maldita memoria USB no se hubiera tomado el placer de jugar a las escondidas; Hoseok no estaría corriendo con 20 minutos de retraso hacia la academia de baile donde tomaba clases desde los 8 años.

Hoseok corrió como nunca antes había corrido en las clases de educación física de su colegio.

Hoseok no se acercó.
El castaño lo notó.

••••••••••••••

Hoseok iba tranquilo hacia su clase de baile.

Era jueves y llevaba consigo la memoria USB que le dejaría a Namjoon de camino a la academia, dado que el rubio vivía a tres cuadras de ésta. Caminaba a paso calmado, esta vez iba relativamente temprano.

Pudo ver la silueta del castaño sentado a pocos metros de él.

Hoseok estaba ya tan acostumbrado a su presencia que se dio cuenta de que el chico se había cortado el cabello. Y cabe decir que para los ojos de Hoseok el nuevo corte le quedaba estupendo.

Sonrió ante su inusual pensamiento y siguió caminando. Cuando paso atrás de el castaño escuchó sollozos en vez de un tarareo. Hoseok no pudo evitar sentirse preocupado, se acercó para ver que le pasaba y tratar de consolarlo pero ¿Qué carajos le decía? ¿Cómo mierda comenzaba una conversación con alguien que estaba llorando y que para colmo no lo conocía? Hoseok no tenía ni idea de como romper el hielo pero eso no lo detuvo de sentarse a su lado y decir la frase más estúpida que se le pudo ocurrir para captar la atención del castaño.

ㅡTe has cortado el cabello ¿eh?

El castaño lo miró mientras se mordía el labio inferior tratando de parar los sollozos.

ㅡEn mi opinión te queda estupendo. Deberías decirme donde te hicieron el corte, necesito uno nuevo.

Le sonrió y Hoseok pensó que nunca había visto una sonrisa más linda que aquella.

ㅡYo creo que te ves bien así ㅡle contestóㅡ. Y el corte me lo hizo mi hermana, esta estudiando estilismo y me ha cogido de conejillo de indias para practicar.

Hizo un tierno puchero y Hoseok no pudo evitar sonreír y soltar una pequeña risa.

ㅡ¿No me vas a preguntar porque lloraba? ㅡcuestionó el castaño.

ㅡSi llorabas fue por una buena razón, prefiero no hacerte recordarlo y asumir que he logrado hacerte feliz por unos míseros segundos.

El castaño sonrió y Hoseok colocó su mano nerviosamente en la cabeza de él, revolviendo un poco su cabello.

BUS STOP; hopevWhere stories live. Discover now