Un final inesperado

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Cuando Tom entró a la recepción se encontró con una multitud de personas escandalizadas que hablaban todas al mismo tiempo. No le fue difícil encontrar a sus muchachos justo en el centro de la conmoción.

Niall estaba empapado y toda su ropa tenida de un extraño tono rosado, Luis que también escurría, además de verse del mismo color, estaba descalzo. Liam que solo traía ropa interior, permanecía cubierto de barro hasta el cuello y Harry, parado junto a él, no solo estaba cubierto de barro si no que seguía completamente desnudo y sin mostrar la más mínima preocupación por cubrirse.

Tom atravesó el vestíbulo, con los ojos de todos los presentes atentos en él, se dirigió directo hacía los chicos.

Tom: Espero que tengan una buena explicación para lo que ha ocurrido – Les dijo quedando frente a ellos y mirando directamente a Louis.

Louis: ¿Por qué siempre que pasa algo malo supones que fui yo? – Le preguntó en forma de queja.

Tom: Debe ser porque al final siempre se trata de ti. – Le respondió tratando de no perder los estribos.

Su afirmación era irrefutable.

Los chicos estaban a punto de iniciar una interminable lista de argumentos, pero justo en ese momento se acercó a ellos una de las empleadas y les indicó muy amablemente que los estaba esperando en su despacho el gerente del lugar. Les ofreció una elegante bata a Liam y a Harry para que se cubrieran y los dirigió hasta la oficina. Ya adentro, los chicos se alinearon de pie frente al escritorio. No se atrevían a sentarse por miedo de ensuciar los muebles. Tom permaneció de pie junto a ellos.

El gerente los recibió con un gesto amable y con un cordial saludo, lucía demasiado tranquilo considerando todo lo que acababa de pasar. Los observaba minuciosamente de pies a cabeza.

Como el silencio parecía estar alargándose demasiado Tom comenzó a hablar.

Tom: Señor, me disculpo en nombre de los chicos. Yo sé que no son muy brillantes pero son buenos muchachos, se lo aseguro...

Louis: ¿Nos estás llamando tontos?

Niall: Mejor no nos defiendas. Exijo un cambio de abogado.

Liam: Lo que tratamos de decir es que lo sentimos mucho y que no teníamos ni la mínima intención de ocasionar ningún daño.

Harry: Todo fue un accidente y tenemos una excelente explicación.

Liam: Yo rompí la ventana de un balonazo porque vi a esa bella chica...

Niall: Casi lo mato porque no lo vi venir y al tirar me sorprendió esa pequeña...

Louis: Yo pinté el agua de la piscina de rojo.

Todos lo miraron a la vez, eso no era una explicación si no una confesión.

Comenzaron a hablar al mismo tiempo, atropellando las palabras y tan de prisa que era difícil seguir la historia de uno solo.

Harry: Lo más grave fue el incendio, pero me tropecé y no pude evitarlo...

Liam: Si yo no hubiera quebrado la ventana...

Niall: Y traté de tirar el agua pero en lugar de eso se llenó más...

Harry: Pero es que sacudí la toalla...

Niall: ¡Basta! ¡Todo es mi culpa!

Su grito silenció a todos de golpe y lo miraron al mismo tiempo asombrados.

Niall: En realidad todo es culpa mía. Pude detener a Louis pero no lo hice, vi el tinte y sabía que no era para nada bueno. Le pegué a Liam sin querer y pensé que lo había matado. Y también fue mi idea tratar de vaciar la piscina en vez de llamar a alguien, lo que provocó que se derramara.

Harry: ¿De qué rayos hablas amigo? Nada de eso fue tu culpa.

Louis: Yo asumo toda la responsabilidad de lo que ha pasado.

Liam: Lo que mis hermanos tratan de decir, aunque no son muy elocuentes, es que estamos más que dispuestos a asumir las consecuencias de nuestras acciones. Somos un equipo, estamos juntos en esto.

El gerente sonrió. Fue una sonrisa breve y seria, pero esa única y pequeña mueca en sus labios significaba que no estaba furioso. Los miraba con satisfacción, con orgullo.

William: Bueno jóvenes, debo decir que estoy gratamente impresionado por este despliegue de camaradería, pero en realidad no estoy molesto por todos los desastres que causaron. Podría decir que eso se debe a que la pequeña nieta de un diputado muy influyente me contó que Niall fue muy lindo con ella a pesar de que lo estuvo acosando por todos lados. O puedo decir que se debe a que la esposa del dueño del banco más importante del país me explicó lo afortunada que fue cuando Harry logró que se durmiera su pequeño bebé después del cristalazo. O que se debe a que alguien vio cuando Louis rescataba al cachorro de ahogarse en el agua roja, que casualmente resulta ser de una diseñadora famosa que, irónicamente, se estaba tiñendo el pelo en ese momento. Y aunque todo eso ha influido en mi decisión, la razón principal es porque el sueño de mi bella hija desde hace ya cinco años es conocer a uno de ustedes. Sin duda querrá saludar a los cuatro pero su favorito siempre has sido tú Liam.

Los chicos comenzaron a vitorear y a reír, dando palmaditas a la espalda de Liam y golpes cariñosos con el puño en el hombro. "Bien hecho amigo" "¿Qué haríamos sin ti?" "Eres el mejor" "Una chica con buen gusto" "Genial"

Liam, que no sabía cómo reaccionar a lo que acababa de escuchar se limitó a preguntar.

Liam: Yo soy su favorito... ¿Por qué?

Niall: ¡Ay no! Creo que el golpe que le di en la cabeza le mató todas las neuronas, está hablando incoherencias.

Luis: Ahora yo tendré que escribir todas las canciones y tú las producirás – dijo mirando a Niall y luego se dirigió a Harry – Y tú serás el responsable que hablará el 90% de las entrevistas demasiado a prisa aunque nadie le entienda y nos recordará llegar temprano a todas partes.

Liam: Es solo que a ustedes parece preferirlos todo el mundo y yo no me siento especial.

Harry: Así es como se supone que sea, la gente realmente especial nunca se siente especial. Y los que se mofan de serlo por lo regular no lo son.

La puerta de la entrada se abrió después de dos golpes leves y entró una joven con su traje de tenista y un cachorro rosado en sus brazos, que puso en el suelo con cuidado. El pequeño corrió hacia Louis y alzó sus patitas delanteras para que lo cargara. Sin duda reconocía a su salvador.

Mientras los chicos saludaban alegremente al cachorro, la joven se acercó a Liam que no podía dejar de mirarla embelesado.

Avril: ¿Has pasado un buen día de descanso?

Por su mente desfilaron las posibilidades que había contemplado esa mañana. El fútbol, la composición, nadar un poco, relajarse. Y luego lo asaltó el preciso instante en que todo aquello se había salido de control. Cuando se giró un poco para tener a esa chica en su campo de visión y le dio un mal golpe al balón, su gran huida que terminó con el impactó de la pelota del Niall, su infiltración a la zona del spa seguida de la persecución de esas señoras, su escape del fuego y el humo. Lo ignorado que se sintió cuando esa pequeña, ese par de chicas y esa señora no le habían hecho ni el más mínimo caso.

Y ahora nada de eso parecía importante.

Esos eran sus amigos, sus hermanos, sus aliados.

Y aunque estuvieran locos como para inundar e incendiar un club al mismo tiempo, ellos eran su familia ahora. Y no importaba donde se encontraban siempre lo hacían sentir como si estuviera en casa.

Ese pensamiento lo hizo sonreír.

Liam: Ha sido el mejor día de mi vida.

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