5. Martes: La carta

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-Llega... ¡llega una idea! - susurró Ginny la tarde del martes en la sala de los menesteres, que se había convertido en nuestro cuartel. Todos salimos de nuestro sopor y aburrimiento y la miramos expectantes, ella solo pronunció dos palabras - Admirador "Secreto"

Todos estallaron en gritos de triunfo, y si no hubiera entrado en shock también lo habría hecho. Nunca había sido fácil para mí expresar mis sentimientos a través de esas cosas y si lo había hecho días antes con Hermione, fueron los ataques en los que mi adrenalina subía y tenía el valor de tomarle de la mano. En realidad esas cosas eran inconscientes, pero sabía que me tardaría escribiéndole.

Me dieron una pluma y dos pergaminos "por si me equivocaba", pero no fueron suficientes, no sabía que escribir y no ayudaba el hecho de las chicas revoloteando a mi alrededor para saber que le había escrito.

-¿Cómo se te ocurre ponerle que se viste bien? - Preguntó Lavander incrédula - TODOS llevamos el mismo uniforme.

- ¿Qué su cabello ha mejorado? - Chilló Parvati - que antes no haya sido bonito no es razón para que se lo recuerdes.

-Saben qué...- cogí mis cosas y me paré - gracias, terminaré esto en mi cuarto. Y ni se atreva ninguno de ustedes a entrar, lo cerraré con un conjuro fuertísimo que me enseñó Sirius en Grimmuld Place y nada lo abrirá - cerré la puerta con fuerza y me dirigí molesto a la Torre de Gryffindor, esperaba que nadie me hablara, y así fue porque si las miradas mataran, todo aquel que hubiera cruzado la mirada conmigo estaría muerto. Cerré la puerta de un portazo y le hice un conjuro simple, ellos no serían tan inteligentes como para saber que Sirius no sabía otra cosa que ataque y defensa, y que cualquiera que supiera alohomora podría abrirla.

Me eché en la cama y traté de escribir, pero tampoco funcionaba. Así pasó una hora y escuché un sonido en la puerta después de un susurro. ¿Quién podría atreverse a molestarlo después que el les dijo que lo haría solo? Levanté la cabeza y cuando iba a gritar vi el cabello de Hermione, quien de espaldas volvía a cerrar la puerta en silencio.

-Herm, ¿qué haces? - pregunté y ella se sobresaltó un poco.

-Ay, Harry. Me has asustado - cerró los ojos y dio un suspiro - No te veía en la sala común, así que me preocupé y subí aquí pensando que te habías dormido - miró a los pergaminos arrugados y desechados - pero veo que no estabas durmiendo, ¿qué haces? - se acercó con curiosidad y me apresuré a guardar los papeles, al notarlo se detuvo y preguntó - eh, si interrumpo, lo siento... mejor me... -

- No, no Herm. Quédate por favor - maldición y otra vez la adrenalina. Tiré los papeles al suelo, de mi lado y arreglé un poco la cama - siéntate si quieres - dije mientras me incorporaba un poco, aún echado. Ella se aproximó y se sentó al borde.

-Dios, estos días las tareas están peores. Estoy estresada - empezó a contarme y olvidó lo de hace unos momentos.

- Sí, tienes razón. Tu más que nadie debe estar cansadísima - inconscientemente le aparté un mechón de su cara y le acaricié mejilla, a lo que ella se estremeció y sonrojó - es más ven, échate a mi lado - dije mientras le hacía más espacio y ella me miró con cara de que estuviera desquiciado, y probablemente lo estaba pero lo arreglé, diciendo pícaramente - vamos Herm, soy tu mejor amigo, ¿no?

- Eh, si... - y se echó tímidamente a mi lado - bueno Harry, ¿qué hacías?

- Yo... nada - dije despreocupadamente.

- "Soy tu mejor amiga" ¿qué hay sobre la confianza?

- Tu dudaste en echarte a mi lado, eso tampoco es confianza- sonreí.

- Vamos Harry... ¿estabas escribiéndole a la chica que te gusta? - de pronto su expresión se tornó fría... un poco triste tal vez.

- Hablando de ella, te tengo que dar dos pistas más- me salí por la tangente y ella se puso mejor. De seguro pensaba que sería fácil, era muy buena adivinando cosas, pero esta vez, no.

- Dime.

- Lee runas y tiene el cabello... mm ni tán largo, ni tán corto - dije recordando algunas cosas de la chica al lado mío.

- Marie Bones - dijo ella, pero... ¿quién demonios era Marie Bones?

- ¿Quién?

- La prima de Susan Bones, entró un año después de nosotros. Es muy buena, lleva runas conmigo. Muy inteligente.

- Error, no es ella.

- Maldición. Ya verás que mañana acierto - me dijo con otra sonrisa, y se relajó un poco más.

Empezamos a hablar de cosas triviales. Sin sentido. Como siempre en los largos años desde que entramos a Hogwarts. Hubo unos minutos de silencio en los que no me di cuenta que había puesto mi brazo detrás de ella, y pues ella, se había dormido. Se movió un poco, acomodándose inconscientemente en mi pecho y yo la abracé contra él. La admire durante unos segundos, viendo cuan hermosa era. Luego la oscuridad llenó mi mente y también me dormí.

Harry: El prospecto de novio para Hermione. (Editado) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora