Capítulo 1: ¿Quién es el desconocido?

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–Vicky en serio tienes que ir –me contaba mientras buscábamos sitio en el aula– Brasil es precioso, la playas son increíbles y a ti un buen brasileño que te baile no te vendría mal.

– ¿Qué me baile? –pregunté burlona– Yo no necesito que me bailen, pero si que sepan mover la caderas

Las dos nos echamos a reír mientras nos sentábamos en la fila que quedaba en medio de la clase.

–Por eso tienes que ir. – Siguió insistiendo– ¿Tu sabes como mueven las caderas esos brasileños? ¡Madre mía Vicky! Si no llega a ser por que soy una mujer comprometida me hubiera tirado a todos– Las dos volvimos a reír.

Mel seguía contándome su viaje, y describiendo con todo detalle a los hombres de Brasil, mientras la clase de literatura inglesa empezaba a llenarse.

Mi amiga me contaba que ya había visto el vestido que quería lucir en su boda, cuando algo me distrajo. “Tengo que estar alucinando” pensé observando al hombre que se encontraba colocando libros encima de la mesa del profesor.

–¿Vicky? – la voz de Mel hizo que desviara la vista hacía ella– ¿Estas bien? Te veo pálida.   

Volví a clavar mis ojos en el hombre alto, moreno, vestido con pantalones de pinza negros, una camisa blanca de botones, corbata azul y una chaqueta a cuadros azules y grises al más puro estilo ingles.

–Es él…– susurré con voz entrecortada

Las manos empezaron a temblarme, un sudor recorrió mi cuello y mi mente volvió a recordar a aquel hombre de cuerpo perfecto sobre mí.

–¿Quién? ¿De que hablas? – Mel siguió mi mirada hasta toparse con aquel hombre. –¿De que conoces al nuevo profesor?

Mi mundo entero se detuvo. ¿Nuevo profesor?, el hombre que me había follado de aquella manera tan primitiva, haciendo que llegara a lugares que jamás pensé que existieran y que luego huyó dejando solo una nota de agradecimiento ¿Era el nuevo profesor?

Miré a Mel y con otro susurro a penas audible pregunté

–¿Nuevo profesor?.

Ella escrutó mi rostro, y contestó.

–Sí, Ryan Applewhite es el nuevo profesor de literatura inglesa. Me lo presentó mi padre en la cena del viernes.

El padre de Mel, Samuel Granet había donado una gran cantidad de dinero a la universidad, una de las becas llevaba su nombre. Solía organizar cenas al empezar y al terminar el curso, invitaba a alumnos y profesores. Aquella noche trabajé en la cafetería y uno pude asistir.  

–Ryan Applewhite…–repetí su nombre como si estuviera en trance

–Vicky me quieres explicar que te pasa. Parece que hubieras visto un fantasma.

Volví a mirar a mi amiga que tenía sus ojos clavados en mi, llenos de preocupación.

–Mel…–suspiré–Es él. Es el tipo de la playa, el de la nota.

Su cara cambió de preocupación a quedarse totalmente blanca, esta vez parecía que la que había visto un fantasma era ella. Los ojos se le agrandaron tanto que parecía que se le iban a salir de las orbitas. Era la primera vez que la veía sin palabras.

Le había contando lo sucedido cuando me llamó desde Brasil, para ver como me encontraba. Fue la mañana siguiente de conocer al nuevo profesor, me desahogué por teléfono, maldiciéndolo y mi amiga como es de esperar también se unió a mi.

–¿Cómo? – gritó

Todos dirigieron sus miradas hacía nosotras, contando también con la mirada de nuestro nuevo profesor, quien miró a mi amiga con irritación, para luego posar sus ojos azules sobre mi. Su cuerpo entero quedó paralizado, los parpados se le abrieron de par en par. Bajé la vista a mis manos temblorosas, el calor inundó centímetro a centímetro cada parte de mi anatomía, mi mente regresó a la habitación 201 del hotel. Volví a recordar una vez más como sus besos me consumían, como cada caricia me quemaba. Moví la cabeza con la intención de eliminar aquellos recuerdos que solo conseguían ponerme aún más nerviosa.

El desconocido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora