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Las semanas pasaban y Harry y Louis hablaban todos los días sin excepción. Algo grande estaba surgiendo entre ellos, pero aún no sabían explicar exactamente que fuese, pero eso no importaba ahora.

Sabían como centrarse en un tema sin aburrise. Todo era divertido e interesante cuando hablaban, aunque no todo era siempre solo bromas y chistes, también se centraban mucho en conocerse personalmente, haciendo aquel lazo, fuese lo que fuese, más fuerte.

Y realmente estaba funcionando, ya sabían casi todo sobre el otro, y cuando hablo de todo, me refiero a cómo fue su primer beso, o que tatuaje se harían si alguna vez llegara la oportunidad; de cuantos hijos les gustaría algún día tener o como se habían dado cuenta de que le gustaban los chicos; de que en qué cosas creían, o cual era su mayor sueño. Cosas que raramente hablaban con alguien, pero cuando hablaban juntos sobre ello era realmente interesante tanto hablar como escuchar la opinión del otro.

Harry metió el último resto de su sándwich a su boca, para finalizar su aburrido almuerzo. Agarró sus libros y los metió a la mochila y se paró de la mesa, tenía que ir al baño para lavarse las manos y luego dirigirse a la biblioteca.

Mientras caminaba por el pasillo, con un gentío a su alrededor, literalmente corriendo, chocó con un cuerpo, haciendo que a éste se le cayera su café. Harry empezó a sentir ese gran temor, no tanto por lo que había hecho, si no por a quien.

Dylan: fíjate a donde vas, maldición-lo empujó haciéndolo caer.

Harry: l-lo siento..

Dylan: ¡¡ERES UN MALDITO IDIOTA!!

Harry se paró y intentó disculparse de nuevo.

Harry: en serio, l-lo lamento Dylan.. Yo no quise.. solo-

Dylan lo interrumpió sujetandolo del cuello de su suéter, observándolo con su fría y oscura mirada, haciéndolo temblar de miedo.

Dylan: si no quieres que te golpee en este maldito instante, largate a conseguirme otra camiseta y otro maldito café, ¿entendido? -al darse cuenta de que Harry no respondía repitió lo mismo, esta vez, gritando- ¿ENTENDIDO?

Harry: si -balbuceó.

El chico más alto que él, lo soltó para empujarlo por última vez.

Dylan: te espero en el patio, y más te vale llegar rápido, tengo que ir a practicar.

Harry asintió nervioso, se paró y fue a buscar lo que le había pedido.

...

Abrió la puerta de su casa, sintiéndose al fin feliz y a salvo. Un delicioso olor a la comida de su madre apoderó sus fosas nasales, haciéndolo sonreír, aunque no se sentía bien sabía que por fin estaba en su hogar.

Harry: ¡ya llegué, mamá!

Tiró sus cosas al sofá y se dirigió a la cocina, donde siempre solía estar su madre después de llegar de la escuela.

Paró en seco al darse cuenta de lo que estaba al frente de sus ojos.

Un enorme ramo de rosas rojas junto a tres cajas de chocolates se encontraban en la encimera de madera. Su corazón se aceleró sin razón alguna, eran totalmente hermosas y no tenía la mínima idea de qué hacía aquello allí. Miró a su madre buscando alguna respuesta y esta sonrió.

Anne: Llegaron hace unas horas.
-las miró de reojo y luego volvió a ver a su hijo confundido- son para tí.

Harry: ¿p-para mí?

Se acercó emocionado e un poco confundido a las rosas y las observó, encontrándose con una pequeña etiqueta en ésta, donde se encontraba la dirección de su casa y algo que le llamó mucho la atención.

Para: Harry Styles.

De: Louis T.

Inevitablemente pero con sus razones, sonrió ampliamente. Louis le había mandado unas hermosas rosas y, por lo visto, unos exquisitos chocolates. Se sintió el chico más feliz, nunca había recibido un obsequio como tal, y que fuese por parte de Louis lo hacía mil veces mejor.

Anne: son hermosas. Es un lindo detalle.
-habló detrás, sacandolo de sus pensamientos.

Giró a verla con una enorme sonrisa, haciendo que ella igual sonriera.

Harry: sí le importo mamá!
-exclamó emocionado.



Omegle ➳Larry Stylinson Donde viven las historias. Descúbrelo ahora