EINSATZBEREIT

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Hola Caspers (a los nuevos les aclaro que así llamo a mis queridos lectores, ya que la mayoría son "fantasmitas" ;) )!

Bueno, antes que nada quiero agradecer por los votos que me han estado dando y los comentarios que me han dejado. ¡Mil gracias por el apoyo! Ha sido una sorpresa porque no tenía pensado participar del concurso, ya que cuando Sofi quise dejar el comentario en Índigo, el cupo ya había llegado a los 20 (mi mala suerte de esa semana me hizo ser la número 21...). Así que estaba más que dispuesta a cumplir mi rol como lectora de las obras que surgieran del concurso. Pero mi sorpresa fue grande cuando Sofi me contactó para comentarme que alguien se había dado de baja, y si aún quería unirme, ya que por ser la número 21 podía tener esa posibilidad. Sin dudarlo, acepté.

Admito que esta historia no era lo que tenía en mente, así que espero no estar metiendo la pata en algunas cosas. Por eso les pido que si ven errores, o si algo parece extraño (incluso si saben alemán y ven que la regué en algunas palabras), me lo hagan saber. Aprecio mucho las críticas constructivas, las buenas y las malas. Por eso agradezco a Sofi por darnos esta oportunidad, para poder llegar a más personas y mejorar en nuestra escritura. Parte de mi agradecimiento está volcado en los guiños que encontrarán hacia la saga Pandora, así que no duden de fangirlear si encuentran esas referencias, yo misma lo hice mientras lo escribía.

Espero que esta historia les guste, ya que no suelo escribir cosas de éste género, soy más del tipo fantasía. Pero a mí me gusta salir de mi área de confort de vez en cuando (grandes ejemplos son mis novelas "románticas", soy un desastre en ello, lo admito). Así que aclaro antes de tiempo que a partir de este capítulo las cosas comienzan a ponerse subidas de tono en violencia, así que si eres alguien sensible a estos temas, te pido que hagas saltes por lo menos la parte final de la escena que ocurre en la Estación de Trenes (ya verán a lo que me refiero cuando lo lean).

Agradezco de nuevo su apoyo.

¡Nos leemos en el siguiente capítulo!

XOXOX,

Aye

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EINSATZBEREIT

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einsatzbereit. Ein•satz•be•reit (Mil) listo para la acción

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Estación Central de Trenes, Berlín,

viernes, 17:30.

El cielo poco a poco comenzaba a oscurecerse, la Luna iluminaba el firmamento junto con algunas de las estrellas que se alcanzaban a ver a la distancia. Me dirigí con sigilo hacia la Estación Central de trenes. Desde que había salido de casa tenía la sensación de que me seguían, pero no podía estar segura.

Demonios, espero que no sean ellos de nuevo, pensé con algo de aprensión.

«Ellos» eran parte de una de las bandas mafiosas enemigas de mi familia, se hacían llamar «die Riesen(1)», no sólo porque la mayoría de sus integrantes realmente parecían gigantes, sino también por la brutalidad que tenían que los equiparaba con esos seres mitológicos. Die Riesen y yo teníamos una deuda de sangre debido a que por causa de mis revelaciones en el Blind con el caso Pandora, ellos se habían visto obligados a retirar de la Bundesnachrichtendienst, o BND (el Servicio de Inteligencia alemán), a sus dobles agentes. No había sido mi culpa que ellos no hubieran recibido el memorando antes de la publicación de mi artículo. Habían culpado a mi familia de jugar sucio por no haberles avisado que los del MI6 ya contaban con acceso a los nombres y que éstos serían filtrados en la prensa por una propia agente de la misma. No tenía todos los detalles pero al parecer se trataba de una adolescente que recién estaba entrenándose como agente. Mi hermana pequeña había descubierto los archivos en un hackeo que realizó al sistema de una de las mafias más poderosas de Europa, y había descubierto el caso, provocando que pudiera filtrar la información completa como primicia del periódico en el que trabajaba, obviamente no sin antes darle los pormenores a mi madre, Kasimira Kriemhild, actual jefa de los «Die Maskierten(2)». Antes de ella lo había liderado mi abuela, la legendaria Regine Fenstermacher, mejor conocida como la viuda negra, debido a la cantidad de veces que enviudó, y si me lo pongo a pensar, mi madre también le seguía los pasos en el número, ya iba por su décimo noveno marido. Nosotros die Maskierten somos asesinos a sueldo. Nos dedicamos a matar por encargo, somos expertos y sigilosos como sombras.

Que parezca un accidenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora