ARROZ CON LECHE

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Lo más difícil de esta etapa, más que componer canciones que faltaban o grabar el primer disco de nuestra carrera, fue hablar con mis padres. Yo tenía 18 años cuando nos ofrecieron el contrato. Yo sé que ya era mayor de edad, pero aun dependía económicamente de mi padre. Él fue el que me compro mi carro, él era el que me proporcionaba dinero para salirme a divertirme, o a divertir niñas, él era el que me pagaba la universidad; total, para no hacértela larga, el pagaba todo, aparte necesitaba su aprobación. No iba a hacer algo así de importante sin contar con su visto bueno.

Mis padres siempre me han apoyado en lo que sea que tenga en la mente, sean decisiones profesionales, personales, o estupideces sin peso en mi vida. Si es que estoy mal, me tratan de aconsejar de tomar el camino correcto, pero siempre la última decisión la tengo yo. Y en el caso de PXNDX no fue la excepción.

Recuerdo el día exacto en que le dije a mi papá. Estábamos en la salita de su recamara y le conté como estaba la vaina. Que me habían ofrecido un contrato y que íbamos a grabar un disco. Que mi inquietud real era solo sacar un disco, pasar por las tiendas y ver en los aparadores la portada y sentirme orgulloso, que era un logro o un sueño que quería alcanzar, y que ya después seguiría mi camino hacia ser mi profesionista de buena vida y ser buen partido. No digo que estar en una banda no sea un trabajo digno.

El problema es la ciudad donde vives.

Muchas personas, o más bien la mayoría de las personas que saben que soy de Monterrey, desconocen que no vivo exactamente en Monterrey, en un municipio llamado San Pedro. Aquí crecí, aquí me educaron, siempre he vivido aquí. San Pedro es como un pueblo donde viven las familias más ricas y conservadoras de todo el país. La sociedad aquí tiene raíces fuertemente católicas (aunque hipócritas), es tradicionalista, conservadora y a veces hasta machista. El tener éxito es un factor fulminante para ser aceptado en esta sociedad de alta alcurnia. Si no tienes éxito en lo que haces no tienes un estatus social alto, y si no tienes un estatus social alto no tienes derecho a respirar el mismo aire que la gente exitosa. San Pedro no es el tipo de lugar que se caracterice por su cultura artística, o su creatividad, o por ser individualista. Yo diría que todo lo contrario. Aquí la gente es borrega y hace las cosas mientras sean socialmente bien vistas. Por ejemplo, los tatuajes no son bien vistos, no puedes presentarte quitado de la pena sin mangas enseñando todo un brazo tatuado en un establecimiento porque la mitad del lugar ya te vio de la manera incorrecta. Otro ejemplo; el hermano de un amigo mío se acaba de declarar homosexual hace algunos meses, su semblante cambio, sustituyendo la cara de enojado y de reprimido que tuvo por mucho tiempo por una de tranquilidad, de serenidad y felicidad. Este amigo viene de una familia social y económicamente respetada en San Pedro y fue un problema grande con toda la familia que se haya declarado gay. Rompió el equilibrio del bienestar y la tranquilidad familiar.

¿Qué diría la gente de ellos? ¿Qué se murmura en los clubes sociales? ¿Qué van a decir las señoras desquehaceradas durante su cafecito? Todo eso les importa más que el bienestar de uno de los suyos.

En este momento, a esta edad y con esta profesión, es difícil conocer chicas y que tomen en serio. Primero existen un estereotipo muy injusto hacia los músicos "rockeros" en este lugar. La gente piensa que todos somos pobres, drogadictos, que no vamos a ningún lado y que no tenemos ni plan de vida. Ah, y sobre todo, mujeriegos. Si a una chica le gustaste, solo te querrá rara darse un acostón contigo. Si eres músico no te tomara en serio, y mucho menos te considerara para algo más que una amistad "alterna" o un "free". Sus padres jamás te aceptaran, pues no eres gerente en alguna empresa, no tienes tu propio negocio y no tienes maestría de Harvard.

Hace poco se casó un amigo, y pues aquí las bodas son de parejas. Invite a una chica que conocía muy poco, pero pues se me hacía muy guapa y amena, combinación buena para pasar una noche divertida llena de amigos y de alcohol. Resulto que los padres de la chica estaban invitados también a la boda, y me dijo "te los voy a presentar". En ese momento tenía el pelo largo y un poco desaliñado, pero así lo quería traer y ninguna sociedad me iba a decir que estilo llevar. Llego el momento de presentarme a sus padres, y bueno; el señor actuó como si me estuviera bautizando al estrecharme la mano, muy apenas y me vio a los ojos. Ni le intereso quien iba a llevar a su hija a su casa a altas horas de la madrugada, o a mi casa a hacer cosas extramatrimoniales, al señor no le intereso verme la cara siquiera para dar un retrato hablado de mi si se me hubiera ocurrido cometer un crimen en contra de su adorada criatura y después emprender la fuga. A la madre como que le dio un poco más de pena y de perdida me pregunto mi nombre, pero muy a la fuerza. Creo que mi pelo largo y suelto, sin gel ni goma ni ningún otro producto le dio cierta desconfianza y chance no quería que la vieran saludándome o que se yo. El caso es que se fueron y pues no sentí ningún rencor ni desdén hacia ellos, solo me sentí satisfecho por ser como soy y no cambiare por darle gusto a una sociedad que la verdad no ha hecho mucho por mí.

Pensándolo Bien, Pense MalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora