Simplemente Tuya

Capitulo 6

Esteban POV

Siento un fuerte dolor de cabeza que no me permite abrir mis ojos. Intento levantarme pero no puedo, me siento débil y cansado, por lo que caigo pesadamente en la incomoda cama, es cuando me doy cuenta de que esta no es mi cama. Abro los ojos y me levanto de una manera que hace que sienta un repentino mareo.

Examino atentamente la habitación donde me encuentro, nunca la había visto. Me apresuro a quitar las sabanas y comprobar si llevo puesta la ropa. Gracias a Dios. No se imaginan como son las mujeres de hoy en día, capaces de tener sexo con un millonario, en estado de embriaguez para quedarse embarazada y así tener la vida de lujos que se "merecen". Y no es que no me gusten los niños, me encantan, los adoro, tenía la esperanza de que mi hermano tuviera par de niños antes de conocer a la verdadera Carla, después estuve agradecido de que no los tuviera, pues soy de los que piensan que un ser humano debe formarse a base de amor, y como ya saben yo no soy un hombre de enamorarse, por lo que descarto la idea de tener hijos. O quien sabe, quizás adopte un par.

Me dispongo a ponerme de pie con esfuerzo. La habitación no es grande pero si es bastante acogedora. Tiene pinturas por doquier de paisajes hermosos, unas cortinas blancas y unas mesas de noche con lámparas floreadas, por lo que la dueña debe de ser mujer.

Salgo de la habitación y me encuentro con una sala pegada a una cocina. Al parecer es uno de esos apartamentos cuarto estudios que alquilan a un precio bastante alto para lo poco que es. Escucho ruidos y me percato de que alguien esta durmiendo en el mueble, me acerco a paso sigiloso y abro los ojos completamente al darme cuenta de que es la chica pelirroja quien tanto había buscado, Melanie, esta debe ser una señal del destino. Intento de mil maneras recordar como llegue a dar con ell, recuerdo haber ido al bar con la intención de verla, pero no recuerdo habérmela encontrado, mi mente esta completamente en blanco.

Me agacho para quedar a la altura de su rostro y me tomo el atrevimiento de pasar mis dedos por su frente. Es tan hermosa, mas de que lo que jamás imagine que pudiera ser alguien. Carraspeo para ver si con eso logro despertarla, pero lo único que consigo es que gruña como el mismo Shrek haciendo que se escape una sonrisa de mis labios, intento otra ves un poco mas fuerte hasta que ella empieza a abrir sus ojos lentamente. Esos hermosos ojos verdes que estaba tan deseoso de volver a ver están ahora viéndome de manera dulce. Entonces ella dice algo entre susurros: -este es el mejor sueño que eh tenido en mi vida, un Ángel esta viéndome de manera celestial...- la interrumpo antes de que diga algo que pueda avergonzarla.

-No es un sueño y no soy un Ángel-.

Abre los ojos con asombro y su rostro se sonroja de manera violenta. Se disculpa y yo hago lo mismo, le pregunto acerca de anoche y me explica todo de manera paciente y amable, sin embargo percibo que se esta volando algunos sucesos. Seguro me puse de atrevido con ella, pero está evitando el tema para que no me sienta aún más culpable.

Sin poder evitarlo examino su rostro y bajo hasta su cuerpo, percatándome que lleva su pijama algo mal puesta, mostrándome su perfecta piel de porcelana. Aparto mi vista rápidamente antes de que ella me pille, sin embargo al parecer se dio cuenta puesto a que se puso de pie rápidamente y se tranco en el baño, no antes sin decirme donde estaban mis llaves.

Siento unos golpes en la puerta, por lo que me dirijo a ella y cuando abro lo único que veo es el periódico del día de hoy tirado en la entrada. Me agacho para recogerlo y lo abro, siendo el titulo principal acerca de mi y Melanie. -¿nueva conquista?- leo en voz alta sin poder evitar lanzar una carcajada. Entro y no hago mas que dejarlo sobre el desayunador, sabiendo que la señorita Smitt lo leerá. Se que es como una clase de maldad por mi parte, pero piénsalo, Melanie es como una niña pequeña o al menos es lo que ha reflejado: despistada, inocente e ingenua, sin olvidar que todo eso la hace ver muy tierna, por lo que aseguraría que pondrá una cara de espanto cuando lo lea.