Una familia complicada

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Emma se había quedado con una cara bastante perdida.

Regina: Killian...-grito y lo aparto de su rostro después de darle una buena bofetada.

Regina miro hacia Emma la cual parecía haberse quedado en shock pero pocos segundos después reacciono y se colocó entre Regina y Killian mirando de frente al chico.

Emma: ¿Quién te crees?-dijo con una mirada de cabreada.

Killian: No me creo nadie-se acercó a Emma-Soy el esposo de Regina-sonrió.

Emma sintió como si le hubieran tirado litros y litros de agua fría encima, se sentía cabreada y avergonzada así que decidió irse.

Regina: Emma espera...

Regina intento seguirla ya que no le había hecho ningún caso pero la mano de Killian la había agarrado para que no se fuera.

Killian: Déjala es solo una amiga y yo soy tu esposo.

Regina: Cállate de una vez Killian-grito mientras caía al suelo y empezaba a llorar- ¿Por qué? Killian ¿Por qué?

Killian se agacho y seco con su mano las lágrimas de Regina la cual no opuso resistencia a ello.

Killian: ¿Por que que? Amor.

Regina: ¿Por qué estas vivo? ¿Por qué apareces ahora?

Killian: No siguas llorando, sabes que no me gusta verte llorar. Te aseguro que me hubiera gustado poder verte antes y decirte que estaba vivo pero no podía.

Regina se abalanzo hacia Killian y lo beso fuertemente.

Regina: Killian ya hablaremos pero me tengo que ir- se secó las lágrimas y se fue.

Regina quería buscar a Emma pero estaba claro que Emma no la quería ver así que se dirigió hacia la tienda de su suegro para contarle del regreso de Killian y para que le ayudara.

Rumple: ¡¿Cómo?!- dijo bastante sorprendido- Mi hijo está vivo.

Regina: Si Killian está en la ciudad y bien vivo pero tienes que aconsejarme por favor-dijo asustada y nerviosa- ¿debería decirle la verdad?

Rumple: Regina me encantaría ayudarte pero sinceramente yo no sabría que hacer en tu lugar, no sé si Killian merezca saber la verdad pero la otra persona si merece saber todo.

Regina: Lo sé, Lo sé pero como se lo dijo me va a odiar por haberle mentido.

Rumple: lo siento querida pero no sé qué más decirte nunca he sido bueno para los consejos.

Regina se fue de la tienda para ir a su casa y poder estar a sola para pensar. Al llegar a su casa decidió evadirse un poco de todo lo que estaba pasando y se puso a cocinar una tarta de manzana pero a medida que la preparaba recordaba cuando estuvieron Emma y ella jugando mientras hacían la comida, pero mientras que estaba inmersa en recuerdos el timbre sonó. Regina abrió la puerta para ver quién era y no era una persona sino un gato negro con una de sus patas delanteras blanca que llevaba un papel enrollado en su collar, Regina sabía muy bien de quien era ese gato ya que ella fue quien se lo regalo. Regina cogió el papel que llevaba el gato en el cuello y lo leyó. En el papel solo ponía un lugar y una hora exactamente en la cripta a las 8 de la noche. Regina no sabía si acudir pero debía hacerlo quería saber que había pasado con el todos estos años y si se merecía saber la verdad.

Las horas pasaron muy rápido para Regina ya eran las ocho así que se fue hacia la cripta, según llego se encontró con él.

Killian: Has venido, me sorprende-dijo dando una vuelta alrededor de Regina.

Regina: Si aquí estoy, ¿Qué quieres?

Killian: Solo quiero hablar y que me cuentes como has estado.

Regina: Killian no tienes derecho a preguntar nada de mi vida después de haberme hecho creer que habías muerto pero sí que te diré una cosa, me case.

Killian: ¿Con quién?- dijo sorprendido- no será con aquella chica rubia y seria.

Regina: No-se sintió dolida al recordar a Emma- Me case con Neal.

Killian: ¿Con mi hermano?-dijo casi sin creer lo que había dicho Regina.

Regina: Si con el-dijo con cara triste.

Killian: Lo entiendo yo te deje sola tenías todo el derecho de casarte con quien tú quieras y dónde está mi hermanito que no lo he visto.

Regina: Muerto-agacho la cabeza y tapo sus ojos con las manos.

Killian no podía procesar esa información su hermano pequeño muerto ¿Cómo?

Killian se acercó a Regina y la abrazo.

Killian: Lo siento Regina por hacerte recordar estas cosas.

Regina: No te preocupes Killian estas cosas están todos los días en mi cabeza.

Killian le miro a los ojos se acercó a su cara y le dio un beso en la mejilla.

Killian: Me tengo que ir.

Killian se fue pero Regina se quedó parada delante de la puerta de la cripta pensando, aun seguía sin creer que su primer esposo estaba vivo. Rato después se fue para su casa. Cuando llego a la puerta se dio cuenta que había olvidado las llaves dentro pero por suerte Henry estaba en casa así que pudo entrar.

Henry: Hola mama, que tarde llegas.

Regina: Si lo sé, lo siento se me hizo tarde, voy a preparar la cena- dijo decidida.

Henry: Espera porque mejor no vemos una película y comemos palomitas y chocolate como hacíamos antes cuando aún estaba papa.

Regina había olvidado que lo hacían antes casi todas las semanas, no tenía muchas ganas de hacer eso pero al ver la cara de felicidad que tenía Henry esperando un sí, acepto. Henry cogió el chocolate y Regina preparo las palomitas. Pocos segundos después ya estaban sentados en el sofá viendo una nueva película que habían hecho sobre Peter Pan.

El comienzo nunca es importante (swanqueen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora