Capítulo 11

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Marco ha tenido dos reuniones importantes hoy y falta una tercera. He tenido que montar y desmontar mobiliario dos veces... y me falta esta.

Estoy cansada, pero no es por halagarme pero me he caracterizado por ser responsable. 

—¿Necesitas un poco de ayuda? —me pregunta Gloria al escucharme no querer tomar mi descanso del almuerzo.

—Estoy bien —digo y me apresuro a bajar y subir de la cafetería a la oficina. Tengo que tener listo café, bebidas y aperitivos para recibir atentamente a los clientes potenciales que visitarán a Marco.

Debo ir un paso adelante siempre. 

Con esa actitud estoy abriéndome paso entre los cubículos y demás personas que salen a almorzar... cuando repentinamente Nicole me detiene en seco. ALTO: Jirafa obstruyendo el paso. Disimuladamente la miro de píes a cabeza. Lo que es mala idea porque medirme con ella afecta mi autoestima. Estoy consciente de que no soy competencia.  

—¿Ya tienes montado todo para la siguiente reunión de Marco? —me pregunta, cruzada de brazos.

¿Quién le dijo a esta tipa que es mi nueva supervisora?

—Estoy en eso —digo, mirando hacia un lado.

Porque simplemente no puedo mirarla a los ojos. Podría percibir mi odio.

Ella se muestra indignada:

—Nos estás retrasando a todos, Vanesa —ladra y camina en grandes zancadas hacia la oficina de Marco. Sin duda a pasarle la queja.

—Nos estás retrasando a todos, Vanesa —repito a manera de burla.

¡Quiero patear algo! Pero me contengo y continúo mi camino. Si Marco le quiere creer a ella, genial... Genial. Genial. GENIAL. Tal vez sería capaz de echarme con tal de tener contenta a la lagarta.

No, él no sería capaz. O al menos eso quiero pensar. 

Creo que debo aclarar que mi trabajo no es tan sencillo como parece. Hay normas de etiqueta que no debo de pasar por alto a la hora de montar todo para Marco. Debería decirle eso a Nicolasa ¡No soy una simple asistente! Soy una anfitriona. 

En la Sala de juntas termino de instalar la cafetera mientras muevo de un lado al otro mi cuello. Me siento tensa. Entre Armando y el trabajo me están matando. Veamos:

1. Novela polémica cada vez en más bocas.

2. Jirafa supervisora. 

Todo se te está saliendo de control, Vanesa.

¿Cuál será el final de mi historia? No quiero saberlo. Tal vez termine en algún tipo de reunión de "Adictas a Wattpad". Aunque no soy adicta a Wattpad. ¿O lo soy? No. Mi problema es no afrontar con seriedad la realidad. Es por eso escribo novelas pretendiendo obtener lo que más deseo. ¡Já! Ni Freud hubiera hecho un mejor análisis de mi caso. 

Ahora debo concentrarme en cambiar. Pero no quiero...

Me gusta fantasear. 

Cansada, el móvil de mi bolsillo y me coloco los auriculares. Escuchar música me desestresa. Busco y busco. Veamos... 

—Póngamos algo de Ed Sheeran —digo para mí—, y a modo de repetir la misma canción muchas veces. 

Eso es. Sheeran para combatir el estrés.

Y para contribuir a las fantasías.

Tengo que limpiar una por una las tazas para el café porqué, como experiencia, cuando recién llegué a Grupo M uno de mis primeros errores fue atenerme al cuidado que supuestamente tiene la gente de cafetería, pero un socio del señor Maldonado (el padre de Marco) encontró un poco de mugre en su taza y... Afortunadamente el señor Maldonado no fue un jefe prepotente.

Vanesa entre líos ©Where stories live. Discover now