3

345 32 5
                                    

Me quedo pasmada mientras observo el boletín de notas, mis padres me matarían si nueva vez volvía con estas calificaciones.

Paso una mano desesperadamente por mis cabellos.

Megan había sacado mejores calificaciones, sin embargo, sus padres no eran tan estrictos como los míos.

Mis padres eran capaz de sacarme de la escuela para darme clases privadas, o peor aun, enviarme a un internado.

Sacudo mi cabeza para evitar torturarme y sigo caminando junto a Magan por el sesped mojado de la escuela.

Levanto la vista del pequeño boletín para encontrarme con aquellos ojos color miel puestos en mi.

Le observó unos instantes y sonrío. A unos pocos metros se encontraba el idiota que me sacaría de mis jodidos apuros.

Me giro hacia Megan, le hago unas cuantas señas referente a Ross y le pido que me espere unos segundos, ella asiente sonriente y camina hasta una pequeña banca.

Sonrió mientras camino en dirección a Ross.

— Hola rubio.

Sus mejillas se tornan rojas en cuanto sus ojos se encuentran con los míos. Le sonrío y sin esperar más, me siento a su lado.

— ¿Por qué estas aquí? — me dice de repente.

Le miro a los ojos, él baja la cabeza algo nervioso.

— Necesito tu ayuda

Sus cejas se juntan y lo veo negar con la cabeza algo confundido.

— Es el trabajo de Matemáticas, Ross. El maestro Mathew dijo que ibas a ayudarme. — mentí.

Noto como entreabre sus labios para decir algo; probablemente alguna escusa o pretexto para negarse, por lo que llevo uno de mis dedos a su boca e impido que diga algo como respuesta.

Ross traga saliva y se queda helado ante mi tacto. Sonrío ante su reaccion y me acerco lentamente a su oido, procuro que mis pechos queden bien pegados a su cuerpo para luego acercar mis labios a su lobulo, morderlo y animarme susurrar:

— Este es mi numero, llamame y dime a que hora estas disponible.

Procuro que el doble sentido en mis palabras sea evidente, dejo un pequeño papelito en los bolsillos de sus pantalones, rozando mis dedos levemente sobre esa gruesa tela que cubre su entrepierna. Beso su mejilla antes de separarme.

Su rostro está palido, su cuerpo sigue inmovil frente al mío. Bajo la vista y sonrío vistoriosa al darme cuenta de la enorme erección que había logrado causarle. Me relamo los labios para darme la vuelta e irme moviendo mis caderas segura a que él estaría viendome.

Llego hasta donde se encuentra Megan. Ella empuja mi hombro con delicadeza mientras estalla en una carcajada.

— Eres mala. — dice luego de unos segundos — Creo que le dejaste con ganas.

Sonrío.

— ¿Crees que tenga el valor de marcar mi numero?

— Pues... A juzgar por la manera en que esta mirandote, es evidente que ya quiere hacerlo.

Mis ojos se dirigen hacia donde miran los suyos. Sonrío al encontrar la mirada de Ross posada en mi cuerpo, él desvía la mirada automáticamente y baja la cabeza algo avergonzado.

Río y dejo de mirarlo para no intimidarle. Es un maldito nerd que a pesar de todo logrará sacarme de mis apuros, además, estoy segura que estando en su casa podría lograr algo mas que solo miradas entre nosotros.

Seduciendo A Ross Donde viven las historias. Descúbrelo ahora