Capítulo 17: Ira y decepción

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-No tengo ni la menor idea.- Se levantó de la silla y subió a su habitación para poder hablar con él.

-Os dejamos solos.- Asentí y Victoria salió de la cocina para buscar a Scott y marcharse. Ahora me tocaba a mí averiguar que le había hecho estar así de apagado.

Narra Victoria

Cuando dejamos a Alex y a Eric en su casa a solas Scott y yo nos fuimos a la casa de la fraternidad. Estaba deseando que Alex volviese, ya no la veía tanto como antes, y eso me apenaba.

Ella siempre me decía "Vic, la amistad es como la mayonesa, cuesta un huevo y hay que tener cuidado para que no se corte." Era rara la vez que no daba consejos usando ejemplos de comida.

-¿Te apetece ver una peli?- Teníamos la casa para nosotros solos, no iba a desperdiciar esa oportunidad viendo una película. Miré a Scott y el me sonrió maliciosamente. Me levantó del suelo y me puso contra la pared mientras me besaba. Ambos lo necesitábamos, y al parecer muy desesperadamente. Subimos las escaleras y me arrojó a la cama haciéndome dar varios botes hasta que se lanzó sobre mí.

Comenzamos a desprendernos de la ropa y nos dejamos llevar por nuestro deseo de unirnos en solo un ser.

Tras haberme acostado con Scott, varias veces, le abracé dejando mi cabeza apoyada en su pecho.

-Oye, Vic...- Lo miré a los ojos mientras mis dedos recorrían su torso desnudo con suavidad y ternura. – Te quiero.- Mis mejillas se encendieron y contemplé como su rostro se iluminaba dejándome ver su preciosa y perfecta sonrisa. ¿La verdad? Le quería:

-Yo también te quiero, Scott.- Le di un beso y dejé que mis ojos se cerrasen mientras escuchaba su tranquila respiración. Poco a poco acabé durmiéndome entre sus brazos sintiéndome protegida.

Narra Eric

Estaba plácidamente dormido cuando la constante vibración de mi teléfono me hizo despertarme por completo.

-¿Diga?-

-Eric, necesito que vengas a casa cuanto antes.- Oí la voz de mi padre al otro lado de la línea.

-Enseguida voy.-

-Date prisa.- Colgué el teléfono y me levanté de la cama con cuidado para no despertar a Alex.

Me vestí y bajé a desayunar algo rápidamente antes de dejarle una nota a Alex pegada en el frigorífico.

Una vez en sentado en el coche puse rumbo a la casa de mi padre. Esperaba que fuese realmente importante ya que me había fastidiado tener que salir de la cama a las nueve de la mañana un sábado de verano.

Aparqué en la puerta y llamé al timbre. Mi padre me abrió la puerta y me dio un fuerte abrazo.

-Hola, hijo.-

-Hola, papá. ¿Qué era eso tan importante?-

-Pasa. Vamos al salón.- Al llegar al salón me encontré con una mujer de melena rubia. Su cara me resultaba familiar pero no conseguía asociarla.

-Hola...- Me dio un abrazo a modo de respuesta a mi saludo:

-Hola, Eric. Hacía mucho que no nos veíamos.- Miré a mi padre dubitativo.

-Perdona, ¿de qué te conozco?-

-¿No te acuerdas de mí?- Negué con la cabeza.

-Hijo, toma asiento.- Obedecí a mi padre y me senté en un sillón justo enfrente de mi padre y de aquella mujer.

- Es normal que no me recuerdes. La última vez que te vi fue cuando tus padres se divorciaron, soy la mejor amiga de tu madre.- Fruncí el ceño. Marianne.

-Marianne...-

-Exacto.- Le dediqué una leve sonrisa.

-Un placer volver a verte.- Posé mis ojos en mi padre antes de exigir una explicación acerca de por qué me había llamado. Francamente, reencontrarme con la mejor amiga de mi madre no era algo que me resultase emocionante, y aún menos importante.

-Te he llamado porque queríamos decir algo.- Todas mis alarmas se pusieron alerta.

-¿Le ha pasado algo a mamá?-

-No, no. Tranquilo, tu madre está perfectamente.-

-Menos mal.- Solté un suspiro de alivio antes de que mi padre soltase la "gran noticia", aunque a mi parecer, parecía más una bomba atómica.

-Marianne y yo nos vamos a casar dentro de unos meses.- Noté como me faltaba el oxígeno y mí como mi mandíbula se abría hasta tocar el suelo.

-¿Pero qué cojones?...- Me levanté bruscamente del sillón.- ¡¿Sois pareja?! ¡¿Desde cuándo?!-

-La verdad es que me divorcié de tu madre por Marianne.- Miré a Marianne con furia.

-Le pusiste los cuernos a mamá con su supuesta "mejor amiga".-

-Tú madre y yo estábamos realmente mal. Estábamos en un momento crítico y tan solo sucedió.-

-Vamos, que estabas en un momento crítico dentro de tu matrimonio y en vez de arreglarlo decides acostarte con su mejor amiga. Di que sí, papá.- Miré a Marianne.- Y a ti te tendría que dar vergüenza. Con el marido de tu mejor amiga.- Dije mis palabras con asco con la intención de hacerla sentir mal.

-Eric...-

-¿Mamá lo sabe?- Ambos negaron con la cabeza. Yo me limité a asentir con cara de mala hostia.- Enhorabuena por el compromiso. Que seáis muy felices.- Cogí mis cosas y me monté en el coche con la intención de volver a casa. No sabía cómo afrontaría la situación con Alex ahí. No estaba acostumbrado a tener a alguien a mi lado en mis momentos más críticos.

Al llegar me encontré con el coche de Scott y entré en casa malhumorado. Esquivé la mirada de Alex y subí a mi habitación con la intención de calmarme.

Al poco rato subió Scott y conversé del tema con él. Tras una breve charla le haría caso a Scott, hablaría con Alex. Después de eso Victoria y él se fueron a la casa de la fraternidad dejándome en aquella habitación ahogándome en furia y decepción. Necesitaba verla. Salí de mi habitación y busqué a Alex.

Al llegar la vi fregando los platos. La volteé y la abracé. Era lo único que necesitaba, un abrazo con sabor a "estaré aquí siempre, pase lo que pase."

----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Buenas noches!! Siento haber tardado tanto en actualizar, pero es que estoy muy ocupada con los temas del instituto. Espero que disfrutéis del capítulo. Si os ha gustado votad y comentad!! Hasta la próxima :)

Demasiada Testosterona (TERMINADA & EN EDICIÓN)Where stories live. Discover now