Vicente me mira y sabe que estoy ocultando algo, pero en su mirada veo como decide dejarlo pasar.

- Sí. Ese mismo. - afirma dándonos una pequeña sonrisa.

- ¿Y por qué yo no lo vi? - Ali interviene haciéndose la molesta.

- Porque estabas muy ocupada dándole amor a tu querido David. - Vicente eleva y baja las cejas varias veces. Yo me rio y Ali se sonroja. - ¿cómo va eso?

La expresión en el rostro de Ali cambia a una más seria. Por un momento pienso que tiene algo malo que decirnos.

- M... me gusta. - arruga su ceño en gesto pensativo. - Me gusta mucho. - nos da una mirada esperando que digamos algo, pero nuestro silencio la anima a continuar. - Es, adorable. Hablamos... hablamos mucho y de todo. Robert, tu jefe - me dice como si necesitara aclaración. Mis sentidos se alertan ante la mención de su nombre - es su mejor amigo. Por cierto, David lo invitó al club, pero no fue. - se encoje de hombros y yo tengo que tragar más fuerte el sorbo de vino para no ahogarme. - No me sorprende. David me ha contado mucho de él. Es un hombre muy solitario, pero al parecer nunca le ha faltado una mujer. Solo que no las presenta. - trato de que mi rostro se muestre impasible ante esta cantidad de información a pesar del creciente dolor en la boca del estómago.

- ¿¡Pero como le va a faltar!? - exclama Vicente. - si esta hecho un delicioso bombón.

Ali ríe, y yo suelto una pequeña risa poco sincera y tardía.

- David me cuenta que la relación con su padre es muy tensa. Robert y el casi no se hablan. - vuelvo a poner real atención en lo que Ali dice. - pero en realidad Robert no habla mucho de eso y a el padre solo lo ha visto una vez que viajo a Italia para una reunión. Son grandes amigos. - se encoge de hombros - David es tan amable y en el sexo...

Mi amiga empieza una gráfica descripción de sus relaciones con David. Por el momento me desconecto tratando de guardar bien toda la información recolectada.

Alrededor de las 10 y media de la noche se despiden los chicos. Arreglo un poco la cocina y apago la tv.

En la cama estoy rueda que rueda. No puedo dormir, solo pienso en todo lo que dijo Ali. Mis pensamientos se retienen un poco más en la información de las parejas que ha tenido Robert. Y con lo guapo que es no dudo que ha estado con mujeres fascinantes. Sin conocerlas trato de hacer comparaciones mentales.

Cerca de la una de la madrugada mi último pensamiento es ese bizarro mensaje que me llegó al móvil. Antes de caer profundamente dormida.

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Voy corriendo por las escaleras de la empresa Accuri. Hoy me he levantado tarde, jodidamente tarde. Dentro del elevador me entra la angustia, no puedo dejar de zapatear el tacón en el piso... Quizás así vaya más rápido.

Cuando entro en el piso 20, mi jefe está en mi escritorio esperándome. ¡Joder!

Placeres Ejecutivos - Emmgy R.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora