Corazón roto

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Aquel chico rubio de ojos azules no puede esperar para contarle a su novia una noticia que seguro le alegrará. Por causas del trabajo de su padre no la había visto durante algunos meses pero espera que ella lo comprenda y puedan recuperar en esas vacaciones parte del tiempo perdido. Después de todo, la noticia que le dará podría beneficiarlos a ambos. Su vida está planeada.

El terminará su último año de preparatoria para ir a la universidad por la que tanto se ha esforzado. Allí el podrá estudiar lo que él desea y ser alguien en la vida para así poder proponerle matrimonio a la chica de la cual está enamorado. Así mismo, con esa posición de estudio podría apoyarla a que ella también logre sus sueños.

Planes perfectos para una vida perfecta.

Mizki. El nombre de la chica por la que se sentía atraído durante el tiempo que llevaba conociéndola; esa chica tan elegante es por mucho muy diferente a la chica que algunas veces aparecía con Mikuo. Las pocas veces que la había visto ella siempre aparecía con el cabello corto aguamarino y una sonrisa. Tal vez eso era lo que más le molestaba. Esa sonrisa cínica que hacía que fuera el centro de atención. Una cara bonita chantajista.

Trata de ignorar esos pensamientos y comienza a buscar a Mizki en aquel parque donde la ha citado sin ningún resultado. Cree que por la emoción se adelantó al horario que él le dijo así que decide sentarse a esperar en unas bancas bajo un cerezo. Los minutos se hacen horas y Mizki no llega.

La luna fue testigo de aquella espera al ver a Len regresar a su casa y dejando más de 50 llamadas y mensajes al celular de la chica, llamadas y mensajes que no obtuvieron una contestación.

No hubo una respuesta al siguiente día, ni al siguiente, ni al siguiente del siguiente. Len comienza a preocuparse. ¿Le pasó algo a la chica? ¿Está bien?

Una mañana a mitad de vacaciones recibe un correo anónimo sin ninguna pista sobre lo que pudiese contener o el responsable de enviarlo. Len lo abre dudoso y se arrepiente de haberlo hecho: fotos muestran a Mizki y Mikuo besándose apasionadamente en alguna playa del país.

Ni siquiera puede describir lo que siente al ver aquellas fotos, ellos le habían mentido. Ellos, a los que consideró alguna vez amigos.

Cierra con brusquedad la computadora y durante varios minutos el solo fija su mirada al suelo hasta que su visión se torna borrosa. Lágrimas. Lagrimas silenciosas que caen en su camisa como la única evidencia de un corazón roto. ¿Por qué?

— ¿Len? — se escucha una voz fuera de su cuarto. — ¿Te sientes bien?

— Si — por supuesto que no, nadie en esa situación se sentiría bien por lo que la respuesta salió monótona. — Estoy bien.

— ¿Seguro? Escuche algo romperse y creí que... bueno... — una rubia se asomó a la habitación y observó al chico sentado a la orilla de su cama con la mirada baja y un cuadro roto a sus pies. — Hey... yo...

— ¡Estoy bien! — la voz de Len la interrumpe. — Déjame solo Lily.

— Estaré en la sala por si necesitas algo Lenny — su hermana nunca había visto una actitud así en el rubio, teme por lo que fuera capaz de hacer.

Llorar no es de hombres. Sí, pero el siente su corazón partirse a pedazos.

Y a pesar de que ese fue el único día en que Len lloró, lamentablemente no sería el único día en que se sentiría burlado.


El último semestre es una tortura para él. Se da cuenta que ellos dos (Mizki y Mikuo) se han estado burlado de él a sus espaldas en los últimos meses. ¿Por qué? Sus compañeros lo miran como un pobre chico que ha sido traicionado. Ellos sienten lastima por él. Reclamar a los culpables vendría en vano, ellos nunca aparecieron en la escuela otra vez.

Len se pasa el resto del curso escuchando cotilleos a su espalda. Para su poca suerte ese es su último curso y luego podrá largarse de alli. Ahora tiene un nuevo propósito: olvidar todo y concentrarse únicamente en sus estudios.

El presenta el examen para la universidad y es aceptado. Su futuro aun lo espera. Se ha centrado completamente en sus estudios logrando ser el alumno estrella en los primeros meses. Todo marchaba bien para él: notas perfectas y un futuro prometedor lejos del "amor".


Hasta ese día. Ese día que por destino o casualidad esa cabellera aguamarina apareció de nuevo.


Pobre e ingenuo chico que cayó en las redes del amor.

Por una traición es tratado como un perdedor.


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[06.04.16]--- [27.12.17]

[Ed.] 


¿Te ayudo a encontrar el amor?(MikuxLen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora