03/04/16

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Hoy es el día. Llegó el momento, después de tantos años esperando, en el que voy a conocer a las personas con las que sueño, río, lloro, grito y sonrío.
Estoy hablando de las personas de las que se trata esta historia.
Cimorelli.

Mi día empezó a las 10 de la mañana, cuando mi mamá me despertó.
De buen humor, como nunca, fui a la cocina a desayunar.
Me preparé, feliz, para salir de viaje.
Iban a ser tres horas hasta la capital del país. Pero valía la pena.
Durante el viaje, todavía no podía creer que estaba yendo a conocer a las chicas. Simplemente la idea no entraba en mi cabeza.
Hicimos unas cuantas paradas en el viaje para conocer otros lugares, cosa que me exasperaba, pero mi familia se encaprichó en ir.
También paramos para comer, esta vez sí estaba de acuerdo.
A eso de las 14:30 llegué a la casa de mi prima, en Buenos Aires, quien me acompañaría en el recital. Nos divertimos un rato porque hacía mucho no nos veíamos. Comimos, estuve con mis otros primos, y a las 17:00, nos dirigimos a Groove, Palermo, donde sería el concierto y meet and greet, para el cual yo tenía entradas. Iba a abrazarlas al fin.
La fila en la calle era larga, no llegaba a ser una cuadra, pero era muy extensa. Yo estaba preocupada, sabía que habíamos salido demasiado tarde, pero de todas formas las conocería.
Mientras estaba esperando, el padre de las dichosas hermanas salió filmando a la multitud que esperaba ver a sus hijas, yo me emocioné al verlo y corrí a saludar a la cámara. Estaba muy emocionada, todo me maravillaba.

Las 18:00 daban en el reloj. La fila que parecía estática, había comenzado a avanzar.
Guardias de seguridad del lugar cumplían el sueño de muchas chicas y chicos. Ellos les daban una cinta, atada como pulsera, el pase para entrar al meet and greet, el pase para conocer a esa persona tan importante en sus vidas.
Cada vez que un empleado del lugar hacía ese trabajo, su trabajo, se escuchaba un grito de alegría, de un fan que ya tenía garantizado su próximo abrazo.
Y llegué. Llegué yo donde estaban las vallas y la seguridad del lugar. Me pusieron mi cinta color verde y seguí esperando.
La fila avanzaba, estaba cada vez más cerca. Pasaban de a grupos de cinco personas.
El último grupo pasó y yo quedé primera en la fila. Luego de unos minutos, me dejaron pasar.

Había un gran número de personas adelante mio en una cola que llevaba a una escalera. En la planta alta sería el meet and greet. Bien al lado de dicha escalera, estaba el escenario, donde más tarde tocarían Jacob y Cimorelli.
Mientras esperaba, pude divisar a lo lejos, a Lauren, con una camisa a cuadros. Grité. Casi al instante vi a Dani, y entre nerviosa y feliz, se lo hice saber a una chica que estaba antes que yo. Luego con ella seguí hablando y por lo menos no tuve que esperar sola. Unos minutos después, un grupo de fans empezó a cantar. Estaban mucho más atrás que yo. Gracias a ellas, Lisa se asomó desde la planta alta con una bandera argentina, saludando, simulando cantar, ya que no podía hacerlo, estaría en silencio hasta el concierto. Me emocioné mucho, incluso mis latidos estaban alborotados.

Y así. Pasó.

Llegué a la planta de arriba, la chica que estaba adelante mío pasó, y era mi turno.

Christina era la primera, la que te recibía. No la había tocado y ya estaba llorando. Me abrazó, fue mágico. Nunca me voy a olvidar de cómo se sintió. Le dije las cosas que tenía planeadas, a lo que respondió muy alegre con un "oh! thank youuu!" que jamás se va a borrar de mí cabeza. Le agradecí, y fui con la siguiente.

Lauren fue la segunda. Fue muy amable. La abracé y sin querer la dejé sin aire. Su carita, nunca la voy a superar. Me volvió a abrazar. Hablé con ella, sacamos la foto con mi celular. Le agradecí y me encaminé hacia la próxima persona.

Amy fue la tercera. Es la persona más dulce que puede existir. Mientras caminaba hacia ella, me soltó un "Hiiiiiii!" tan tierno, se quedó grabado en mi mente. La abracé, fue muy lindo. Mientras la abrazaba, le agradecí por enseñarnos a mí y a tantas otras chicas a amarnos a nosotras mismas tal como somos. Su respuesta me conmovió. Dijo: Muchas gracias, yo también lo hago. Se refiere a que ella también se quiere como es y aprendió a quererse. En serio me tocó su respuesta. Fue todo hermoso. Sacamos la foto, y continué.

Cimorelli humor Argentino.Where stories live. Discover now