Capítulo 10

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Tiempo después dos meses atrás...

Después del tiempo que ha pasado no puedo sentirme más satisfecha. Stefan no ha vuelto a hacer una amenaza y por un lado eso me preocupa. El tiempo que ha pasado no ha hecho reflexionar mucho a Mía y de vez en cuando la sorprendo sacándome una o dos fotos.

La relación de Mía y Ángela va como viento en popa, mejor no pueden estar. Hubo un tiempo en que me tenían toda nerviosa. Mía había comenzado a sentir unas nauseas y mareos extraños. Ángel estaba todo asustado y nervioso, claro, un bebé para ellos significaría demasiado. Al final de todo era una simple gripa que le había tocado a Mía.

Hablando de relaciones, Fred y yo estamos mejor que nunca. Siempre que tiene la
oportunidad me pide matrimonio de la manera más tierna posible. Hubo veces en las que sentí que caería pero debo resistir y no aceptar aún. Antes de aceptar, si es que llego a hacerlo, necesito obtener mi divorcio primero. Eso es lo primordial.

He tratado de comunicarme con Stefan para obtener el divorcio pero desde aquella vez no he vuelto a oír su voz, ni siquiera he oído algo de él. Al parecer está haciendo lo mismo de siempre, ignorarme.

Después de retocar mi maquillaje por última vez me doy un último vistazo en el espejo. Estos cinco meses de embarazo son bastante notorios y la ropa de maternidad se ve hermosa mi panza. Ayer en la ecografía fue muy cruel mi bebé al no dejarnos saber que es. Desde la conversación que tuve con Fred sobre el sexo del bebé he tenido sueños en donde es una niña pero ese sueño se torna en aquella horrible pesadilla.

Salgo de la habitación tomando mi bolso y salgo de la casa pero no sin antes despedirme de Ángel y Mía. Al salir veo a Fred recostado sobre su auto esperando por mi. Si una vez pensé que se veía sexy estaba equivocada, este hombre no tiene palabras para ser descrito. Esos jeans le quedan más que fabulosos y su camisa de botones con las mangas subidas deja ver sus fuertes brazos que me hacen derretir. Cuando me acerco a él me recibe con un beso de esos de telenovela que te hacen derretir con solo verlos, al separarnos del beso deposita uno último corto y me sonríe.

-¿Cómo está hoy mi hermosa novia?-sigue con su sonrisa perfecta.

-Estoy muy bien bello novio, ¿y tú?-digo devolviéndole la sonrisa.

-Ahora que te veo estoy demasiado de bien.-me río ante su respuesta y niego con la cabeza.

-Estás hecho todo un poeta Fred.-se ríe y asiente.

-Ese es el efecto que ocasionas en mi.-dice haciéndome sonrojar.-¿Lista?

-Lo estoy. Aunque no se a donde me llevarás hoy.-sonrío entrando en el auto cuando me abre la puerta.

-Conocerás a las dos personas más importantes en mi vida, además de ti claro.

-¿No puedo saber quienes son?-niega mirando a la carretera.

-Esas personas insistieron en conocerte porque no paro de hablar de ti cada vez que los veo.-se ríe.

-¿Qué cosas dices de mi, eh?-me cruzo de brazos mirándolo.-Espero que no sean malas.

Después de media hora de viaje en auto llegamos a nuestro destino que desconozco. Solo puedo ver que es una enorme casa blanca con un gigantesco perro que se acercan a nosotros ladrando, ladrándome a mi para ser especifica. Me hecho hacia atrás para que no me brinquen encima y Fred se pone frente a mi impidiéndolo también.

-¡Spike!-dice Fred en tono de regaño.

-¡Spike quieto!-habla un niño y se lleva el perro lejos.

-Gracias campeón.-Fred se agacha frente a mi abrazando al pequeño de cabellera castaña y ojos mieles iguales a los de Fred.

-¿Es ella papá?-sus ojos parecen brillar a la vez que me observa. Fred asiente y el niño viene donde mi abrazándome lo cual me toma por sorpresa.

-Es mi hijo Augustus.-aparece junto al pequeño.

Le devuelvo el abrazo gustosa a Augustus y acaricio su cabellera cuando se separa de mi. Después de eso sale corriendo para adentro de la casa gritando algo que no alcance a entender. Es un niño precioso igual a su padre.

-Es muy parecido a ti.-le digo acercándome a él a la vez que caminamos hacia la casa.

-No sabes cuanto lo agradezco.-se ríe echándome el brazo.-Él es una de las personas que quería que conocieras.

-Estoy más que encantada.-sonrío.

Al entrar a la casa una señora de alrededor de 50 años aparece saliendo de la cocina con su delantal. La señora se nota que es hogareña, su cabello es igual que el de Fred pero sus ojos son azules y es de mi estatura: bajita. Sin esperármelo me envuelve entre sus brazos de forma breve y mira a Fred con una sonrisa de orgullo.

-Ella es Ángela mamá.-me presenta y yo le sonrío a la señora.

-Es un enorme placer por fin conocerte Ángela, mi hijo Fred no para de hablar sobre ti ni un segundo. Todo lo que sale de su boca es tu nombre y las mil y una palabras que usa para describirte. Nos tiene mareados a Augustus y a mi.-ríe y mi mira a un sonrojado Fred.-Es un buen chico, con el corazón hecho pedazos.

-Basta mamá.-dice Fred avergonzado.

-Bien bien, me iré a la cocina para terminar el almuerzo. No se vayan lejos.-se da la vuelta y camina hasta donde asumo está la cocina.

-Te has sonrojado.-digo por molestarlo y el me miro con sus ojos achinados.

-No lo hagas.

-Te has sonrojado.-le hablo como si se tratara de un bebé.

-Detente Ángela.-dice riendo.

-Fue muy tierno verte, tenía que hacerlo.-me río y tomo sus mejillas en mis manos estrujándolas haciéndolo reír. Él retira mis manos de su cara y me hala con el sentándonos en uno de los sofás.-Me agrada tu mamá.

-Espero que se puedan llevar bien porque si nos llegamos a casar...

-Fred.-lo interrumpo.-Ya lo hemos hablado.-el asiente y toma mi mano.

-Lo siento.-suspira y antes de hablar es interrumpido por los gritos de su hijo.

-¡Papá! ¡Papá!-se acerca a Fred corriendo y susurra en su oído cosas inaudibles para mi.

Un tímido Augustus se acerca a mí tendiéndome un papel que con gusto tomo. Se trata de un hermoso dibujo con cuatro personas en el, un hombre, un niño, una señora mayor y una mujer gorda. Sonrío viendo el dibujo y después miro a Augustus junto a mi.

-¿Quiénes son, eh?-pongo el dibujo sobre mi regazo.

-Son papá, abuela, tu y yo.-dice señalando a cada uno con una sonrisa mirándome luego curioso.-¿Por qué estás gorda?-pregunta haciéndome reír.

-Es porque tengo un bebé dentro de mi.-comienzo explicándole.

-¿Te lo has comido?-agranda sus ojos con espanto. Junto a mi Fred comienza a reír.

-No se ha comido un bebé enano. Ella va a dar a luz un bebé.-habla Fred.

-Entonces...¿tendré un hermanito?-abro la boca para contestar pero Fred me interrumpe.

-No Augustus pero puedes quererlo y cuidarlo como si lo fuera.

-¿Enserio? ¿Me dejas?-los ojos brillosos con ilusión de Augustus me hacen asentir con una sonrisa recibiendo por respuesta uno de sus abrazos.-Ángela, ¿te vas a casar con papá?

No sé cuantas veces he escuchado esa pregunta o parecida en estos meses. Ya ni siquiera sé como sentirme a respecto. Me siento presionada por todos. Su madre, Fred y ahora el pequeño y dulce Augustus.

Siendo honesta...no estoy preparada para darle el sí o más bien...no se si alguna vez lo haga.

Desde que dijo "Te Quiero" [Trilogía 15 Días, Libro #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora