Capítulo 12: "Ayuda."

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- Vengo de la casa de un amigo y necesito llenar el tanque en la gasolinera de por allá. - señaló con su mano hacia adelante.

Estoy paranoica. ¿Por qué me estaría siguiendo?
Entramos en la gasolinera y Will se bajó del coche.

Me fijé en la pantalla que está por el volante, la manija que mide la gasolina estaba casi llena.

¿Qué demonios?
Tal vez le gusta, tener el tanque todo lleno.

Will venía hacia el coche y me acomodé bien en el asiento. Mi cuerpo se calentaba sin razón.

Will se veía distinto. Estaba super callado, su pómulo estaba perfecto como si nunca hubiese tenido un golpe en el.

El trayecto fue incómodo, dentro del coche hacía tanto frío sin importar el calor de mi cuerpo, que tenía que abrazarme a mi misma.

¿Por qué no traje chaqueta?

Aparcó en la acera.
- Gracias. - dije.
- No fue nada. - su vista estaba al frente.

Hice a abrir la puerta pero el seguro se atascó y no pude.
Will notó mi inutilidad, se soltó el cinturón y se hizo hacía adelante para quitar el seguro con su mano.

Al hacerlo  rozó mi brazo desnudo y sentí escalofríos, su piel era fría como el hielo. Como cristales incrustados en mi piel.

Abrí la puerta y salí. Lo miré a los ojos. - Gracias de nuevo.
No dijo nada, puso el motor en marcha y salió de la acera.

Al entrar, mi departamento era un desastre. El sofá estaba de cabeza, mis libros por todo el suelo de la sala, los cajones abiertos, y pétalos de rosas negras por todo el lugar.

No...
La puerta estaba bien cerrada. ¿Cómo entraron?

La cocina estaba igual. No era un robo todo estaba. La TV y la computadora estaban a la vista, pero no se llevaron nada.

Esperaba que al entrar en mi habitación hubiera ropa por todos lados la cama de cabeza y cosas así.
Pero estaba intacta.

Mi cama estaba bien hecha, y todo estaba normal.

Excepto por lo que había sobre mi cama...

Una rosa negra perfecta y brillante descansaba sobre unas hojas dobladas.
Agarré la nota mas pequeña y la abrí, era la misma letra de la que dejaron la otra vez.

" - ¡Sabía que si eras tú!"

Eso hizo que mi corazón corriera mas rápido. Me daba miedo abrir la otra.

Era una hoja mas grande, y parecía vieja, estaba malgastada por el tiempo.

La abrí y dejé de respirar. Era el retrato que vi en mi visión cuando estaba con Annie en "pizza hut"

Y si era yo. Esa es la página que hace falta en el libro de Annie. Se notaba que había sido arrancada.

No sé que pensar, el dibujo es obvio que existe. Pero dice que fue hecho hace muchos años.

Después está el que dejó la nota dice que soy yo y él lo sabía.
Pero no entiendo. En esos años no habían nacido ni mis padres.

Puede que sea alguien muy parecida a mi... bueno o mi gemela porqué somos iguales.

" Eres tú. "

Y ahí está de nuevo esa voz.
- ¡Cállate! Tú no sabes nada, tú no existes.
Cada vez que esa voz me hablaba mi cabeza quería explotar.
- ¡Déjame... ¡déjame en paz! - puse mis manos a cada lado de mi cabeza, esa voz provocaba un eco horrible dentro de mi.

Caí de rodillas, el dolor no se iba.

La hoja se deshacía en mis dedos, era muy frágil. No podía dejar de mirarla, no entendía nada de lo que pasaba, pero sea como sea era un dibujo hermoso y muy bien hecho.

* * * * * * *

Duré dos horas acomodando mi departamento. Llené dos bolsas grandes de pétalos de rosas, me pinché los dedos varias veces ya que habían dejado uno que otro tallo.

Las cerré bien y las dejé fuera de mi casa, ya que al otro día pasaba el camión de la basura.

Esta situación me consternaba y me quitaba el sueño.

Eran la 1:30 de la madrugada y yo me estaba duchando, el agua caliente calmaba mi dolor de cabeza.

Salí me cambié a mi pijama de ositos.
Fui a la cama para ver si podía dormir algo. Apenas apagué la lampara y puse mi cabeza en la almohada, sonó un estruendo.

Sobresaltada me senté y encendí la lampara.

A los pies de mi cama había un hombre, su ropa estaba rasgada, cubierto de sangre y tenía su mano en el pecho sosteniendo una herida mas grande.

De sus labios salían hilos de sangre muy negra.
- Ayuda. - murmuró antes de desplomarse en el suelo.

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¿Quién será?

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