Capítulo 5

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Había mucho silencio. El día había acabado ya y su mente estaba perdida de nuevo. A su lado había una pipa y un encendedor. Era la única manera que tenía de poder recordarlo, porque con el paso de los años había olvidado su voz.

Esa vez recordó el último día que pudo verlo con vida y escucharlo, el peor día de toda su vida.

Cuando murió no asistió al funeral, no asistió al de Ichiko tampoco. Estaba cansado de la muerte. No supo cómo murieron ambos, no quería enterarse, ya era lo suficientemente malo saber que no estaban, que no escucharía sus voces o vería sus ojos.

Tuvo más presentaciones después de que ella murió aunque lo hacía con el corazón vacío. Sus hermanos no dejaban de llamarlo al teléfono pero no contestaba, incluso intentaba no pasar demasiado tiempo en el departamento pues Todomatsu estaba casi todo el tiempo ahí esperando por él en representación de sus hermanos.

Osomatsu había viajado el día del funeral para acompañarlo, estuvo en su departamento y se quedó tanto como pudo para asegurarse que estuviera bien. Le sorprendió encontrarlo tan mal después de tantos años de no verse frente a frente. Karamatsu, por su parte, no habló mucho de nada, no contestaba a sus preguntas más que las que eran absolutamente necesario.

Cuando Osomatsu se fue nada cambió para él. De regreso a la soledad, a un mundo superficial lleno de luces. Estaba más vacío que nunca.

En su mente se repetían una y otra vez las palabras que Ichiko le dijo en sueños.

"Canta desde el corazón"

No recordaba cuando había dejado de hacerlo. Al principio la mayoría de sus canciones las componía él, todas románticas referidas a ese amor imposible por su hermano. Nadie lo sospechó, todos pensaban que salían de la nada y que era una persona fría y sin corazón si podía escribir tan bonitas letras sin sentirlas realmente.

Pero no estaba vacío, se desbordaba y por eso cantaba, para mantener todo controlado.

Cuando murió siguió cantando con el corazón roto. Todos esos sentimientos frustrados, el dolor por haberlo abandonado cuando le prometió ayudarlo, por aprovecharse y herirlo, todo lo cantó. Sacó todos sus sentimientos hasta que ya no hubo más en su corazón. Su música se volvió comercial, cantaba lo que le decían y aunque intentó componer más canciones, ya no tenía más de donde sacarlas.

¿Dónde se habían quedado todos sus sentimientos? Aun amaba a su hermano, lo extrañaba cada vez más, ¿Por qué no podía cantarle?

—Tal vez porque ya no quieres cantar más.

Ichiko se sentó a su lado y se apoyó en su hombro. Él la miró sorprendido por un momento, pero al final también le sonrió.

—Me gusta cantar —murmuró apoyando su cabeza en la de Ichiko. Volvió a aspirar su aroma a lavanda, pensó que jamás volvería a tenerla tan cerca.

—¿Quieres cantarle por la eternidad?

—Para eso nací... ¿verdad?

Ella no dijo nada, cerró sus ojos y comentó a tararear una canción que le sonaba familiar. Cerró sus ojos también para recordar el origen de esa tonada. De la nada vino a su cabeza el funeral de su hermano en un día lluvioso, pero se mantenía en la lejanía detrás de algunas lápidas, observando a sus hermanos llorar frente a la que pertenecía al cuarto de ellos.

Ya lo recordaba, había asistido aunque no se lo dijo a nadie. Se quedó lejos para que los demás no lo vieran, esperó paciente y cuando se fueron se acercó. No lloró cuando se enteró de su muerte, no lo hizo mientras escuchaba a Todomatsu insistir para que asistiera, tampoco lo hizo al viajar hasta el distrito o al observar el llanto desgarrador de sus hermanos, todo era como si se encontrara dentro de una ilusión, una pesadilla o una extraña visión entre la bruma. Pero ahora, al estar frente a la tumba y leer su nombre ahí fue como si la verdad cayera de pronto sobre él. Sus ojos se empañaron y cayó arrodillado con los temblores de sus sollozos. Desahogó todo en ese día, gritó hasta desgarrarse la garganta, lloró, maldijo y deseó la muerte hasta que el agotamiento lo hizo detenerse, pero no se marchó, se quedó toda la noche en la tumba, no le importó que comenzara a llover, se mantuvo recostado contra la lápida sin contener su llanto. Fue ahí que compuso esa canción.

Canciones vacíasWhere stories live. Discover now