Sólo Estoy Jugando (Marichat) [CANCELADA]

Capítulo 5

Después de aquellas palabras tan repentinas de Chat la habitación se quedó completamente en silencio.

Marinette se quedó callada mirando fijamente a Chat sin expresión alguna, cosa que al rubio le puso muy nervioso.

—Demasiado pronto —pensó Chat—.

—Chat yo.. —.

El felino empezó a fingir reírse, no quería oír de nuevo que no era correspondido. Esta vez iría poco a poco.

—¿Te lo has creído? —dijo entre risas—.

—Yo.. —Marinette se molestó bastante que jugaran así con sus sentimientos—. Si, me lo creí ——respondió fría—.

En cuanto Chat vio que a su amada no le había hecho mucha gracia su "broma" paró de reír inmediatamente.

Acababa de meter la pata. Una buena ocurrencia para realizar un chiste con el humor típico del gato, algo inapropiado para estos momentos.

—Marinette, venga, no te pongas así. Sólo era una broma.

—Pues no me ha hecho ni pizca de gracia.

—¿Qué te pasa ahora?

—Olvídalo Chat, será mejor que te vayas. Mañana es viernes y tengo clases.

Chat colocó su mano en el pecho donde estaba su corazón y fingió estar herido—. ¿Ahora me estás  echando?

—Sí, te estoy echando—. Marinette se levantó y el rubio la siguió detrás— Nos vemos más tarde, quizás.

Chat resopló. Odia que Marinette se comporte de esa manera, ella no es así—. Si es lo que quieres princesa, entonces me iré.

Y así, sin despedida ni beso en la mano, el héroe de la ciudad parisina dejo a la chica en aquella habitación para desaparecer por los tejados.

—Genial, ahora él está enfadado conmigo.

Tikki salió de su escondite para colocarse delante de su portadora.

—¿Por qué has actuado de esa manera con él? ¿No crees que lo has exagerado?

La joven bajó la cabeza apenada—. Las bromas de Chat ya de por sí son irritantes, pero esta vez se ha pasado de la raya —se estira descaradamente por el sueño—. Ya sabes que estoy últimamente muy sensible con el tema del amor y —hace una pausa extraña— eso.

Marinette se queda pensativa al recordar el humillante rechazo de Adrien.

—Es tu culpa por no saber elegir al chico correcto.

La joven se limita a regalarle una mueca rara en forma de agradecimiento por el apoyo.

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—Muy bien clase, hacer silencio por favor —la profesora de Plástica gritaba y  daba palmadas desde su escritorio una vez que las clases ya habían empezado para callar a los chicos. Nadie parecía estar muy interesado en la clase—. Bien, ¿voy a tener que empezar a castigar a gente?

Los alumnos enseguida se callaron y pusieron atención a la maestra.

—Bien —sonrió satisfecha y se aclaró la garganta—. En este trabajo, vais a tener que dibujar aquello que os haga felices, algo que os ponga de muy buen humor, y así de paso os conozco un poquito mejor, ¿sí? —dijo animada— Quiero que me entreguéis los dibujos en la siguiente clase —pausa— Podéis empezar ya.

La clase enseguida empezó con su trabajo, menos Marinette.

¿Algo que la haga feliz?

—Vamos Marinette —animó Alya— ¿No hay nada ni nadie que te haga feliz? ¿Yo por ejemplo?