Mordidas

37 "¿Cuántos Dólares?"

- ¿Otra vez? - le digo riendo y avergonzado.

- De seguro se te acabaron los que te di la otra vez - Yo vuelvo a meter mi mano en la bolsa de regalo, y saco otra caja, esta también es roja, pero tiene un diseño de fuego por todo el empaque.

- Lubricador HOT - dice Nate señalándolo - Sirve para... -

- Ya se para que sirve! - Le interrumpo - No lo puedo creer - digo mientras muero de la risa. Y lo peor es que aún falta sacar algo más de la caja - si ya me diste los condones y el lubricador, no sé qué más puedes darme - vuelvo a meter mi puño por última vez en aquella bolsa, saco una caja, que parece de algún juguete, enfoco bien mis ojos en que es, cuando identifico bien el producto, lo lanzo a la cama.

- No quiero eso - digo avergonzando y riendo.

- ¿Por qué no? Sabes la vergüenza que pasé comprando eso, tienes que usarlo -

- Estas loco! - le digo, mientras miro el juguete sexual que me ha dado, es un sexo masculino masturbador, pero mide como medio metro, y en las dos puntas tiene un sexo, es como para que dos personas se pongan trasero con trasero y se metan la misma cosa por detrás, jamás voy a usar esa cosa.

- Le estas dando juguetes sexuales a tu hermano menor, ¿Te das cuenta lo bizarro que es aquello? - digo, mientras una carcajada acompaña aquella oración.

- Solo quería hacerte reír, pero los dos primeros regalos si los puedes usar -

- Supongo que si - digo, tratando de dejar la vergüenza a un lado. Guardo todo lo que Nate me ha regalado, incluyendo aquello y meto la bolsa morada debajo de la cama. Nate abandona mi habitación riendo, y yo continuo limpiando, cuando he terminado, salgo para tomar algo de agua en la cocina, me encuentro a Papá.

- Ya te puse el regalo - me dice, yo me trago toda el agua que tenía en mi boca de improviso, ¿Cómo que me puso el regalo? Disculpa Papá, pero con lo último que Nate me dio, todo adjetivo de la palabra poner me provoca pensamientos raros en mi cabeza.

- ¿Qué cosa? - le pregunto, ahogando una risa con otro sorbo de agua.

- Pues, sabes que no soy buena regalando cosas, así que te puse dinero en tu cuenta para que te compres lo que quieras - me dice con una sonrisa, mis pensamientos cochinos desaparecen de mi mente, y yo me acerco a Papá. Le susurro las gracias cuando lo abrazo y vuelvo a caminar hasta mi habitación, me lanzo a mi cama, y tomo mi teléfono, no lo había visto desde que me levanté, y tengo un par de llamadas perdidas de él.

- ¿Me estabas llamando? - le pregunto a Maykol tratando de sonar con naturalidad.

- Tal vez - me dice riendo - solo quería saber cómo estabas -

- Estoy bien, ¿y Tú? -

- Bien también, oye hoy voy a acompañar a Jhony a comprar unas cosas, así que tal vez te pueda ver a la noche, pero no estoy seguro, de todos modos te aviso -

- Emm, de acuerdo - digo con nostalgia - nos vemos entonces -

- Te amo -

- Igual yo - le digo y corto la llamada, ¿Maykol se olvidó?, bueno no lo culpo, después de todo le dije como un par de veces solamente, es obvio que lo iba a olvidar. Pero como sea, hay alguien que jamás iba a olvidarlo, así que le marco a Susana, y antes de decir "hola", ella comienza a cantarme y a decirme cosas que podemos hacer hoy. Me pongo de acuerdo con ella y le corto la llamada cuando hemos terminado de hablar, dejo descansar mi odio después de tantos gritos de Susana, y busco otra ropa para poder ir al Cine con ella.

***

Miro hacia todos los carteles que hay en la gran pared del cine.

- Yo quiero ver esa - dice Susana, mientras señala el cartel de Suicide Squad -