Capitulo 12

25 5 2
                                    



-Me voy a Roma Noah...

Fue lo último que le había dicho a mi mejor amigo. Sin más, le había colgado el teléfono, sin darle ninguna explicación, ningún detalle, sin decirle exactamente cuánto tiempo iba a estar ahí y que iba a hacer, aunque realmente tampoco sabía exactamente yo. Era noche, en la madrugada tal vez, saque la maleta que había utilizado cuando había ido con Alexander, y empecé a meter por lo menos diez mudas de ropa, zapatos, todo lo necesario que pudiera utilizar en el viaje. No sabía bien a qué iba, solo quería dejar toda esta mierda de lado. Con cuidado, agarre el libro que se había quedado en la comida de mi cuarto, y automáticamente cuando lo abrí, salió el sobre de hace unas semanas. Lo abrace como si fuera el último recuerdo que tuviera de el, y sin más, lo metí a mi bolso.

No había hablado con el, no me lo había topado en ninguna parte, ni siquiera en el hospital. Por una parte, estaba agradecida por no ver aquellos ojos azules, pero por otra, los quería ver, quería que él estuviera bien, quería ir a abrazarlo como si jamás lo volviera a ver... Quería estar a su lado, pero sé que no podía, no podía dejarme caer, no iba a arriesgar todo por un chico; ya lo había hecho una vez, y estoy segura que con una fue suficiente para no volver a caer en ese hoyo negro. Pero creo que en este caso, era azul como sus ojos.

Me estaba volviendo loca, ya no tenía coherencia lo que pensaba acerca de él, ya no sabía si estaba bien dejarlo o estaba mal, no sabía si él me podría hacer daño o no, todo era un constante "... O no..." Y ya no sabía qué hacer. Esos ojos... Esos ojos azules...

Sin más, deje de pensar en todas esas cosas, agarre mi maleta, mi bolso, y a cambio de cuando me había ido de viaje con Alexander, baje yo sola mis cosas mientras abría la puerta de la entrada al edificio. El taxista ya me estaba esperando, y al ver su cara, me di cuenta que probablemente me había tardado un poco más de lo que debía tardarme en bajar las cosas. Con su cara de pocos amigos, me ayudó a subir mis cosas de un modo no tan agradable, aunque tengo que admitirlo que en parte fue mi culpa, pero, es su trabajo de la misma forma. Da igual... Pensé.

Nos tardamos una media hora en llegar al aeropuerto, las calles por alguna extraña razón estaban más fluidas de lo normal, dejando que pasara el taxi rápido. Cundo baje, le di una propina de 10 dólares por el pequeño tiempo que le hice pasar mal, y con un gesto me dio las gracias. Agarre mi maleta y me acerqué al módulo para poder documentar mi equipaje. La señorita me pidió mi boleto para verificar mis datos y mi pasaporte. Le pusieron un tipo de pegatina a la maleta y la pusieron en la banda para que la pudieran subir al avión. Y ahora me avecinaba unas tres horas de espera para que pudiera abordar.

Nunca he viajado, los pequeños "viajes" que haciendo con mi padre eran alrededor de Los Ángeles y en la playa, con Alexander fue con el único que viaje más. Alexander, Alexander, Alexander. Sacudí la cabeza, como si con ese gesto pudiera borrar lo que tenía en mi cabeza, y agarre mi bolso para dirigirme a un Café que estaba entre las salas de espera. Pedí un capuchino, como lo usual que tomaba todos los días, no comí nada, seguía sin comer, aunque seguramente cuando llegara a Roma iba a atragantarme de pasta y pizza.

Roma era uno de mis sueños con Noah, así que tengo que admitir que sentí un poco feo por no decirle que me acompañara, pero tenia que tomar esto sola, u  tiempo para reflexionar, para saber que realmente es o será de mi vida en adelante. Para saber que pasara con Noah. Y lo mas importante, para saber que iba a pasar con Alexander.

El tiempo se paso mas rápido de lo que pensé, y cuando menos me di cuenta ya estaban voceado que el vuelo, "AB7249" de la aerolínea "AirBerlin", estaba empezando a abordar. Sin mas, agarre mi bolso que se encontraba en la silla de a lado mío y empece a caminar hacia la puerta donde nos indicaban.

In The EndWhere stories live. Discover now