La Musa de mi Colección

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Cap. 2

Hyukjae P.D.V.

Lentamente alzó la cabeza e hizo un suave movimiento hacia los lados, para que su largo cabello se acomodara a los lados de su cara. Su cara, era hermosa. Sus ojos parecían el inmenso universo y sus estrellas y juraría que me puedo perder en ellos. Su nariz es perfecta, y ni hablar de su boca. Sus labios tienen un color muy rosa y son finos, como una pincelada de un gran pintor. Su cabello era largo con un tono marrón claro, se veía suave, muy suave, me gustaría pasar mis dedos por ese pelo. Era pequeño en estatura, pero su cuerpo era perfecto, se veía fuerte pero no exagerado, simplemente era perfecto. A pesar de lo torpe que es tiene un toque de elegancia. Lleva muy bien su uniforme: pantalón negro, camisa blanca de botones y mangas largas y zapatos negros. Para un estilo tan sencillo se veía jodidamente bien.

-¿Señor...?- preguntó, y noté algo de temor en su mirada y en el tono de su voz. Me di cuenta que lo estaba mirando sin ningún disimulo. ¿Me acabo de sonrojar?

-Si...eh...- titubié, ¿qué le iba a decir yo? ¡Ah!- Te aclaro unos puntos. Si hay algo que detesto es la impuntualidad, pero comprendo tu situación, solo te digo que no se vuelva a repetir. No hacen falta tantas reverencias, y no me llames "señor", me haces sentir viejo. Me llamo Lee Hyukjae.- extendí mi mano. Dudó un momento, pero en seguida la agarró (creo que acabo de sentir una electricidad por mi brazo).

-Mi nombre es Lee Donghae.- dijo alegremente, asi está mejor. De la nada me regaló la sonrisa más hermosa que había visto en vida y me quedé petrificado, ¿que hice yo para merecer estar ante su presencia? Su sonrisa es muy contagiosa, asi que yo también le sonreí. Soltamos nuestras manos.

-Disculpe la tardanza, De verdad me siento muy apenado, pero es que esta ciudad es muy grande.- dijo.

-Ya te dije que no te preocupes por eso. Y sí, la verdad es que mentiría si te digo que nunca me he perdido. Y por favor trátame de tú, ¿por qué tantas formalidades, es que me veo viejo acaso?- dije riendo.

-No, Hyuk. Es solo que asi debo tratar a todos los clientes.- encogió los hombros. ¿Cómo me llamó?

-¿Me acabas de llamar "Hyuk"?- pregunté. Abrió mucho los ojos y se veía apenado, justo cuando iba a decir algo me le adelanté, - no te asustes, me gusta.- le dije sonriendo. Y vi cómo su cuerpo se relajó.

-Bueno, Hyuk, -enfatizó el nuevo apodo con una sonrisa- veo que estabas ocupado y seguramente se te debe estar enfriando la comida, asi que si no necesitas nada más, me retiro. - se quedó esperando mi respuesta. Es raro, no quiero que se vaya. Quiero seguir hablando con él y conocerlo un poco más a fondo. Pero seguramente tiene a otros clientes que debe atender, ¿no?

-Sí, claro. Te puedes retirar, si quieres...- ¿qué estoy haciendo?

-Nos vemos mañana, Hyuk.- dijo mientras se reía (hasta su risa era hermosa). Me miró fijamente con una sonrisa, asintió la cabeza y comenzó a dirigirse a la puerta:

-Te acompaño.- caminé detrás de él y no pude aguantar la tentación de mirar su trasero. Madre mía, es hermoso. Cuando salió por la puerta recordé algo: ¡Ah y Hae,- se dió la vuelta para mirarme y sonreirme, le gustó mi apodo para él- bienvenido a la ciudad!

-¡Gracias, Hyuk!- se despidió, se montó en el auto y se fue.

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Por: Ana_jarpad

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