capítulo 1

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Su rutina comenzó como cada mañana, sin nada nuevo, como cada día, se levantó, se dio un buen baño de agua tibia, se vistió lo más prolijo que pudo y bajó al gran comedor a tomar su desayuno, el cual consiste en un café negro sin azúcar y una tostada con mermelada de durazno (su fruta favorita), no pudo evitar mirar hacia la mesa de los leones y fijar su vista en cierta leona, como lo hacía todos los días, desde que ella ingresó a estudiar a Hogwarts, aún no podía comprender que como una chica como ella este en la casa de gryffindor, si tenía toda la inteligencia para estar en Ravenclaw, toda la astucia e inteligencia emocional para estar en slytherin, aunque no podía negar que la chica tenía valentía y osadía, como lo había demostrado en sus años anteriores en Hogwarts, pero lo que se le hacía más extraño e irracional, era ver que esta maravillosa joven era amiga de personas tan idiotas como lo eran "san Potter" y " la comadreja", ella podía ser muy inteligente y perceptiva, ella hacia todo perfecto, excepto hacerse amiga de ese par de idiotas que solo están con ella por conveniencia, apreciaba mucho a la chica, le agradaba, pero cada vez que la veía junto a ellos no podía aguantarse las ganas de demostrarle lo tonta que era al estar con ellos y de paso molestar a los alcornoques esos, pero lo que más le molesta y le duele, es ver como su castaña mira al zanahoria esa, lo mira como si fuera lo más interesante que ha visto, lo bueno, es que se le pasa cuando el señor weasley dice alguna idiotez o come como una bestia, pero aun así le duele ver como esas miradas llenas de cariño son dirigidas para weasley y hasta Potter, pero para el solo hay miradas de atención (cuando están en clases) y de indiferencia cuando lo ve en cualquier lugar, le duele ver que para ella no significa nada más que su odiado profesor de pociones, sí, Severus Snape, profesor de pociones en Hogwarts tiene sentimientos por su mejor alumna Hermione Granger, su insufrible sabelotodo, sí, SU leona, en la realidad ella no le pertenece, pero en su más anhelados sueños ella es completamente suya como él es de ella.

Esa mañana estaba un poco más molesto de lo común, ya que se dio cuenta que él no era el único que anhelaba a su castaña, habían niños hormonales que no paraban de lanzarles miradas analizadoras a su hermosa leona, obviamente entre esos niñatos se encontraba el idiota de weasley, pero lo que lo sorprendió fue ver a Draco, a Wood, a George o Fred weasley (no supo identificar cual) y a Krum babear descaradamente por ella, bueno hay que admitir que nuestro príncipe de las mazmorras también estaba babeando como un idiota al mirar a Hermione, es que el verano le había sentado muy bien, de maravilla se podría decir, su cabello estaba más dócil y largo, su pálida piel había tomado un tono más tostado que le quedaba de maravilla, había crecido varios centímetros haciéndola ver más alta y esbelta y su cuerpo, oh por merlín, su cuerpo parecía esculpido por dioses, con medidas proporcionadas dejando ver muy buenos atributos bajo ese uniforme, como odiaba ese condenado uniforme, no dejaba ver su hermoso cuerpo, aunque lo prefiere así, no quiere ver a esos estúpidos niños hormonados siguiendo como lobos a su preciosa chica.

No puede evitar sentir celos por ese libro que su leona tiene entre manos, lo toca tan delicadamente como si se fuera a romper al más mínimo roce y lo lee tan ávidamente y con una pasión como si se fuera a acabar el mundo, como desearía ser él, el ser que aquella chica toca con tanta delicadeza y mira con tanta ilusión, deseo y pasión, como quisiera ser él, el dueño de sus pensamientos, no puede evitar sonrojarse al darse cuenta del camino que estaban tomando sus pensamientos y sin darse cuenta Albus también lo notó .

-hijo, ¿te encuentras bien?- Severus se sonrojo más al verse descubierto.

-hum, si Albus, estoy bien, solo tengo un poco de calor- Albus lanza una pequeña risita solo audible para Severus, el cual lo mira de reojo.

-Es obvio que tendrás calor si llevas toda esa ropa encima, deberías quitarte la capa o con el calor que hace terminaras teniendo fiebre- no pudo evitar sentirse mal al mentirle a su mentor, no le gustaba ocultarle cosas, pero sabía que si le decía la verdad, podría ser despedido o en el peor de los casos ser molestado eternamente por el viejo director.

Amor En Tiempos De Juegos (Sevmione)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora