Capitulo 6

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Rancho Winslet, 1850

Ya habían pasado más de dos semanas desde que Colt se había ido con los cheyennes y todavía no había noticias de él. Emma le echaba mucho de menos, pero sabía que tenía que quedarse en el poblado todo el tiempo necesario. Seguramente su madre en ese momento le necesitaba con ella.
En ese momento estaba en la sala del rancho  jugando con su sobrino y su pequeña Amy. De pronto su hermano entró en la sala.
-Emma, necesitamos hablar – dijo su hermano mientras se sentaba a su lado.
-Claro, ¿de qué se trata? – dijo Emma mientras esperaba a que su hermano contestara.
Emma sabía que su hermano querría hablar sobre su amor por Colt. Desde que le había confesado su amor por él, Emma le había estado dando largas a su hermano, diciendo que no tenía ganas de hablar del tema.
Su hermano lo comprendió y no insistió más, pero parecía ser que ya había retrasado suficiente esa conversación.
-Creo que ya es hora de que hablemos de la conversación que tenemos pendiente desde hace varias semanas – dijo su hermano.
-La verdad es que no sé que quieres que te diga – dijo mientras se levantaba y empezaba a dar vueltas por la sala -. Lo amo, y no hay nada más que decir.
-Lo que quiero saber es lo que él siente por ti – dijo su hermano con suavidad.
-La verdad es que no lo sé – a Emma se le empezaron a llenar los ojos de lágrimas –. No creo que me quiera como yo a él. Susan me contó lo que paso con esa tal Sally, y creo que a causa de esa mujer él no siente lo mismo.
-Tú no eres igual que ella – dijo su hermano mientras la abrazaba con dulzura -. Él se dará cuenta tarde o temprano y empezará a quererte.
-¿Tú crees? – preguntó Emma con los ojos llenos de lágrimas.
-Ya verás como sí.
Le sonrió a su hermano, y mentalmente rezó para que su hermano tuviera razón y Colt llegará a amarla algún día.

Mientras ellos hablaban, Colt llegaba a su cabaña en ese momento. Sabía que tenía que ir a ver a su hermana y a su sobrino, pero quería adecentarse un poco antes. Recogió unas ropas limpias y se dirigió al lago a darse un baño. Esperaba que ese hombre que perseguía a las hermanas de Brian no las hubiera encontrado.
Un rato después, Colt estaba cabalgando en dirección al rancho de su hermana. Dejó el caballo junto a la puerta de la cocina; cuando entró se encontró con Emma jugando con su sobrino y a su hermana preparando la cena.
-Susan – dijo Colt mientras esperaba a que su hermana se diera cuenta de su presencia.
Susan dejó lo que estaba haciendo y se dio la vuelta con lentitud. Cuando vio a Colt salió a sus brazos con un gritito de alegría.
-¡Oh Colt! – dijo Susan con lágrimas en los ojos -. Cuanto te he echado de menos.
-Yo también te he echado de menos – dijo Colt dándole un beso en la frente -. ¿Cómo te encuentras?
Colt se refería a su embarazo, ya se le empezaba a notar un poco, pero todavía le faltaba mucho.
-Oh, estoy bien, no te preocupes – dijo mientras le hacía que se sentara -. Siéntate, pronto vendrán los demás y podremos empezar a cenar.
Su hermana le dejó allí mientras ella volvía a la cena. De pronto notó que alguien le estaba mirando. Se encontró con los ojos verdes más hermosos que nunca había visto. También le había echado de menos a ella. Antes de irse al poblado, le había dicho que tenían que hablar y pensaba cumplir con lo acordado. Pero lo que más deseaba de todo era volver a cogerla entre sus brazos y besarla hasta dejarla sin aliento. Colt vio que su hermana estaba ocupada con la comida y decidio llevarse a Emma a la sala para poder conversar a solas.
Se levantó de la silla y se dirigió hacía ella. La cogió del brazo y se dirigió al salón. Una vez que estuvieron en la sala y Colt se cercionó de que estaban solos, tomó a Emma por la cintura y la abrazó con fuerza contra su cuerpo mientras le deboraba la boca.

Emma sentía que su cuerpo se relajaba contra el de él. Por dios, como le había echado de menos. Ese beso era maravilloso, el sabor de su boca era realmente embriagador. Podía dejarse besar durante todo el día, pero parecía que Colt tenía otra cosa en mente. La separó de sí, y se sentó en el sillón haciendo que ella se sentara a su lado.
-¿Me vas a contar ya la verdad? - le preguntó Colt.
-¿Qué verdad? - preguntó Emma a su vez con nerviosismo.
-No te hagas la ingenua conmigo Emma - dijo mientras le cogía del brazo y la miraba con dureza -. Amy no es hija tuya, y quiero saber de quién es.
-Lo único que debes saber es que yo soy su madre ahora - le dijo Emma mientras se levantaba y se le enfrentaba -. Su verdadera madre falleció hace tiempo y me pidio que me hiciera cargo de ella. Así que Amy es mi hija, y fin de la discusión.
Emma se dirigió de nuevo a la cocina. Era tan doloroso saber que el hombre que amas solo te besa para conseguir una confesión. No pensaba decirle nada, eso solo debía de decirselo su hermano. Si su hermano todavía no le había confesado que Amy era su hija, por algo sería. Ella ya le había contado todo lo que tenía que decirle.
Media hora después, ya estaban todos en la mesa dándo cuenta de la copiosa cena que Susan habia preparado. Pero Emma estaba triste, era bastante doloroso saber que para Colt no significaba nada. Emma se disculpó y se dirigió a su habitación a llorar a gusto. No quería que nadie supiera de su desdicha.

Pasion SalvajeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora