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C a t o r c e.

Nota: ¡felices pascuas! Disfruten el capítulo y tengan un hermoso día :) xx.

Hoy viajo a Londres.

Ví el mensaje y mordí mi labio.

Yo mañana.

Respondí, sin saber muy bien qué decir.

¿Podemos vernos antes de que me vaya?

Esperaba que no me invitara al aeropuerto, eso sería muy incómodo.

Claro, ¿a qué hora es tu vuelo?

En tres horas.

¿Nos podemos ver en la plaza cerca de tu departamento?

Preguntó y fruncí el ceño, esa plaza estaba demasiado llena a estas horas. Otro mensaje de él.

¿Por favor?

Suspiré y relamí mis labios.

Claro, en veinte estoy allí.

Parecía como si él supiera todas mis respuestas, ya que a los segundos me mandó un gracias.

* * *

Media hora.

Media hora esperando, sentada en una banca con el celular en mis manos y el corazón en mi garganta.

Miraba a todas partes, buscándolo. Pero no estaba. Tragué en seco, bajando la cabeza.

Se le habrá hecho tarde, pensé, tratando de sentirme mejor conmigo misma.

La gente que pasaba me miraba, con esa típica mirada de pobre chica, odiaba esa mirada.

Algunas personas se acercaban a pedirme autógrafos o fotos y yo, fingiendo una sonrisa, aceptaba.

Debería haberme ido. Tendría que irme. Pero no podía.

Quería verlo.

Necesito verlo.

Una hora.

Pensé mil veces en levantarme e irme, pero parecía que mi trasero estaba pegado a aquella fría banca.

Desbloqueé mi celular y miré mis mensajes. Solo había uno, y era del servicio de celular diciendo que mi crédito se estaba por acabar.

Lo guardé en mi bolsillo y esperé.

Una hora y media.

Sentía las lágrimas en mis ojos, pero no las dejaría caer.

Escuché un grito y al levantar la cabeza él se estaba acercando a pasos rápidos hacia mi.

Lucí como un resorte cuando me levanté apurada del asiento y caminé hacia él, abrazándolo una vez que lo tenía enfrente. Rodeó mi cuerpo con sus fuertes brazos y me tragué los sollozos, aspirando su aroma.

-Lo siento-murmuró, besando mi cabeza.

Asentí, solo quería que me abrazara para que el dolor que había sentido se fuera.

-Lo siento tanto, Gracie-repitió.

-Está bien-respondí, separándome de él y pasando mi mano por mi nariz.

Le sonreí de lado y él tiró un mechón de cabello detrás de mi oreja.

-Hay demasiado tráfico-se excusó-vamos a sentarnos-tomó mi fría mano con la suya cálida y caminamos hacia la banca en la que antes estaba sentada.