Yo también puedo.

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-Te juro que no le veo el problema.-Le digo exasperada. La mandíbula de Ross se tensa y veo su movimiento bajo su piel.

-No quiero que te arriesgues, la última vez que lo hiciste casi mueres si no es porque Raini me advierte.-Me reprocha.

-Esta vez soy mas fuerte, Ross. Solo necesito practicar algunas cosas. Tu me puedes ayudar.-Le digo mas calmada

-Bien, pero debes ser fuerte, y en cuanto veas que el riesgo es inminente abortaras la misión.

-Pero...-Abro la boca.

-Sin peros, Laura, esa es la condición, lo tomas o lo dejas.-Me mira serio, sus musculosos brazos están tensionados.

-Aveces más que mi esposo pareces mi padre.-Le digo indignada.

-Solo quiero lo mejor, quizás parezca egoísta, pero sin ti no hay nada.-Se acerca y me abraza. Me besa en el cabello.-Te amo, no seria nada sin ti.

Lo miro con los ojos bien abiertos. Le sonrío y lo beso

-Yo también te amo.

Salimos de la habitación tomados de la mano.

-Bien.-Dice Rydel en cuanto entramos a la sala.-Parece que Laura ya te convenció. -Señala nuestras manos

-Tenemos que entrenarla. Y vas a comenzar tu, hermanita.

Rydel sonríe con una mirada oscura.

-Oh, no.-Dice Ellington.-Prepárense para perder su dinero.

Nos sentamos en el comedor.

-Bien, Lau, esta es una muestra de cómo desplumar a un montón de ingenuos en el poker.-La miro y ella me sonríe con los ojos.

-Yo no se jugar poker.-Le digo.

-Lo sé, y en eso va la distracción, mientras yo desplumó a los jefes, tu me harás promoción con las Strikers.-Riker saca la baraja de naipes. Ellington trae las fichas de póker .

Los chicos cambian sus billetes de cien por fichas. Ellington baraja las cartas y reparte.

-Mira y aprende, Laurita.-Me siento lejos de la mesa. Cuando la partida lleva buen tiempo Rydel comienza con su clase.-Rocky tiene un tic. Cada vez que saca una buena carta se pasa un dedo por la ceja, pero cuando cambia una buena carta por una no muy favorable patea en la mesa. Me atrevería a decir que estás armando un full pero tienes una escala.-La mandíbula de Rocky rechina. Tira las cartas, es tal y como Rydel lo está diciendo, ella ya tiene doscientos en la bolsa.

Así transcurrió la partida Rydel me decía que le daba pistas, y con eso terminó con seiscientos en la bolsa.

-Así me enamoró. -Dice Ellington recogiendo las fichas.-Yo trabaja en un casino de la familia en Nueva York trabajaba de mesero y después aprendí a barajar para convertirme en referí, Rydel comenzó a ir los martes, yo era lo suficientemente inteligente para saber que ella no era mayor de edad.

-Pero, Ratliff me cubría, aprendí a jugar, y en una noche lograba empacarme un par de miles, cuando Ratliff se acercó a mi me dijo que su familia se habia dado cuenta que era menor de edad y que él me estaba cubriendo.

-Y los dos escaparon.-Los miro y ellos se sonríen cómplices

-Como sabia jugar y no teníamos dinero fui un par de noches a los casinos de Las Vegas.

-En nuestra vida hemos hecho muchos sacrificios. -Riker sale de la cocina con un vaso de Wiskey a la mitad.

-Bueno.-Suspiro y camino hacia donde Ross, me siento en sus piernas.-¿Cual es el plan?

-Te debes infiltrar en las Vegas con Rydel. Monitotearemos cada movimiento, lo que queremos es que tú y Rydel logren ganar la confianza de las Strikers para así saber quien es la policía.

--¿Estas lista para todo esto?---Rydel posa su mano sobre mi. Se que no había como colega infiltrada, habla como si fuera su hermana que está apunto de cometer la más grande de las locuras.

---Hace tiempo quiero volver al ruedo.----Le digo y miro a Ross de reojo, a leguas siento su temor a que me pase algo.

---Quiero entrenar a Laura antes de irse.---Les dice a todos y ellos simplemente asienten. Supongo que nadie quiere que suceda de nuevo lo de aquella noche en la que me encontré con Elliot.

Salimos de la sala con Ross. Es rápido y nos Vamos en la camioneta. Ninguno dice nada y dejamos que la música estruendosa de la radio ahogue los pensamientos.

Pasada una hora estamos en la ruta 66, Ross toma un atajo por una circundante y terminamos en medio de la nada. Le miro pero él parece seguro de lo que está haciendo. Estaciona en el desierto y se baja sin hablar. Le imito y camino hasta el baúl del carro.

Él lo abre de un movimiento brusco. Hay una escopeta y un arma pequeña. Es un fusil.

---Calibre 23, Es rápida y letal si la sabes usar bien.---Me dice en cuanto me la entrega. La miro entre mis manos con el celo fruncido.---Quiero saber que te puedes cuidar sola en caso de peligro.

--- Se manejar un arma.---Le digo ofendida por su manera de subestimarme.

---Disparale a ese cactus de allá.---Está como a dos metros, apunto pero no le doy.

--- Te falta práctica. No lo puedes negar.

Se para detrás de mi. Me toma la mano y asoma su cabeza por un lado de mi cuello. Levanta mi barbilla y nos manos se apoyan con las de él.

---Eres el puntero. A donde mires debes atinar.---Me susurra y un cosquilleo me recorre como la primera vez.

Me suelta y yo quedo de la misma manera.

---Dispara.---Me dice y obedezco de manera automática. Esta vez si acierto.

Un perfecto agujero hace en el centro de cactus.

---No está mal. Pero debes ser rápida, en caso de emergencia tu contrincante no esperará a que logres apuntarle.

Me arrebata la pistola de la mano y se la guarda en el prense del Jean.

Camina lejos de mi y la saca rápido, atina en el centro de otro cactus, le sigo mié tras caminamos en medio de los cactus, guarda el arma y después la saca y dispara con una agilidad envidiable, continúa y lo hace igual

----¿Ves a lo que me refiero?---Asiento.---Tenemos dos días para lograr que seas mejor que yo.

Capítulo aburrido para compensar mi falta de compromiso con ustedes. Estaré activa mientras pueda el día de hoy

Dos Psicópatas EnamoradosWhere stories live. Discover now