Luna Nueva

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Melquiades se encontraba volando sobre el lago Genacua, el único lago de Nidartis. El sol estaba justo debajo de las montañas, al este del continente. El gran ave de la muerte daba vueltas alrededor del cuerpo celeste, en lo alto, su ruta habitual para cuidar el reino. En ese momento se acercó su fiel comandante.

—Melquiades, revisamos la isla. Existen muchas aves viviendo allí pero no encontramos a ningún humano.

— ¿Revisaron toda la isla?

—No. Justo estábamos en los extremos volando hacia el centro cuando de la nada apareció una densa y extensa niebla que cegó nuestra visión. El grupo se encuentra circulando la isla pero no podremos ver nada hasta dentro de un par de días.

—Curioso, la época brisar aún no comienza. ¿Dijiste un par de días?

—Si la niebla se mueve con mucha rapidez, un viendo oeste la empuja hacia Nidartis.

—Estoy seguro que algo esconde esa niebla y se dirige al continente. ¡Vé, informa al grupo que no pierdan de vista esa niebla, quiero que la sigan! Luego dirígete a Fendar e informa a La Reina.

—Pero y la isla.

— ¡No importa la Isla! No ves que algo se aproxima al reino y es nuestro deber cuidarlo.

—Sí, General.

El buitre voló a informar a sus compañeros. Melquiades se dirigió hacia el oeste a su pico alto. Mantendría guardia de la niebla desde allí.

            *****

La Reina se encontraba en el Salón de Fuego con uno de sus comandantes que le reportaba la situación de Floris. Ciudad que se ubica al suroeste de Nidartis. . Una de las ciudades más importantes de Nidartis después de la capital. En esta tierra se producen varios productos, entre los más importantes: Té, miel, perfume, semillas de amapola y flores decorativas para las casas más nobles del reino. Pero en Floris había descontento. Estaba acostumbrada a estas insurrecciones de parte de los pobladores. Nada que su leal comandante Furrio Madero no pudiera controlar con un poco de uso de fuerza. Antes que éste llegará a tocar la puerta la reina habló.

—Adelante, General.

—Con su permiso Su Alteza.

—Descanse General.

—Acaba de llegar el segundo de los buitres. Está pasando su reporte con Robín en este momento.

—Gracias General, salgamos a verlo.

Caminaron rápidamente en dirección al patio central. Atravesaron el salon, salieron al graderío central. Lo rodearon y entraron en un corredor lleno de estatuas de aves y banderolas con la cresta de Nidartis. Salieron por la puerta de roble al patio donde se encontraba Robín y el segundo de los buitres enfrente del pico acústico del fénix. La Reina y el General caminaron al patio y se postraron detrás del buitre.

— ¡Atención! Gritó el General.

Robín dejó de aullar y se levantó, firme y quieto.

—Robín deme su informe completo.

—Los buitres informan que no encontraron rastros ornit por ningún lado. Informan que encontraron la isla de los Kaan o lo que queda de ella. Una tierra en forma de luna pero no contiene ningún rastro de vida, solo selva y algunos montículos de piedra que salen del océano al este de la isla.

— ¿Eso es todo?

—Si General. Ellos intentaron descender a la isla pero justo cuando empezaban su descenso, una densa brisa cubrió la isla. Ahora se mueve rápidamente en dirección a Nidartis. Ellos creen que algo se esconde debajo de la brisa.

AnayanzinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora