IV. La primera disculpa.

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  — Estoy bien — me apresuré a decir, antes de que sacaran una conclusión precipitada — Solo me apetecía dar un paseo— mentí

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  — Estoy bien — me apresuré a decir, antes de que sacaran una conclusión precipitada — Solo me apetecía dar un paseo— mentí. Igualmente, no podía decirles que huí de mi casa al ver un espectro, o al menos, eso es lo que yo creía. 

Julien arqueó una ceja y Jonathan se mordió el labio para disimular su sonrisa. Comencé a detallar las diferencias entre ellos cuando una conmoción llamó la atención de todos y por fin, alejaban sus miradas de mí ¡¿Qué tengo de raro?!

Una chica alta de cabello oscuro y ojos verdes se acercó, llevaba sus cejas perfectamente depiladas, largas pestañas enmarcaban sus ojos ligeramente rasgados y sus labios rojizos se torcían en una elegante mueca. Por alguna razón, me fastidiaba verla caminar hacia nosotros.

  — ¿Necesitas un aventón? Luces realmente perdida — preguntó ella, su voz dulce y aguda causo dolor en mis oídos, su falsa sonrisa mostraba una hilera de dientes blancos y rectos, pero no parecía haber tenido ortodoncia — A mis hermanos no les molestaría un pasajero de más... Pero a mí sí. Estás estorbando. 

Sonreí.

Una sonrisa diabólica, la sonrisa que caracterizaba a las Lévesque.

¿Está niñata se atrevió a hablarme así? Abrí mi boca pero Julien me ganó, además su mirada afilada me silenció.

—   ¡Joanne! — reprendió él — Te presento a Della Lévesque, estoy seguro que nuestra madre te ha hablado de ella.

Los ojos de la joven se abrieron como platos y me detalló de pies a cabeza, terminando en mi fulminante mirada. Le sonreí, aunque en este instante podría estar echando humo por mis oídos y exhalando fuego por mi boca. No se podía negar el parecido en las facciones de los tres, solo con verlos podría asegurar que se trataba de modelos o actores, no parecían encajar con el ambiente simple, aunque elegante, del instituto. 

  — Della, ella es nuestra hermana menor, Joanne Courtois — no había sorpresa alguna en sus palabras, si no los conociera aún podría asegurar que son hermanos. Joanne poseía brillante cabello negro al igual que Julien, sin embargo, su mirada jade la había heredado de su madre, al igual que Jonathan.

No se podía discutir que la chica era hermosa.

  — ¡Ella es Della Lévesque, tu prometida! ¡Qué decepción! — soltó Joanne agitando su melena oscura mientras subía al elegante , podía asegura que teníamos la misma edad, o tal vez ella es unos meses más joven que yo, como mucho. Sin embargo, esa actitud desafiante y grosera realmente me intrigó. 

Mi mirada se convirtió en dos rendijas hasta que comencé a escuchar los murmullos al rededor. Joanne había dicho eso lo suficientemente duro para que todos a nuestro alrededor lo escuchan, mis pálidas mejillas se tiñeron de rojo y la cólera mezclada con vergüenza me inundó desde los pies a la cabeza. Dos chicas, que llevaban sus uniformes perfectamente limpios, me fulminaron con la mirada. 

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⏰ Última actualización: Jun 28, 2016 ⏰

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