Capítulo 5

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       Sahar era muy diferente a la faceta que me había mostrado la primera vez que me habló en aquella casa, ella era muy habladora, digamos que no callaba nunca; eso me agradaba y me hacía sentir mejor. Le expliqué un poco mis intenciones para el futuro mientras tomábamos un té en una cafetería en el centro comercial. Más tarde, después de comprar lo que necesitaba Sahar se ofreció para pagarme la ropa, me opuse y lo pagué antes de que pudiera añadir alguna palabra más, ellos me acogían en su casa, no podía permitir que me pagaran también mis necesidades. acompañé a Sahar a una tienda de vestidos, una tienda de lujo con unos precios inimaginables. Sahar necesitaba un buen vestido para la ceremonia de compromiso y tenía que escoger uno de tantos, todos eran hermosos y la decisión era muy difícil. Finalmente escogió un vestido largo azul precioso y con unos tacones de conjunto del mismo color, me invitó a que escogiera un vestido para mí, me negué, pero ella escogió un vestido gris con unos tacones del mismo color para mí, sin que yo dijera nada, pagó y salimos.

-Te lo pondrás, no vas a estar en el compromiso sin vestido.- dijo finalmente con una sonrisa. Se lo agradecí y cuando acabemos Sahar llamó al chofer y nos llevó hasta casa. Era de noche, cuando entremos a casa encontremos a Ziad hablando y Sawsam estaba escribiendo algo en una libreta, cuando nos vieron Ziad calló y Sawsam dejó de escribir.

-Habéis tardado mucho.- dijo Ziad fingiendo que estaba enfadado.- Saloua debe estar cansada por el viaje y apenas ha descansado.

-No, estoy bien.- le dije. Sawsam seguía con su silencio. Sahar me dijo que la acompañara arriba y eso hice, la seguí. Entremos en mi cuarto y me ayudó a colocar mi ropa en el armario, el vestido y los nuevos zapatos los metió también.

-Cuando la cena esté preparada te avisaré, tomate un baño para relajarte.- me dijo señalándome con el dedo índice  una puerta que estaba justo cerca del armario, ni me había dado cuenta que estaba allí.- Dentro del lavabo hay toallas.- a continuación salió de la habitación cerrando la puerta tras ella. Me encaminé hasta el armario y lo abrí, escogí la ropa interior y una blusa hasta las rodillas con unas medias. Entré en el baño que era casi del mismo tamaño que la habitación y abrí el grifo para llenar la bañera.

Cuando acabé de bañarme, me vestí y me  arreglé el velo. Minutos después llamaron a la puerta y apareció quien menos esperaba; Malik. Yo estaba sentada en el suelo con una almohada sobre mis piernas, al ver a Malik me puse de pié.

-La cena ya está lista.- me dijo con un tono de voz suave. A continuación salió de la habitación sin cerrar la puerta. Yo me encaminé hasta el pasillo y bajé las escaleras hasta el salón, donde me esperaban todos sentados al rededor de una mesa que estaba repleta de comida de todo tipo. Me senté al borde, junto a Sahar. Sawsam me puso comida en mi plato y me lo entregó con una sonrisa, en silencio. La comida estaba deliciosa. Todos comían en silencio, como no. No quise comentar nada, cuando acabé la comida subí a mi habitación donde intenté dormir, pero el sueño no quería llegar. Me levanté de la cama y me dirigí hacia la ventana, la abrí y empecé a contemplar el jardín iluminado por las farolas. En silencio contemplé el cielo oscuro de París, apenas podía ver alguna estrella. Mis pensamientos viajaron a otro lugar, a España. No podía evitar pensar en lo rápido que había cambiado mi vida y en el giro inesperado que había decidido tomar.

Repentinamente escuché un golpe fuerte en la pared, era de la habitación de al lado. Cerré la ventana y salí de la habitación dirigiéndome a la habitación del lado. Al principio vacilé un rato pero finalmente giré el pómulo de la puerta y la abrí. Malik me miró sorprendido con los ojos llorosos. En ese momento me quedé de piedra, no sabía si retroceder o avanzar. Malik estaba de pie a unos metros de distancia de mi. Finalmente decidí entrar. Intentaba no mirarle a los ojos pero era algo imposible, Malik estaba llorando y le costaba respetar, tenía que ayudarle. Malik se acercó, me cogió del brazo y me sacó de su habitación cerrando la puerta en mis narices. Me quedé observando la puerta atónita.

-¿Saloua?.- dijo Sahar mientras se acercaba a mi.-¿Qué haces aquí a estas horas en el pasillo?

Intenté formular una mentira lo más rápido posible.

-Quería ir al baño.- mentí. Sahar me miró extrañada.

-Pero si tienes un baño dentro de tu habitación.- dijo riéndose.- Anda vuelve a dormir que estas empañada por el sueño.- a continuación entró en su habitación. Y eso hice, entré en mi supuesta habitación y me tiré sobre la cama, no iba a dormir, estaba claro que después de aquello no pegaría ojo. Durante toda la noche estuve preguntándome una sola cosa "¿Qué le pasaba a Malik?"

Al medido día, me quedé en la enorme cocina observando como Sawsam cocinaba en silencio. Saloua estaba ocupada arreglándose para el compromiso, Malik y Ziad habían salido y solo quedábamos Sawsam y yo en la cocina. Yo no quise decir nada ya que Sawsam no me dirigió la palabra nunca, decidí mantener aquel silencio que tanto les agradaba. No podía evitar pensar en mi infancia, cuando mi madre cocinaba y yo me quedaba observándola, en silencio, sin perderme ningún detalle de lo que estaba haciendo. Gracias a mi gran atención aprendí a cocinar de muy pequeña. Sawsam dejó una bandeja con muchas fresas y un cuchillo al lado, supuse que quería que las cortara y así lo hice. Ayudé a Sawsam con los pasteles y lavando los platos, no entendía porque no había cocineras o ayudantes, con lo grande que era la casa.

Aquel día se habían saltado la comida, estaban muy ocupados, pero Sawsam me preparó una tortilla, exquisita, se lo agradecí inclinando la cabeza. En tan poco tiempo me acostumbre a aquel silencio, poco a poco me parecía acogedor, pero seguía siendo igual de misterioso; como los ojos de Malik. Por la tarde llegaron Ziad y Malik, los dos con traje y como siempre elegantes. Malik me miró y con su mirada supe que quería decirme algo, pero rápidamente apartó sus ojos de mí y se dirigió a la cocina donde estaba Sawsam. Ziad me dijo que me fuera a vestir. Subí y me puse el vestido que me había comprado Saloua junto con los tacones, me arreglé el velo y bajé las escaleras. Cuando bajé por las escaleras Sawsam no apartó la mirada de mi, me dedicó una sonrisa que yo le correspondí. Sin embargo Malik me fulminó con la mirada, no sabía cómo interpretar aquello. Fuimos los tres al jardín, donde esperaba ver a mucha gente, pero no había nadie aparte de nosotros tres esperando a Saloua. Aquello era bastante raro, todo estaba decorado y preparado, incluso había más sillas de lo normal. Preferí no decir nada, me senté al lado de Malik esperando a que llegara Saloua.

Quédate Conmigo© Where stories live. Discover now