2. ¿Quién eres tú?

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***MESES DESPUÉS***

-ELYZA-

*Flashback*

Levanté y mis padres no estaban. La hoguera que habíamos encendido en el bosque seguía apagada, la cuerda con latas y metales como perímetro estaba intacta. Pero ellos... Ellos no estaban. Les esperé por horas, maté a algún caminante que se acercaba. Decidí, seguir esperándoles un par de días. Recorrí el bosque innumerables veces, dejando distintas marcas en los árboles para no perderme. Pero no los encontré, jamás los encontré.

Decidí volver donde estaban nuestras cosas, cogí lo necesario en la mochila más grande. Por suerte también era de los materiales más ligeros. Me quedé con dos puñales que tenían mis padres, con el arma de mi padre y toda la munición que quedaba, tan sólo seis cargadores, debía encontrar más cuanto antes. Recogí la cuerda que formaba el perímetro y la guardé, dejé ahí el resto de objetos metálicos.

Me dirigí vuelta a la carretera y emprendí mi camino. Debía ser fuerte, matar o morir, olvidar o que te maten tus recuerdos. En estos momentos, el sentimiento era la debilidad.

*Presente*

Llevaba dos meses andando por la carretera nacional, esquivando coches, intentando llegar al próximo estado, Kansas. En algunos coches había caminantes "vivos", gente que había muerto esperando, o gente que había sido mordida y se había refugiado ahí. Llevaba dos meses registrando cada coche en busca de suministros, no era mal plan. Tenía donde dormir y de donde sacar comida. Pero todo dependía de la zona, no era la única que había escogido ese plan, había cuerpos tendidos por la carretera algunos de caminantes otros de supervivientes que se habían visto enzarzados en tiroteos, revelados por los agujeros de bala en los coches.

Seguí andando. En un par de horas había encontrado varias latas de conservas y algunas barritas y zumos. Me acerqué a un coche grande, una furgoneta. Abrí la puerta trasera y dos caminantes se echaron encima mío -¡Mierda!- me alejé un poco. Saqué el puñal y me acerqué al primero, le atravesé la cabeza de abajo hacia arriba, el cuerpo calló delante mío, haciendo que el siguiente caminante cayera ante mi. Me agaché y atravesé su sien con mi puñal. Estaba completamente salpicada de sangre.

Me metí en la furgoneta y vi que tenía dos bidones -¿Que coño?- dije pensando en alto. Abrí uno de ellos, era gasolina. No sé muy bien por qué pero se me saltaron las lágrimas. Tenia coches para elegir, tenía gasolina para unos 3.000 Km y el arcén medianamente libre. -Piensa Elyza ¡Piensa! ¿Cómo llevo estos dos bidones a un coche que merezca la pena?- me alejé de la furgoneta y entendí que la suerte estaba de mi parte -¡Te quiero!- grité al aire. A unos 200 metros siguiendo mi camino divisé una motocicleta, para colmo era deportiva de unos 600 cc. Agarré un bidón y lo llevé hasta la motocicleta, volví a la camioneta y cogí el otro. Con la cuerda los amarré en la parte trasera. Ya estaba lista.

-¡Mierda!- la emoción había hecho que olvidara lo más importante, las llaves. ¿Sabía hacer puentes? No. Miré al rededor de la moto, el dueño tendría que andar cerca. Registré decenas de cuerpos, la noche empezaba a hacerse notar. -Todo mi gozo en un pozo ¡¿ES QUE NO PUEDE SALIRME NADA BIEN?!- grité, estaba sola, no había caminantes alrededor, podría gritar lo que quisiera.

-¿Hablas sola?- noté una voz femenina detrás mío -¿Quien eres tú?- le pregunté a la vez que me giraba y sacaba el arma.

Al verla se me paró el corazón. Era una chica de mi edad. Bajé el arma sin dejar de mirarla lo más intimidantemente posible. -Que susto me has dado- dijo ella totalmente inmovil y paralizada al bajar el arma -Pensé que me ibas a disparar- su cuerpo se relajo notablemente. -¿A donde vas?- me preguntó, guardé mi arma y la miré -¿Te importa a caso?- le dediqué una sonrisa sarcástica -Pues si da la casualidad de que te diriges a Kansas City si- asentí -¿A dónde me iba a dirigir si no por esta carretera?- se quedó mirándome, yo reí ante la obvia reflexión.

-¿Estás sola?- le pregunté, giró la cabeza y no contesto a mi pregunta -Eh, te estoy hablando- cuando me miró sus ojos estaban humedos -Estaba con más personas, mi familia, ellos...-cogió aire y rompió a llorar -Lo sé, lo sé- me acerqué a ella y la abracé, sentía que tenía que hacerlo. Ella también había perdido a su familia en este apocalipsis.
Apretónsu cuerpo contra el mío. Acariciaba su espalda en circulos para calmar su llanto. -Ey morena, estás a salvo-le susurré. Pasamos así unos minutos. Ella llorando y yo abrazándola. Se hizo de noche. -Está oscureciendo, creo que deberíamos meternos en un coche ¿No te parece?- le dije despegándome de ella suavemente. Asintió. -Ve a abrir un coche, yo cogeré los bidones de gasolina, no quiero que nadie más los encuentre- la chica se acomodó la mochila y se puso a comprobar coches, encontró un monovolumen familiar donde entraríamos las dos perfectamente. Llevé los bidones hasta el y los dejé en la parte trasera de los asientos principales. -Buena búsqueda...- me di cuenta de que no sabía su nombre- Alicia, me llamo Alicia- dijo tranquilamente entrando por el amplio maletero- Yo soy Elyza, encantada- le dije dedicándole una de mis mejores sonrisas.
Nos acomodamos en el maletero del monovolumen y cerramos el portón. -¿Llevas mucho tiempo haciendo esto?- me preguntó. Apoyé mi codo en el suelo y mi cabeza en la mano, negué -Un par de meses aproximadamente, mis padres una noche desaparecieron, les esperé, les busqué... Y emprendí este viaje por la nacional- miré a Alicia, se había quedado dormida -Descansa Morena- me recosté y dormí.

Apocalipsis. Soulmate. #Lexark.Where stories live. Discover now